?Es complicada la situaci¨®n financiera de la Generalitat?

Los valencianos arrastran una hipoteca conjunta que ronda el bill¨®n de pesetas. La deuda p¨²blica de la Generalitat Valenciana se ha duplicado en los ¨²ltimos cinco a?os. La econom¨ªa ha crecido a un ritmo del 4%, un ¨ªndice muy considerable que, sin embargo, palidece en relaci¨®n con el aumento de la deuda: la hipoteca, en vez de reducirse poco a poco, ha crecido en torno a un 16% anual. El Consell sostiene que ha invertido mucho para paliar las carencias en infraestructuras que arrastraba la Comunidad Valenciana. Pero cientos de colegios p¨²blicos, por ejemplo, todav¨ªa est¨¢n por construir. Y por pagar. Surge una cuesti¨®n: ?Es complicada la situaci¨®n financiera de la Generalitat?

Las finanzas de las administraciones p¨²blicas no pueden compararse con los balances de empresas privadas. Es sabido que las administraciones pagan tarde y mal, pero su solvencia se considera garantizada. Las cajas de ahorro, por ejemplo, no consignan en su cap¨ªtulo de riesgos los pr¨¦stamos concedidos a la Generalitat o a las corporaciones locales. Las administraciones no pueden figurar en las relaciones de morosos.

Desde luego, no es frecuente asistir a la quiebra de un Estado. Y, hasta la fecha no ha quebrado ninguna Comunidad Aut¨®noma. Pero el volumen de obligaciones a largo plazo coarta la capacidad de acci¨®n de la administraci¨®n, lo mismo que el recibo mensual de la hipoteca que pueda arrastrar cualquier particular limita su capacidad de gasto.

La solvencia de las arcas de la Generalitat corre cierto peligro si las hipotecas asumidas por la Administraci¨®n auton¨®mica siguen creciendo al ritmo actual, de acuerdo con un reciente diagn¨®stico de la agencia internacional Moody's que califica los riesgos de las inversiones particulares.

La deuda de la Comunidad Valenciana se ha duplicado durante los ¨²ltimos cinco a?os de acuerdo con los ¨²ltimos datos del Banco de Espa?a, referidos al primer semestre de este a?o. Si a principios de 1995 las deudas de la Generalitat supon¨ªan apenas un 6% de la riqueza que gener¨® la econom¨ªa valenciana, a finales del pasado mes de junio la hipoteca colectiva de todos los valencianos supon¨ªa casi un 10% del producto interior bruto de la Comunidad.

Ninguna comunidad aut¨®noma mantiene un volumen de deuda tan alto en relaci¨®n a su capacidad para generar riqueza. Galica (8,4%), Andaluc¨ªa (8,3%) y Catalu?a (8,1%) se encuentran a m¨¢s de punto y medio de distancia respecto a la Generalitat.

Los tipos de inter¨¦s vigentes en la actualidad permiten ciertas alegr¨ªas. Los recientes descensos aplicados por el Banco Central Europeo constituyen un alivio. Medio punto de bajada en los tipos de inter¨¦s supone una reducci¨®n muy importante cuando la hipoteca asciende a un bill¨®n de pesetas.

Pero el problema de la deuda de la Generalitat es que parece crecer sin freno. Durante el ¨²ltimo lustro, la hipoteca colectiva de todos los valencianos ha crecido una media del 16% anual. Una tasa muy superior al crecimiento de la renta, por eso se han invertido los indicadores que relacionan la deuda con el producto bruto en relaci¨®n a otras comunidades.

El argumento oficial m¨¢s socorrido para explicar el crecimiento sostenido de la deuda por parte del Consell ha sido la necesidad de invertir en infraestructuras para cubrir carencias hist¨®ricas de la Comunidad Valenciana. El PP ha esgrimido siempre una mala negociaci¨®n de la transferencia de competencias desde el Estado a la Generalitat para explicar que la Administraci¨®n auton¨®mica asuma gastos por encima de los fondos que ven¨ªa recibiendo para gestionar servicios p¨²blicos.

El argumento es solvente, pero el nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica, que deb¨ªa poner coto a tales desmanes, est¨¢ directamente vinculado a la capacidad para generar riqueza. Pero el crecimiento de la riqueza ha venido siendo muy inferior al crecimiento de las obligaciones de la Generalitat.

El compromiso del Consell de construir los colegios necesarios para culminar el denominado mapa escolar de la Comunidad Valenciana, por ejemplo, supondr¨¢ un gasto en torno a los 150.000 millones. Los pagos se han aplazado todo lo posible, pero, a la postre, la Generalitat tendr¨¢ que afrontarlos a trav¨¦s de nuevas deudas.

El gasto farmac¨¦utico tambi¨¦n crece muy por encima de los presupuestos anuales de la Consejer¨ªa de Sanidad para pagar el coste de los medicamentos que se venden con receta.

La R¨¤dio Televisi¨®n Valenciana ha entrado en una senda de gasto que consolida un aumento anual de su deuda en torno a 15.000 millones de pesetas.

El etc¨¦tera es bastante largo. Y una pregunta flota en el ambiente. ?Era necesario asumir semejante volumen de gasto p¨²blico por parte de la Generalitat en un periodo de crecimiento sostenido de la econom¨ªa valenciana?

Los expertos sugieren que las administraciones deben intervenir en la econom¨ªa cuando los particulares se muestran m¨¢s reticentes a gastar. Pero el Consell que preside Eduardo Zaplana ha gastado por encima de sus posibilidades cuando los particulares invert¨ªan con alegr¨ªa.

El Gobierno central predica ahora la estabilidad presupuestaria y el rigor en las cuentas. Incluso impulsa una ley al respecto para garantizar que gobiernos regionales y locales no gasten por encima de sus ingresos.

La disciplina se impone, adem¨¢s, cuando se extiende un halo de incertidumbre sobre la econom¨ªa mundial a ra¨ªz del reciente atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, tal vez el momento m¨¢s adecuado para dilapidar un poco desde la Administraci¨®n.