Buenos presagios para Freire
Ullrich es el m¨¢ximo favorito para ganar hoy el 'maillot' arco iris
Si debi¨¦ramos creer en eso de los presagios, entonces no hay dudas, ?scar Freire ganar¨¢ hoy en Lisboa, en el parque forestal de Monsanto, entre las subidas de Serafina y Alvito, su segundo t¨ªtulo mundial, otro maillot arco iris para colgar en su armario al lado del que gan¨® en Verona hace dos a?os.
Dicen los que conocen a Freire, el extraterrestre del ciclismo espa?ol, que hay una ley f¨ªsica infalible, una relaci¨®n directa y ¨²nica entre el nivel alcanzado por su ¨²ltimo despiste y el estado de forma, o de gracia, del ciclista de Torrelavega. Freire, todo el mundo lo sabe, es capaz de olvidarse en casa el pasaporte, la licencia para participar en una carrera, o unas zapatillas de deporte, como el a?o pasado, cuando subi¨® al podio de Plouay por el bronce con unos chocantes zapatos italianos y culotte corto. Desde que lleg¨® a Lisboa, su nivel de despiste habitual se ha mantenido, comenzando por olvidarse del cambio de hora el primer d¨ªa, pero lo que le ocurri¨® ayer obliga, inevitablemente, al optimismo. Salieron todos los espa?oles, los 12, a entrenarse a eso de las 10 de la ma?ana, bajaron desde Cascais, desde el hotel en el que se alojan, junto a una autopista, siguiendo la l¨ªnea de la playa. Dos horas y pico despu¨¦s, regresaron s¨®lo 11. Uno se hab¨ªa perdido por el camino. Inevitablemente era el l¨ªder, el crack, ?scar Freire. Tuvieron que pasar casi otras dos horas para que hubiera noticias, que fue cuando Freire descendi¨® de un taxi en la puerta del hotel. La bicicleta, desmontada, en el maletero.
Como si nada, el corredor c¨¢ntabro, se fue a la habitaci¨®n y baj¨® a comer poco despu¨¦s. Buenas noticias, necesarias noticias en los tiempos de v¨ªsperas, el d¨ªa de las dudas. El d¨ªa del debate. Los sabios de esto discut¨ªan ayer sobre t¨¢cticas, historias y desarrollos. Sacaban consecuencias de las carreras de juveniles y sub 23, en las que no hubo llegada en grupo sino triunfo en solitario de dos ucranios; coincid¨ªan en que es un trazado tan sui generis que el trabajo colectivo, el juego de equipos, poco tendr¨¢ que decir; hablaban tambi¨¦n de favoritos, del incre¨ªble Ullrich, de las habituales discordias italianas, con nada menos que seis corredores exigiendo tratamiento de jefes, de la fortaleza del holand¨¦s Dekker, del coraje del franc¨¦s Virenque.
Habl¨® tambi¨¦n Paco Antequera, el seleccionador espa?ol. Dio nombres y detalles. Conden¨® a Eladio Jim¨¦nez y Rafa D¨ªaz Justo al trabajo m¨¢s desagradable, el que les obligar¨¢ a quemarse en las primeras vueltas y a retirarse mediada la carrera; para la fase media, otro trabajo duro y sin apenas brillo, eligi¨® a ??igo Cuesta, Aitor Osa, Santi Blanco y ?ngel Vicioso; a los dem¨¢s, tratamiento de figura obliga, les dej¨® lo m¨¢s bonito, la oportunidad de lucimiento y el derecho a colgarse medallas pase lo que pase. Triki Beltr¨¢n har¨¢ de compa?ero inseparable de ?scar Freire, por si hay problemas; y Casero, Sevilla, Beloki y Rubiera tendr¨¢n el derecho a infiltrarse en los cortes, la obligaci¨®n, en palabras de Antequera, de forzar la fuga ellos mismos. As¨ª, cualquiera.
Freire, el despistado, no le da tantas vueltas al asunto. Acostumbrado, de siempre, a buscarse la vida a solas, s¨®lo armado de su visi¨®n de la carrera, de su gran habilidad para estar siempre donde hay que estar, de su innata capacidad para hacer todo lo que hacen los dem¨¢s dando siempre una pedalada menos, de su facilidad para colocarse a rueda de quien interesa, Freire, que ha disputado cuatro Mundiales y ha subido al podio en tres (tiene una plata sub 23), sabe que de lo que se trata es de llegar en su sitio a las dos ¨²ltimas vueltas (el Mundial ser¨¢n 21 al circuito de 12,1 kil¨®metros, 254 kil¨®metros en total. Y, a partir de ah¨ª, empezar a jugar su juego. En una palabra, se trata de estar detr¨¢s de Ullrich cuando el alem¨¢n lance su esperado y temido ataque, y se trata de aguantar la coz. Despu¨¦s, sin problemas.
Desde que se inventaron los Mundiales contrarreloj, all¨¢ por 1994, ning¨²n corredor, ni siquiera Indurain, ha sido capaz del doblete, de ganar el mismo a?o el Mundial contrarreloj y el de l¨ªnea. Este es el desaf¨ªo que se ha impuesto Jan Ullrich este oto?o lisboeta. El alem¨¢n, un ciclista que ha dignificado el oficio de campe¨®n manteniendo un alto nivel de actividad y entusiasmo despu¨¦s del Tour y hasta octubre, ya gan¨® el jueves la contrarreloj. En Sydney, el a?o pasado, en los Juegos, gan¨® el oro en l¨ªnea y la plata contrarreloj. Hoy, si Freire y sus presagios no se entrometen, deber¨ªa volver al oro.
Longo se queda de bronce
El doblete complicado que intentar¨¢ alcanzar hoy Ullrich se le escap¨® ayer por muy poco a Jeannie Longo, la eterna dominadora del ciclismo femenino. La francesa, que cumplir¨¢ 43 a?os dentro de dos semanas, domin¨® en todo momento la carrera; suyos fueron los ataques que poco a poco fueron diezmando al pelot¨®n y tambi¨¦n la acci¨®n decisiva que la dej¨®, a falta de dos vueltas (unos 20 kil¨®metros), sola con las lituanas Edita Pucinskaite y Rasa Polikeviciute. Entre las dos b¨¢lticas organizaron la llegada y dejaron a la francesa de bronce, sin poder a?adir un nuevo t¨ªtulo mundial a los 13 que ya posee. La espa?ola Dori Ruano, la chica del bronce de la contrarreloj, tambi¨¦n ten¨ªa buenas piernas ayer, y superaba sin problemas todas las cribas emprendidas por Longo. Tuvo tambi¨¦n mala suerte, y a dos vueltas, cuando los momentos decisivos, se cay¨®, junto a una canadiense y una moto, justo en el mismo sitio, la media rotonda, donde el mi¨¦rcoles se rompi¨® una costilla Joane Somarriba.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.