El motor de la Uni¨®n Europea
Manpower asegura que Espa?a ha creado el 25% de las nuevas ocupaciones durante los ¨²ltimos cinco a?os
En los ¨²ltimos cinco a?os, Espa?a se ha convertido en el motor de empleo de la Uni¨®n Europea, seg¨²n se refleja en el ¨²ltimo estudio realizado por Manpower, coordinado por el catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada Josep Oliver. Entre 1995 y 2000 se han creado 2,4 millones de nuevas ocupaciones, con lo que la cifra total de ocupados en nuestro pa¨ªs ronda los 14 millones.
Uno de los grandes desequilibrios entre los pa¨ªses se encuentra en la incorporaci¨®n de las mujeres, donde Espa?a est¨¢ a la cola
La productividad no se ha incrementado en la medida que ha crecido el mercado laboral espa?ol, subraya el coordinador del informe
Esto supone el incremento de un punto porcentual en el peso que los ocupados espa?oles representan en el conjunto total de Europa, que ha pasado del 8% al 9%. El profesor Oliver se?ala que, aunque ese aumento pueda parecer modesto, 'significa un gran paso adelante, teniendo en cuenta el peso relativo que tiene nuestro pa¨ªs en la ocupaci¨®n europea'.
El buen comportamiento del mercado de trabajo en este periodo de tiempo ha significado que cerca del 25% de los nuevo empleos generados en la Uni¨®n Europea corresponden a Espa?a, que se ha convertido en l¨ªder en la creaci¨®n de ocupaci¨®n, seguido por el Reino Unido (con 1,8 millones de nuevos ocupados) y Francia (con 1,3 millones). Este aumento no se corresponde, sin embargo, con la creaci¨®n de valor a?adido, que mide todos los bienes y servicios producidos en un a?o: Espa?a ocupa el noveno lugar en ese ranking. Esto se debe, a juicio de Josep Oliver, 'a que el mercado laboral ha crecido m¨¢s por la incorporaci¨®n de mano de obra que por la incorporaci¨®n de tecnolog¨ªa, lo que hace que la productividad no se incremente de la misma manera'.
La din¨¢mica de crecimiento del mercado laboral puede verse truncada si, como apuntan los indicadores econ¨®micos, se produce una ralentizaci¨®n del ciclo. En este sentido, el segundo trimestre de este a?o muestra una debilidad en la creaci¨®n de empleo que, sin embargo, seg¨²n Oliver, no es demasiado preocupante hasta el momento. 'Los crecimientos experimentados durante 1999 y 2000, superiores incluso al 4%, eran extraordinarios, pero dif¨ªciles de mantener. Los actuales, que rondan el 2%, hay que considerarlos tambi¨¦n positivos', afirma el profesor que, adem¨¢s, niega que se pueda hablar de recesi¨®n econ¨®mica.
El informe dedica una atenci¨®n especial al an¨¢lisis de la convergencia del mercado laboral hacia Europa durante este quinquenio y revela que, a pesar del avance experimentado, Espa?a sigue a la cola, junto a otros pa¨ªses del Sur, como Italia y Grecia. Seg¨²n el ¨ªndice -que mide los ocupados equivalentes a tiempo completo en los servicios por 100 habitantes y mayores de 16 a?os-, el valor de Espa?a en el segundo trimestre de 2001 se sit¨²a en los 42 puntos, lejos todav¨ªa de pa¨ªses como Dinamarca (54,1), Finlandia (54,2) y Suecia (54,2). En una posici¨®n intermedia se encuentran econom¨ªas como Alemania, Austria, B¨¦lgica, Francia, Luxemburgo y Portugal.
Una de las razones de los grandes desequilibrios entre los pa¨ªses hay que buscarlas en el mercado de trabajo femenino. Aunque en los ¨²ltimos a?os, en Espa?a las mujeres se han incorporado masivamente al mercado laboral, su peso, comparado al de las econom¨ªas de los pa¨ªses n¨®rdicos o Reino Unido, sigue siendo muy inferior. En este sentido, seg¨²n Oliver, ser¨ªa necesario centrar la atenci¨®n en este colectivo. Seg¨²n los datos de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA), en el segundo trimestre de 2001, la tasa de paro femenino alcanzaba el 18,9%, mientras que la masculina era del 9%. Algo similar ocurre con la tasa de actividad, mientras que la masculina se sit¨²a en el 63,8%, la de mujeres es inferior en casi 25 puntos y ronda el 39,7% . Estos dos factores implican, seg¨²n el catedr¨¢tico, 'que gran parte de la fuerza de trabajo del pa¨ªs est¨¢ subutilizada, con consecuencias inmediatas sobre una producci¨®n efectiva de valor a?adido y, por lo tanto, de renta muy por debajo de las posibilidades potenciales del pa¨ªs'.
Entre las soluciones para mejorar esta situaci¨®n se encuentra la promoci¨®n del trabajo a tiempo parcial, una f¨®rmula a la que se acogen el 70,6% de las mujeres holandesas que trabajan, el 48,2% de las belgas o el 44,5% de las inglesas. Las espa?olas con jornadas parciales apenas representan el 17,2% del total de trabajadoras.
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