Los l¨ªmites de un hijo a la carta
Las restricciones legales y los costes m¨¦dicos marcan el debate sobre la posible elecci¨®n del sexo de los hijos
'?Le gustar¨ªa elegir el sexo de su pr¨®ximo hijo?'. Esta pregunta, en estos mismos t¨¦rminos, aparec¨ªa en un cuestionario que la doctora Juana Crespo, directora m¨¦dica del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), plante¨® hace seis meses a 150 parejas espa?olas que iban a someterse a un tratamiento de fecundaci¨®n in vitro en esa cl¨ªnica, una de las m¨¢s punteras de Espa?a. El 90% respondi¨® afirmativamente, quiz¨¢s d¨¢ndole la raz¨®n al Comit¨¦ ?tico de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, que la semana pasada aprobaba la posibilidad de seleccionar libremente el sexo de los hijos.
La pregunta, no obstante, est¨¢ casi prohibida en Espa?a, porque, salvo en casos en que est¨¦ en peligro el normal desarrollo del ni?o (por enfermedades ligadas al sexo como la hemofilia), esta pr¨¢ctica es ilegal. 'Pero la demanda existe, y habr¨ªa a¨²n m¨¢s si estuviese legalizado', comenta Juana Crespo.
'Supondr¨¢ una nueva concepci¨®n de la maternidad. Querremos hijos sanos y garant¨ªas', dice Juana Crespo
Una ley de 1988 es el ¨²nico referente sobre los l¨ªmites de la reproducci¨®n humana asistida en Espa?a. Y en ella se proh¨ªbe claramente la selecci¨®n del sexo para 'fines no terap¨¦uticos o terap¨¦uticos no autorizados'. El ¨²nico envite a este texto lo plante¨® en 1990 una mujer de Matar¨® (Barcelona) que, tras haber criado a cinco hijos varones, y con 43 a?os, pidi¨® permiso a un juez para que su ¨²ltimo embarazo fuera de una ni?a, la ilusi¨®n de su vida. El juez de primera instancia le dio la raz¨®n, pero la Audiencia Provincial revoc¨® la decisi¨®n.
L¨ªmites t¨¦cnicos no hay. En Espa?a, la selecci¨®n a priori del sexo se puede garantizar con cierto nivel de acierto (un 75%, frente al 50% que existe de forma natural) desde hace 15 a?os con la separaci¨®n de espermatozoides (machos y hembras) y la posterior fecundaci¨®n del ¨®vulo por inseminaci¨®n artificial. Y con total seguridad, mediante la manipulaci¨®n directa de los embriones, desde hace seis.
En el Reino Unido, pionero en esta t¨¦cnica, est¨¢ autorizado sin condiciones, al igual que en algunos estados de EE UU. De hecho, la doctora Crespo reconoce que su equipo canaliza la demanda que acude a su consulta hacia determinadas cl¨ªnicas estadounidenses. 'La demanda que tenemos sigue siendo irreal', explica, 'porque la gente sabe que se trata de una pr¨¢ctica ilegal y por eso reh¨²ye el planteamiento. Aun as¨ª, todav¨ªa hay quienes vienen a preguntar d¨®nde podr¨ªan llevarlo a cabo, y nosotros se lo decimos'.
Crespo pone como ejemplo el Microsort Institute, en Virginia, cuya p¨¢gina web ofrece la selecci¨®n de sexo por razones de 'balance familiar'. La t¨¦cnica que ofrecen es una modalidad muy avanzada de separaci¨®n de espermatozoides hembras (con dos cromosomas X) de los varones (con uno X m¨¢s unoY). Sin embargo, no garantiza por completo que el futuro hijo sea del sexo deseado. El porcentaje de acierto est¨¢ cerca del 90% para elegir ni?a y en el 73% en el caso de los ni?os.
Para lograrlo con totales garant¨ªas, es necesario acudir a una cl¨ªnica que ofrezca un 'diagn¨®stico preimplantacional', que consiste en fabricar los embriones en un laboratorio y elegir para implantar en el ¨²tero los del sexo deseado.
El proceso completo se resume as¨ª: a base de inyectarle hormonas a la mujer, se consigue provocar una mayor producci¨®n de ¨®vulos. Mediante una peque?a intervenci¨®n que requiere anestesia, se extraen dichos ¨®vulos, que despu¨¦s son fecundados en un frasco de laboratorio con el semen de su pareja. A cada uno de los embriones que se forman hay que hacerle una biopsia (como aparece en la foto) para conseguir una c¨¦lula en la que analizar sus cromosomas y diferenciar, as¨ª, los que ser¨¢n mujeres (XX) de los varones (XY). En esta operaci¨®n queda in¨²til un 30% del material. De los que sobrevivan sin lesiones, se implantan en la mujer tres o cuatro con el fin de que se desarrolle al menos un feto. Despu¨¦s de todo el proceso, hay un 60% de probabilidades de que el embarazo no prospere. El tratamiento completo cuesta m¨¢s de un mill¨®n de pesetas y tres meses de consultas ginec¨®logicas. Y cada nuevo intento de embarazo sale por otro medio mill¨®n de pesetas.
'La t¨¦cnica in vitro ha alcanzado su m¨¢ximo desarrollo', dice la doctora Ana Veiga, jefa de la secci¨®n de Biolog¨ªa del Instituto Dexeus (Barcelona) que, junto con la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz (Madrid) y el IVI (Valencia), son punteros en la realizaci¨®n de diagn¨®sticos preimplantacionales. 'Me cuesta imaginar que hubiera parejas dispuestas a someterse a todo eso por el capricho de elegir el sexo de su hijo, incluso aunque fuera legal. La demanda aumentar¨ªa si fuese un proceso barato y sencillo, como tomarse una pastilla. En los ¨²ltimos 10 a?os, apenas se me han planteado cinco o seis casos', agrega Veiga.
La doctora Crespo tiene otra opini¨®n: 'No puedes imaginar lo que puede llegar a hacer una pareja para conseguir tener un hijo del sexo deseado. Se trata de un sentimiento muy profundo en el que intervienen las sensibilidades y los anhelos de las personas. A veces la imposibilidad de hacerlos realidad puede llegar a amargarles la vida'.
Seg¨²n los especialistas consultados, la posibilidad de esta elecci¨®n no provocar¨¢ un desequilibrio demogr¨¢fico 'porque la mayor¨ªa de la gente seguir¨¢ teniendo los hijos de forma natural y completamente gratis, sin meterse en mayores complicaciones. Aproximadamente la mitad de los nacimientos son de ni?os varones (50,1%) y la otra mitad de ni?as (49,9%)', comenta Juan Jos¨¦ Vidal, jefe del servicio de Ginecolog¨ªa de la cl¨ªnica Ruber.
T¨¦cnicos, cient¨ªficos y ginec¨®logos coinciden en que la elecci¨®n del sexo de los hijos es algo puramente anecd¨®tico dentro de los avances que habr¨¢ en la prevenci¨®n de enfermedades asociadas al c¨®digo gen¨¦tico, gracias al continuo avance del conocimiento del genoma humano. 'Igual que hoy sabemos que el s¨ªndrome de Down est¨¢ ligado al cromosoma 21 y podemos detectar su anomal¨ªa, de aqu¨ª a dos a?os podremos conocer otras muchas irregularidades asociadas a otros cromosomas que nos permitir¨¢n evitar enfermedades en generaciones futuras', explica Llu¨ªs Montoliu, cient¨ªfico titular del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) y miembro del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa (CNB).
'Lo que esto significa es que se producir¨¢ un cambio en la concepci¨®n de la maternidad', asegura Crespo, 'todos querremos tener hijos sanos y con garant¨ªas, y, si las posibilidades est¨¢n a nuestro alcance... Ser¨¢ posible tener un hijo a los 40 a?os casi sin problemas y, en una sociedad como la nuestra, en la que las mujeres cada vez son madres m¨¢s tarde, esto ser¨¢ una ventaja. La maternidad ser¨¢ una cuesti¨®n extremadamente meditada y prevista', agrega.
Por ah¨ª van las investigaciones, que generar¨¢n, tarde o temprano, un importante debate ¨¦tico y, muy probablemente, un voluminoso negocio: seguramente el porcentaje de acierto sea directamente proporcional al precio. Aunque la pregunta ya no ser¨¢, o no s¨®lo, '?ni?o o ni?a?', sino '?quiere usted tener un hijo que probablemente desarrolle una esclerosis m¨²ltiple a los 25 a?os o un Alzheimer a los 65?'. O m¨¢s a¨²n: ?desea usted conocer el futuro de su hijo?
Una comisi¨®n inactiva
En Espa?a tambi¨¦n hay instancias que deber¨ªan emitir una opini¨®n sobre el tema de la selecci¨®n de sexo de los ni?os, entre otros muchos. Se trata de la Comisi¨®n Nacional de Reproducci¨®n Humana Asistida, dependiente del Ministerio de Sanidad y constituida hace cuatro a?os, ocho despu¨¦s de su formulaci¨®n en la Ley de Reproducci¨®n Asistida. Sin embargo, la Comisi¨®n lleva ya dos a?os sin reunirse, exactamente desde el ¨²ltimo cambio de Gobierno. Formada por m¨¦dicos, especialistas en bio¨¦tica, fil¨®sofos, soci¨®logos y hasta te¨®logos, naci¨® para ser referencia de los debates que las nuevas tecnolog¨ªas aplicadas a la reproducci¨®n humana est¨¢n planteando a la sociedad, y de los que la selecci¨®n de sexo es s¨®lo uno m¨¢s, pero ni en este ¨²ltimo ni en otros ha tomado partido alguno. La inactividad ha dejado adem¨¢s empantanados temas clave, como qu¨¦ hacer con los embriones sobrantes de los tratamientos in vitro. La ley dice que se deben guardar cinco a?os, pero no qu¨¦ hacer transcurrido ese tiempo, que ya se ha cumplido en muchos casos. La Comisi¨®n s¨®lo lleg¨® a hacer una encuesta que cifr¨® en 25.000 los embriones congelados en Espa?a en 1998. Hoy son casi 40.000, y nadie ha dado el paso de decidir qu¨¦ hacer con ellos.
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