Historias que se repiten

'Bajo la direcci¨®n de CiU se ha constituido un bloque conservador que gobierna Catalu?a de acuerdo con el centralismo y la derecha del Estado espa?ol', tronaba la voz de Antoni Guti¨¦rrez D¨ªaz, a la saz¨®n secretario general del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC, comunista). Era el 29 de septiembre de 1982 y en el Parlament se presentaba una moci¨®n de censura contra el Gobierno del entonces presidente, Jordi Pujol. Eran otros tiempos, pero algunos argumentos pueden repetirse en la moci¨®n que Pasqual Maragall defender¨¢ ante un hemiciclo muy diferente, pero que a¨²n alberga notables actores de la primera insurrecci¨®n parlamentaria contra el pujolismo. La moci¨®n que defend¨ªa el historiador Josep Benet fue respaldada por 21 votos (PSUC). Pujol s¨®lo cont¨® con el apoyo de 56 votos -43 de CiU y 13 de Esquerra Republicana-, mientras que socialistas, centristas y el Grupo Mixto (53 votos) se absten¨ªan. Pujol navegaba por la legislatura ora gracias al bote salvavidas de ERC, ora gracias al de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD), una canci¨®n que ahora puede repetirse con el PP y ERC.

?C¨®mo se fragu¨® la moci¨®n de Benet? Guti¨¦rrez recuerda que comenz¨® a darle vueltas a la idea en el suquet veraniego de Pere Portabella. 'No ten¨ªamos la idea de ganar, pero por estrategia deb¨ªamos presentarla', a?ade. La moci¨®n del PSUC no fue tan publicitada como la de Maragall. Se present¨® al t¨¦rmino del debate de pol¨ªtica general de 1982. 'S¨®lo lo sab¨ªamos Gregorio L¨®pez Raimundo, Rafael Rib¨® y yo. No dijimos nada; al t¨¦rmino del debate reunimos al grupo y lo anunciamos', agrega. Antoni Guti¨¦rrez cree que la moci¨®n de Benet, como la de Maragall, sirvi¨® para poner sobre la mesa con qu¨¦ apoyos contaba Pujol.

El tono de aquel debate y el de ahora a buen seguro que ser¨¢n muy diferentes. Pujol trat¨® a Benet con guante blanco, mientras que ahora CiU intentar¨¢ machacar a un Maragall que tiene muchos n¨²meros para hacerse con la presidencia. Benet era un antiguo compa?ero de armas de Pujol. Juntos participaron en batallas y compartieron clandestinidad y fe cristiana. Pero con todo, desde CiU no dej¨® de acusarse a Benet de actuar como submarino de los comunistas, a pesar de que las palabras m¨¢s duras contra Pujol y CiU las pronunci¨® Antoni Guti¨¦rrez al presentar la moci¨®n. As¨ª, sac¨® a colaci¨®n el caso Banca Catalana.

Benet, auspiciado por los comunistas, se esforz¨® en desmotar la 'Catalu?a m¨ªtica' que constru¨ªa el pujolismo y oponerla a la que todos los d¨ªas, con sus problemas laborales, de vivienda o sanitarios, se levanta de madrugada. Incluso rescat¨® al Prat de la Riba m¨¢s ecl¨¦ctico para recriminar a Pujol su intento de monopolizar el catalanismo: 'Una Catalu?a libre podr¨¢ ser democr¨¢tica, cat¨®lica, librepensadora sin dejar de ser catalana'.

Aunque Pujol fue deferente en su trato dial¨¦ctico con Benet, alg¨²n consejero de su Gobierno se ocup¨® de las tareas m¨¢s sucias. Maci¨¤ Alavedra, entonces titular de Gobernaci¨®n, le espet¨®: 'Yo no dir¨¦ aqu¨ª lo que se dice siempre, que el se?or Benet desde hace a?os ha sido instrumentalizado por el PSUC. No. No lo dir¨¦ porque no lo creo. Lo que sucede es que el PSUC coincide autom¨¢tica y totalmente con el se?or Benet'. Y remach¨®: 'El se?or Benet es un hombre de una opci¨®n pol¨ªtica concreta, de una opci¨®n pol¨ªtica comunista'.

Entre tanta historia, ?qu¨¦ hicieron los socialistas? Al igual que los centristas, se abstuvieron. Primero porque la moci¨®n la present¨® el PSUC, la competencia por la hegemon¨ªa de la izquierda catalana. Y ello 'a pesar de compartir las razones de fondo', como dijo el entonces l¨ªder del PSC, Joan Revent¨®s. Segundo, porque las elecciones legislativas estaban en puertas -octubre de 1982- y todas las encuestas pronosticaban que los comunistas iban a ser pr¨¢cticamente borrados del mapa electoral. Adem¨¢s, la moci¨®n ten¨ªa un claro objetivo para el PSUC: mantenerse a flote en una operaci¨®n de tintes propagand¨ªsticos. En abril de aquel a?o los comunistas m¨¢s ortodoxos formaron el Partit dels Comunistes, una amenaza a?adida a la supervivencia del PSUC.

?Y Esquerra? Joan Hortal¨¤, que llegar¨ªa a ser consejero y militante de Converg¨¨ncia, ten¨ªa una papeleta complicada para oponerse a la creaci¨®n de un bloque nacional como el propuesto por Benet. Pero hall¨® la soluci¨®n: las instituciones de autogobierno necesitaban consolidarse. Y concluy¨®: 'Nosotros decimos s¨ª al cambio, siempre que sea para mejorar'. Y no era el caso ni el momento.

Pujol explic¨® a su antiguo compa?ero de armas la diferencia entre praxis -la acci¨®n de Gobierno que representaba- y utop¨ªa -encarnada por Benet-. 'Su discurso es muy did¨¢ctico, porque pone de manifiesto la distancia que va de la cr¨ªtica, a veces desorbitada, de la utop¨ªa muy saludable, pero utop¨ªa, a la obra de gobierno, a la realidad de gobierno; una reflexi¨®n que el se?or Benet ha hecho; un servicio m¨¢s que ha hecho a Catalu?a'.

Pujol expuso las virtudes del pragmatismo y las razones de su inexorable triunfo sobre la ¨¦tica, la est¨¦tica y la prof¨¦tica. Y tan mal no le ha ido. Con muletas -ERC, UCD, el PSC y el PP- o sin ellas lleva 21 a?os gobernando Catalu?a, y s¨®lo dos mociones de censura.