Milagro en 'la Academia'
El Racing de Avellaneda, que estuvo hace un a?os al borde de la desaparici¨®n, es l¨ªder y sue?a con su primer t¨ªtulo desde 1966
Son miles y se los reconoce en las calles por la manera de cantar, las camisetas y los gorros albicelestes. Sonrientes, solidarios, encantados de la vida. All¨ª est¨¢n, esos son, los ciudadanos felices de este pa¨ªs, los aficionados del Racing de Avellaneda, la Academia, l¨ªder del torneo Apertura con cinco puntos de ventaja. Despu¨¦s de salvar el pasado a?o la quiebra econ¨®mica y la desaparici¨®n definitiva del club con la cesi¨®n transitoria de la administraci¨®n del f¨²tbol profesional a una empresa privada, el equipo que deb¨ªa luchar otra vez para evitar la promoci¨®n y el descenso, se encuentra invicto, con siete triunfos y dos empates, y a s¨®lo diez jornadas del t¨ªtulo de campe¨®n que se les niega hace casi 35 a?os.
Considerado el tercer equipo m¨¢s popular del pa¨ªs, despu¨¦s del River y el Boca, Racing fue devastado por sucesivas juntas directivas que terminaron de saquearlo y desfondarlo sin rendir cuentas, amparadas en las 'sociedades sin fines de lucro' bajo la que se agrupan los clubes argentinos, el Racing de Avellaneda deb¨ªa m¨¢s de 60 millones de d¨®lares (m¨¢s de 10.000 millones de pesetas) cuando la justicia decret¨® la quiebra y orden¨® su liquidaci¨®n para repartir los pocos bienes que le quedaban entre sus acreedores. La resistencia en la calle de miles de fan¨¢ticos demor¨® la ejecuci¨®n y surgi¨® una propuesta de salvaci¨®n.
La empresa Blanquiceleste, una sociedad an¨®nima de accionistas desconocidos y administradores vinculados con el holding econ¨®mico del Grupo Macri, del que es heredero Mauricio Macri, presidente del Boca, ofreci¨® hacerse cargo del pasivo e invertir en la formaci¨®n de un nuevo equipo, a cambio de la concesi¨®n de los derechos de todo tipo durante diez a?os con opci¨®n a otros diez. El juez otorg¨® a esa empresa una administraci¨®n provisional que es definitiva desde el pasado mi¨¦rcoles. El Racing es la primera plantilla privatizada de Argentina. Y ahora, con los resultados, se le considera un 'modelo de gesti¨®n' y 'un ejemplo a seguir'. Sus jugadores son los ¨²nicos que cobran al d¨ªa.
El Racing, con sede propia al otro lado del Riachuelo maloliente que separa por el sur a Buenos Aires, la capital del pa¨ªs, de la populosa ciudad de Avellaneda, siempre fue un club que se destac¨® por ser original. Gan¨® siete t¨ªtulos consecutivos en la etapa amateur del f¨²tbol argentino y desde entonces se le conoce como la Academia, por aquellos jugadores que cada domingo daban clase de f¨²tbol. Fue el primero en conseguir tres campeonatos de Liga seguidos desde que se inici¨® el profesionalismo. Fue el primer ganador de la Copa Intercontinental, cuando venci¨® en 1967 al Celtic de Glasgow, campe¨®n de Europa, en tres partidos memorables y fue tambi¨¦n el primero en conquistar la Supercopa de Am¨¦rica en 1988. No pudo ser el primero de los grandes en descender a Segunda porque cuando baj¨®, en 1983, el San Lorenzo se le hab¨ªa adelantado un par de a?os. Pero s¨ª el primero en ir a la quiebra y en ser privatizado.
El equipo de Mostaza
Cuando la empresa Blanquiceleste se hizo cargo, el nuevo entrenador, Carlos Mostaza Merlo, un hist¨®rico centrocampista del River, form¨® entonces un equipo duro para evitar la promoci¨®n y otro posible descenso a Segunda. Para el Apertura llegaron nueve jugadores, entre ellos, Campagnuolo, ex del Valencia, y Gustavo Barros Schelotto, ex del Villarreal. Nada dicen los nombres, pero s¨ª el equipo en movimiento. Mostaza Merlo, as¨ª llamado desde su ¨¦poca de jugador por la tendencia a aclararse el pelo con agua oxigenada, arm¨® un conjunto solidario, fuerte f¨ªsica y mentalmente.
La recaudaci¨®n por venta de entradas en cada encuentro del Racing supera en este torneo a las del River y el Boca y se acerca ya a los dos millones de d¨®lares en nueve partidos. En dos meses se suscribieron 8.000 socios. Adem¨¢s, se venden y agotan todos los productos que lleven el escudo del club o los colores celestes y blancos, incluidos los manteles, las s¨¢banas, las toallas y los calzoncillos y bragas. El llamado fen¨®meno Racing arrastra a todos. La televisi¨®n se entretiene con el espect¨¢culo de la hinchada casi tanto como con el juego. Cantan sin cesar: 'Ol¨¦, ol¨¦, ol¨¦, oooohhhh, La Academia, es un sentimiento que no puedo parar'.
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