Los viticultores piden que se aumente el control en la quema de vino ante el temor al fraude

Los viticultores espa?oles, por medio de las diferentes organizaciones agrarias y las cooperativas, han reclamado al Ministerio de Agricultura que se aumenten los controles sobre las industrias alcoholeras que se dedican a la destilaci¨®n del vino excedentario que se retira del mercado con las ayudas comunitarias. En medios agrarios se sospecha que puede estar produci¨¦ndose alg¨²n tipo de fraude. La prueba del nueve que explica el fraude est¨¢ en los escasos efectos que supone para los precios del mercado la retirada de ese producto excedentario.

Entre otras medidas que se plantean desde el sector viticultor est¨¢n unas mayores inspecciones y la posibilidad de tener personal de la Administraci¨®n de forma permanente en las plantas. Como medida m¨¢s dr¨¢stica se contempla igualmente la posibilidad de tintar ese vino excedentario con colorantes no perjudiciales para la salud para evitar que el vino entregado a una industria para su quema y destrucci¨®n pueda volver nuevamente al mercado de forma fraudulenta.

La campa?a pasada, Espa?a entreg¨® para su quema, con ayudas comunitarias, 10 millones de hectolitros de vino. A pesar de esa actuaci¨®n, los precios en el mercado nacional siguieron por los suelos, con cifras por debajo de las 300 pesetas hectogrado, lo que supon¨ªa un precio para un litro de vino blanco en bodega de unas cuarenta pesetas.

Extra?eza

Los viticultores muestran su extra?eza no s¨®lo por el comportamiento de los precios a la baja en el mercado espa?ol, sino por la situaci¨®n existente en otros pa¨ªses comunitarios. Espa?a, a pesar de tener los precios del vino tan bajos, realiz¨® el pasado a?o importaciones de vino, a¨²n m¨¢s baratas, desde Italia. Esta situaci¨®n, en opini¨®n del sector productor, tiene una explicaci¨®n dif¨ªcil si no hay por debajo un fraude en la destilaci¨®n que permite operar a precios tan bajos.

Sobre el papel, el vino que se entrega para la destilaci¨®n entra en una industria y se elimina mediante su transformaci¨®n en alcohol. La posibilidad de fraude se limita a que ese vino que entra por una puerta para su quema salga nuevamente como vino por la puerta de atr¨¢s. La industria ha cobrado por ese vino el precio fijado por la UE, 414 pesetas hectogrado, lo que permitir¨ªa vender ese vino nuevamente en el mercado a precios muy bajos con beneficio. Esa circunstancia provocar¨ªa m¨¢s excedentes, hundiendo las cotizaciones. La alcoholera puede obtener a partir de otros productos el alcohol necesario para justificar que se ha quemado el vino si no existen las inspecciones suficientes en ese mismo momento en la empresa.

Recelos

Los recelos sobre la existencia de este tipo de pr¨¢cticas no son nuevos en el sector del vino en Espa?a, y, de hecho, las alcoholeras han sido objeto de inspecciones por este motivo. Antes del ingreso de Espa?a en la UE, el Ministerio de Agricultura ya se vio obligado a colocar inspectores de forma permanente en las plantas dedicadas a la destilaci¨®n de esos vinos entregados a la intervenci¨®n. Tambien se lleg¨® en alguna ocasi¨®n a colorar ese vino para impedir que se pudiera comercializar en caso de existir fraude.

Hoy, ante los graves problemas de excedentes que hay en el sector vitivin¨ªcola, ha renacido la desconfianza y los viticultores reclaman nuevamente los m¨¢ximos controles para impedir un posible fraude que perjudica los intereses de la producci¨®n.