Un drama sobre pescadores da lustre a la secci¨®n oficial
Una pel¨ªcula con actores no profesionales, surgidos de la b¨²squeda durante cuatro meses en el pueblo de Pozzuoli, sorprendi¨® ayer a los espectadores de la secci¨®n oficial de la Mostra por su excelente factura. Tornando a casa es el primer largometraje del napolitano Vincenzo Marra, quien demuestra una solvencia impropia de un debutante.
El filme de Marra bebe, aunque su director lo negara ayer en conferencia de prensa, en las fuentes del neorrealismo italiano (particularmente en La terra trema, de Visconti) para 'dar a conocer la historia de unas gentes lejanas a lo que vivimos diariamente', seg¨²n explic¨® el propio realizador. Y lo hace por medio de una narraci¨®n que transita desde la exposici¨®n de las vidas de un grupo de marineros y su contacto con la tierra hasta la epopeya de los emigrantes que buscan en Italia su tierra prometida. La ¨²ltima media hora del filme, cuyo argumento recuerda vagamente la odisea de Lamerica, de Gianni Amelio, es un hermos¨ªsimo poema al desencanto que no puede dejar indiferente ni al espectador menos sensible.
Dialecto napolitano
Hablada en dialecto napolitano, la pel¨ªcula se rod¨® en circunstancias muy especiales. Marra hab¨ªa logrado una beca de la administraci¨®n italiana por el gui¨®n del filme, pero, en el momento de internarse en el mar para realizarlo, prefiri¨® ocultar los di¨¢logos a los actores, que s¨®lo conoc¨ªan a grandes rasgos la historia. El resultado es de una naturalidad apabullante porque los pescadores de Pozzuoli 'interpretan a personajes como ellos, pero no dejan de actuar', en palabras de Marra. Y es entonces cuando la pel¨ªcula deviene una bella met¨¢fora de la desesperanza cuyas im¨¢genes cautivan m¨¢s si se piensa en las implicaciones sociales y raciales que sus intenciones esconden.
La poes¨ªa de las im¨¢genes de Marra oscureci¨® a la otra cinta presentada ayer en la secci¨®n oficial, la francesa 17, Rue Bleue, de Chad Chenouga. La historia de supervivencia de una madre soltera de origen argelino y sus dos hijos en el Par¨ªs de los a?os setenta sirve a Chenouga para trazar un relato correcto pero incompleto sobre la problem¨¢tica racial y sus consecuencias.
Hay en 17, Rue Bleue un buen planteamiento de fondo, pero su plasmaci¨®n en la pantalla deja demasiados cabos sueltos, al saltar la narraci¨®n desde la figura de la madre abandonada a su suerte tras la muerte de su protector hasta la del hijo que, sin propon¨¦rselo, ha de cargar con un mundo que nunca acaba de comprender. As¨ª, la luminosidad que anuncia un comienzo con estructura de comedia se transforma en una tragedia sobre la soledad que nunca parece intencionada.
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