Un estudio constata la creciente violencia racista en los institutos multi¨¦tnicos
La tesis doctoral revela la existencia de prejuicios entre 'catalanes y castellanos'
No se trata de una violencia espectacular que requiera la intervenci¨®n de la fuerza p¨²blica, pero es tan constante y generalizada que va minando r¨¢pidamente los cimientos de una buena convivencia. La tesis doctoral que el antrop¨®logo Carles Serra ha presentado en la Facultad de Ciencias de la Educaci¨®n de la Universidad de Girona (UdG) constata que la violencia racista se est¨¢ extendiendo peligrosamente entre los adolescentes de los institutos con una alta concentraci¨®n de inmigrantes. Serra ha realizado su trabajo observando las relaciones entre alumnos.
Titulada Identidad, racismo y violencia. Las relaciones inter¨¦tnicas en un instituto catal¨¢n , la tesis de Carles Serra ha sido elaborada tras seis meses de trabajo sobre el terreno. M¨¢s atento a los gestos y a las conversaciones que a las vol¨¢tiles estad¨ªsticas, Serra aborda un territorio escasamente explorado por la antropolog¨ªa. Sus conclusiones inducen al pesimismo.
Seg¨²n el estudio, sobre el colectivo marroqu¨ª se ejerce una constante violencia indirecta. Se les atribuyen todos los t¨®picos: sucios, prepotentes, agresivos, etc¨¦tera. Estos alumnos soportan un rosario de desprecios, insultos, exclusiones y agresiones. 'No soy racista, no tengo nada en contra, pero no me relaciono con ellos', asegura Ariadna, una adolescente que ejemplifica la indiferencia c¨®mplice de buena parte de los alumnos.
Contrariamente a lo que se piensa, son las chicas las que muestran una conducta m¨¢s racista. 'La mayor¨ªa excluyen sin miramientos a las alumnas marroqu¨ªes y ejercen sobre ellas una enorme violencia simb¨®lica; las condenan a la muerte social', explica Serra.
Agresiones f¨ªsicasLas agresiones f¨ªsicas sobre los inmigrantes no provienen de alumnos con una arraigada ideolog¨ªa racista. 'Los alumnos saben que pegar a un profesor es subir un pelda?o de la violencia, pero pegar a un marroqu¨ª es bajarlo', advierte el autor. Algunos alumnos llegan a criticar la benevolencia de los profesores: 'A los moros hay que meterles ca?a, y la directora y toda esta gente tienen otra idea sobre ellos, que es siempre ayudarlos, ayudarlos'.
El autor ha elaborado planos sobre las tendencias de grupo en los diversos espacios del instituto, un centro que no se identifica en el estudio. En ellos aparece, adem¨¢s de la exclusi¨®n de los magreb¨ªes, el distanciamiento entre catalanes e hijos de inmigrantes espa?oles en las amistades y las relaciones en el aula y el patio. 'Existe un discurso muy vivo de confrontaci¨®n entre catalanes y castellanos por parte de los dos colectivos, a menudo sustentado por t¨®picos sobre pol¨ªtica y f¨²tbol, y hay que estar atentos para ver c¨®mo puede evolucionar', asegura el antrop¨®logo.
El estudio revela mayor frustraci¨®n entre el colectivo de adolescentes que proceden de una segunda o tercera generaci¨®n de inmigrantes espa?oles, ya que advierten que no han prosperado econ¨®micamente. Un adolescente que se incluye en el grupo de los 'catalanes' afirma: 'Gente que sea del Bar?a hay mitad y mitad, pero que prefiramos Catalu?a antes que Espa?a, somos s¨®lo nuestro grupo. Los otros, encima de vivir en Catalu?a, odian a los catalanes y odian a Catalu?a'.
La actitud de los profesores ante el racismo generalizado es esforzada pero insuficiente. 'Se trabaja el racismo como discurso, como una lecci¨®n m¨¢s del programa, pero se abandona la relaci¨®n e integraci¨®n cotidiana entre el alumnado', critica Serra. El estudio advierte tambi¨¦n de la descoordinaci¨®n y el solapamiento de funciones entre los organismos institucionales que deben integrar a los inmigrantes.
La f¨®rmula de los TAE (talleres de aprendizaje escolar), donde los inmigrantes reci¨¦n llegados aprenden el idioma del pa¨ªs, no contribuye a mejorar la relaci¨®n porque a menudo est¨¢n separados del edificio escolar. Otro de los elementos de cr¨ªtica se centra en el establecimiento de grupos de nivel, segregaci¨®n que de manera m¨¢s o menos encubierta practican muchos institutos de Catalu?a. '?C¨®mo puede prosperar un alumno si sabe que le han puesto en la clase de los burros? Su autoestima cae por los suelos', afirma el antrop¨®logo.
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