'La guerra se les puede escapar de las manos'
Hoy, el escritor mexicano Carlos Fuentes recibir¨¢ la Medalla Internacional de las Artes de la Comunidad de Madrid de manos de su presidente, Alberto Ruiz-Gallard¨®n. El compromiso con su tiempo y el amor a la lengua son dos temas recurrentes en su obra. En estos tiempos dif¨ªciles, Fuentes llama la atenci¨®n sobre las catastr¨®ficas consecuencias de la actual espiral de violencia. Y, por otro lado, celebra la inclusi¨®n de americanismos en el nuevo diccionario.
'Hay un momento de misterio en la creaci¨®n literaria, y no se sabe lo que va a pasar'
'Veo con buenos ojos cualquier iniciativa que contribuya a americanizar el espa?ol'
'Su calidad literaria, su compromiso, su vinculaci¨®n con Madrid y su magn¨ªfica obra' son los argumentos que han hecho que el Gobierno auton¨®mico se decantara por Carlos Fuentes para concederle la Medalla Internacional de las Artes de la Comunidad de Madrid, que hoy recibir¨¢ de manos de Alberto Ruiz-Gallard¨®n a las doce de la ma?ana en la Real Casa de Correos. Esta distinci¨®n se cre¨® el 27 de abril de 2000 con la intenci¨®n de premiar la trayectoria de personalidades relevantes no espa?olas por la realizaci¨®n de actividades art¨ªsticas vinculadas a la regi¨®n. El a?o pasado fue concedida al pianista y director de orquesta Daniel Barenboim.
Carlos Fuentes (M¨¦xico, 1928) ha recibido los m¨¢s variados premios a lo largo de su trayectoria, entre ellos el Cervantes, en 1987, y el Pr¨ªncipe de Asturias, en 1994. Autor de novelas como La muerte de Artemio Cruz, Terra Nostra o la m¨¢s reciente Instinto de Inez, por s¨®lo citar unas cuantas de su dilatada obra, Fuentes ha sabido combinar en sus libros la fuerza de su gran estilo con una mirada comprometida con los vaivenes pol¨ªticos y sociales del presente y con el af¨¢n de recuperar la historia y la memoria de su pa¨ªs. Las pasiones, la muerte, la infatigable marcha del tiempo, las peleas del hombre con el destino y su lucha por la independencia y la libertad son algunas de las preocupaciones que recorren su obra.
Pregunta. Una obra que ha pasado por distintos momentos. ?En cu¨¢l se encuentra ahora?
Respuesta. Desde los a?os ochenta estoy embarcado en la escritura de una serie de obras interrelacionadas, que he englobado bajo el t¨ªtulo gen¨¦rico de La edad del tiempo, porque precisamente tienen al tiempo como eje central. Tengo el plan m¨¢s o menos elaborado. Lo que no significa que pueda controlarlo. A cada rato, las cosas me traicionan y siguen un curso caprichoso. Es lo que me sucedi¨® con Instinto de Inez, que era una novela que no estaba entre mis planes. O si estaba, por las ganas de contar algo donde la m¨²sica tuviera un destacado protagonismo, ocupaba un lugar profundo, ah¨ª en el inconsciente. Hay un momento de misterio en la creaci¨®n literaria, quiz¨¢ sea el m¨¢s importante. No se sabe lo que va a pasar, hacia d¨®nde van las cosas y los personajes. Pero hay que seguir escribiendo.
P. Aun as¨ª, s¨ª que existen algunas preocupaciones recurrentes en su literatura. ?Cu¨¢les ser¨ªan?
R. Veo que pretenden que les cuente mi vida entera en cinco minutos. No va a ser f¨¢cil. Valga con decir que yo crec¨ª fuera de M¨¦xico. Mis padres siempre anduvieron de un sitio a otro por su trabajo diplom¨¢tico. As¨ª que en relaci¨®n a mi pa¨ªs siempre tuve esa gran perspectiva que te da la distancia, el vivir fuera. De todas formas, todos los a?os pasaba tres meses con mis abuelas. Una viv¨ªa en el golfo de M¨¦xico, la otra en el Pac¨ªfico. As¨ª que tambi¨¦n pude hacerme una idea desde dentro, y desde distintos lugares, y fui descubriendo que M¨¦xico era un pa¨ªs hermoso, enigm¨¢tico, tr¨¢gico, lleno de excesos. Un escenario magn¨ªfico para poner en escena un drama.
P. Forma parte de la generaci¨®n del boom. ?C¨®mo valora, ahora con distancia, ese fen¨®meno?
R. Mi generaci¨®n se plante¨® el desaf¨ªo de asumir una tradici¨®n, y de llenar, dentro de ¨¦sta, las lagunas que encontr¨¢ramos. Quiz¨¢ por eso nuestros libros, los de Roa Bastos, Garc¨ªa Marqu¨¦z, Vargas Llosa o los m¨ªos, entre tantos otros, tienen un fuerte contenido hist¨®rico. Descubrimos que nuestras letras del siglo XIX eran muy pobres. S¨ª, estaba Machado de Assis, pero era brasile?o. As¨ª que hab¨ªa mucho que hacer. Tuvimos una fuerte influencia de los poetas -Vallejo, Neruda, Huidobro, Rub¨¦n Dar¨ªo- y tambi¨¦n de nuestros mayores m¨¢s pr¨®ximos, como Borges, Carpentier u Onetti. Mejor o peor, cumplimos lo que nos hab¨ªamos propuesto. As¨ª que despu¨¦s de nosotros, la relaci¨®n con la tradici¨®n fue menos traum¨¢tica y, primero, surgi¨® una generaci¨®n (con muchas escritoras, por cierto) que se ocup¨® de cuestiones m¨¢s ¨ªntimas (el sexo, el trabajo, el amor, la vida dom¨¦stica) y, desp¨²es, todo un mont¨®n de narradores, los del crack, que escriben sobre lo que quieren y como quieren.
P. A estos ¨²ltimos se los ha criticado porque sus libros no tuvieran mucha sustancia...
R. ?Falta de sustancia? Ya me dir¨¢n que En busca de Klingsor, de Jorge Volpi, que desentra?a los secretos de las investigaciones at¨®micas del III Reich, no da cuenta de los dramas de nuestro tiempo. En cuanto a Ignacio Padilla, Amphytrion se mete en el meollo de la sustituci¨®n de identidades en una ¨¦poca convulsa de la historia de Europa. Lo hace adem¨¢s buscando una forma, la del thriller, muy ¨¢gil y llena de posibilidades. No creo, de verdad, que se pueda simplificar. Cada escritor elige una forma de contar las cosas.
P. Pero en cada uno la historia ocupa un lugar distinto...
R. La historia sigue adelante. Y los novelistas cuentan todo aquello que los historiadores no pueden contar. Napole¨®n invadi¨® Rusia, pero fue Tolst¨®i el que escribi¨® Guerra y paz.
P. Cambiando de tema, ?c¨®mo ve el momento por el que est¨¢ pasando su pa¨ªs?
R. Vivimos ahora en M¨¦xico un momento extraordinariamente dif¨ªcil. Se acab¨® el PRI, ese partido que termin¨® haciendo los papeles de un dictador. As¨ª que estamos en nuestra transici¨®n a la democracia en un momento muy complicado, con la econom¨ªa en recesi¨®n en todas partes y con el mundo embarcado en una guerra caliente.
P. A prop¨®sito de la guerra. Usted ha propuesto a los presidentes de Brasil, M¨¦xico, Argentina y Chile que convoquen una cumbre mundial para detener, entre otras cosas, esta espiral de violencia. ?Por qu¨¦ no ha contado tambi¨¦n con Aznar?
R. Aznar ha tomado una posici¨®n muy clara desde el inicio del conflicto. Es posible que los otros, a los que me he dirigido, tengan un margen de independencia mayor. El conflicto que se ha iniciado puede tener los mismos efectos que se producen cuando se tira una piedra en un estanque. La calma se rompe y surgen una serie de c¨ªrculos conc¨¦ntricos cada vez mayores. No se sabe hasta d¨®nde pueden llegar. La guerra se les puede ir de las manos.
P. Hablemos de la lengua espa?ola, ?qu¨¦ le parece la ¨²ltima edici¨®n del Diccionario?
R. Estoy muy contento con el nuevo diccionario. Sobre todo porque ha incorporado un gran caudal de americanismos y veo con buenos ojos cualquier iniciativa que contribuya a americanizar el espa?ol. Es verdad que hay palabras pasajeras y palabras duraderas. En los mismos di¨¢logos entre Sancho y Don Quijote no siempre entendemos lo que dicen. Un diccionario es un receptor y un im¨¢n de la lengua. Y la lengua es un organismo vivo, no una pieza de museo. El espa?ol es muy rico, all¨ª donde se hable y sea quien sea el que lo hable. En fin, quiz¨¢ cuando le va peor al espa?ol es cuando lo utilizan los pol¨ªticos. Es entonces cuando se bastardiza.
P. Madrid le concede la Medalla de las Artes, ?qu¨¦ relaci¨®n tiene con Espa?a y, sobre todo, con esta ciudad?
R. No les puedo decir nada. Para saber de mi relaci¨®n con Madrid tendr¨¢n que escuchar lo que diga cuando me entreguen la medalla.

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