Javi Cantero se desmarca en Bilbao del estilo de su padre, El Fary

Hay artistas que logran vender miles de discos tras dar a conocer sus canciones en fatigosas y largas giras por lejanos escenarios. Sin embargo, a Javi Cantero no le ha hecho falta ofrecer ni un solo concierto para lograr vender m¨¢s de 40.000 ejemplares de un estreno discogr¨¢fico que vio la luz el pasado 24 de junio. Por eso, una de las mayores preocupaciones del sello Muxxic, perteneciente a Gran V¨ªa Musical, es montarle una banda profesional, con miembros ya baqueteados en los escenarios, con cuyo respaldo pueda defender en vivo las canciones que componen su deb¨² a partir del pr¨®ximo a?o.

'Es un disco, sobre todo, muy variado, que tiene influencias de todo tipo de m¨²sica. Tiene su puntito flamenco, influencias un poco del funk, del rock, dos rumbas techno y tambi¨¦n baladas. Hay de todo'. De esta manera describe Cantero, hijo del cantante -y tambi¨¦n actor- El Fary, un ¨¢lbum en el que el int¨¦rprete afirma que no pueden encontrarse semejanzas con la producci¨®n de su progenitor.

'Nuestra m¨²sica no se parece en nada. Mucha gente nos quiere comparar para decir si canto mejor o peor que El Fary, pero yo hago una m¨²sica y mi padre, otra. Pero, bueno, no cabe duda de que la m¨²sica de mi padre es la hostia, y mi padre es la hostia, es un fen¨®meno', asegura sin rubor un 'entendido' en flamenco al que tambi¨¦n le gustan los machacantes ritmos bakaladeros. 'Aparte de ense?arme a jugar al mus y a los chinos, mi padre me ha dado muchos consejos, como que nunca me llegue a creer m¨¢s que nadie si la cosa sigue como hasta ahora, y que vaya despacito, que este es un camino muy largo y hay que curr¨¢rselo', comenta Cantero, un artista de 18 a?os que dice intentar 'innovar' al cantar y componer, y que apuesta por dedicarse a la m¨²sica como salida profesional.

'Estudiando era, no el peor de mi clase, el peor del colegio. Era famoso porque era muy malo estudiando, fatal. Estaba m¨¢s tiempo en la clase de los castigados, que en la de los normales', concluye Javi Cantero.