El sexo no s¨®lo elimina errores sino que fija caracteres positivos en la evoluci¨®n
El sexo no es simplemente reproducci¨®n. No lo es ni en t¨¦rminos de relaci¨®n humana ni tampoco para gran parte de los organismos, unicelulares o no, que pueblan el planeta. Seg¨²n se va viendo, sexo implica cooperaci¨®n y altruismo, pero tambi¨¦n tensi¨®n, ego¨ªsmo y, en no pocos casos, un coste asociado que genera grandes dudas acerca de su eficiencia real a lo largo de la evoluci¨®n, especialmente si se compara con formas de relaci¨®n asexual mucho menos costosas y de las que se deriva una descendencia pr¨¢cticamente id¨¦ntica. Pese a ello, la evoluci¨®n ha preservado el sexo, y no s¨®lo para asegurar la perpetuidad de las especies.
La cuesti¨®n no es balad¨ª y, por el momento, carece de respuestas obvias. Lynn Margulis, de la Universidad de Massachussetts (EE UU), se?alaba en las jornadas Sexo y Evoluci¨®n organizadas por el Museo de la Ciencia de Barcelona Fundaci¨®n La Caixa, la existencia de especies con m¨¢s de dos g¨¦neros y las m¨²ltiples formas que adopta la reproducci¨®n como ejemplo de la complejidad de lo que se considera un principio b¨¢sico en biolog¨ªa.
En cualquier caso, seg¨²n Richard Michod, director del departamento de Ecolog¨ªa y Biolog¨ªa Evolutiva de la Universidad de Arizona, el sexo podr¨ªa definirse como un 'instrumento imperfecto para un mundo imperfecto'. La imperfecci¨®n del instrumento vendr¨ªa dada por el enorme coste que implica emplear el sexo con fines reproductivos y que se traducen en la puesta a punto de estrategias de selecci¨®n y encuentro de la pareja sexual. ?Pero para qu¨¦ tanta complejidad?
Para este experto estadounidense, el sexo responde a dos principios b¨¢sicos, el de asegurar la inmortalidad entendida en forma de perpetuidad de los genes, y no de los individuos y el de mantener una cierta continuidad en lo que ser¨ªan sus veh¨ªculos de transporte, sean ¨¦stos ¨®rganismos unicelulares como las bacterias o seres m¨¢s complejos como los humanos.
La tensi¨®n entre la recombinaci¨®n gen¨¦tica -fen¨®meno por el que los c¨®digos de los progenitores se funden para propiciar la descendencia- y la fidelidad -seg¨²n la cual el descendiente es simplemente parecido a sus progenitores, pero no id¨¦ntico- es lo que para Michod da sentido al sexo. 'A trav¨¦s de la recombinaci¨®n', se?ala, 'pueden eliminarse errores perjudiciales para el individuo', dice. Pero tambi¨¦n ayudar a fijar aspectos positivos desde el punto de vista evolutivo. As¨ª lo han demostrado William R. Rice y Adam K. Chippindale, de la Universidad de California en Santa B¨¢rbara. En un art¨ªculo publicado en el ultimo n¨²mero de Science, apuntan que la recombinaci¨®n incrementa la efectividad de la selecci¨®n natural permitiendo que mutaciones beneficiosas para un individuo se diseminen en la poblaci¨®n y se mantengan. Los dos expertos, que han comprobado este fen¨®meno de permanencia a largo plazo en la mosca del vinagre, concluyen que la reproducci¨®n sexual es mucho m¨¢s efectiva para fijar caracteres beneficiosos que la asexual.
La siguiente pregunta es por qu¨¦ hay organismos que se reproducen asexualmente. Para Michod es una estrategia a corto plazo. 'Conocemos especies de peces y lagartos con vida asexual', dice, pero ninguna parece haber tenido demasiado ¨¦xito evolutivo.
El caso es que la recombinaci¨®n gen¨¦tica no es perfecta. Los c¨®digos incorporan a menudo errores que no s¨®lo afectan a un individuo espec¨ªfico sino que se transmiten de generaci¨®n en generaci¨®n. Si la reproducci¨®n es asexual, esto es, sin recombinaci¨®n, los errores permanecen en el tiempo y s¨®lo sobreviven, dice Michod, mientras el entorno se lo permita. De ah¨ª que la clonaci¨®n sea una estrategia 'a muy corto plazo', ¨²til para un individuo pero no para una poblaci¨®n a largo plazo. 'El sexo permite corregir errores', concluye.
Visto as¨ª, los costes del engranaje sexual tienen su raz¨®n de ser. Amotz Zahavi, director del Centro de Estudios del campo de Hatzeva, en Israel, los describe en forma de 'cooperaci¨®n necesaria' entre individuos. Las estrategias, resumidas en su teor¨ªa del handicap, son la ostentaci¨®n de valores, el prestigio y el v¨ªnculo social.
Ostentaci¨®n
La ostentaci¨®n es caracter¨ªstica de los machos que buscan aparearse. El ejemplo m¨¢s caracter¨ªstico es la cola de los pavos reales, pero hay otros muchos. Representa la primera inversi¨®n energ¨¦tica. A trav¨¦s de ella, por otra parte, individuos de distintas especies se aseguran un lugar preeminente en la poblaci¨®n, una posici¨®n de prestigio social que, aunque no tenga fines sexuales, va a ser ¨²til. La tercera inversi¨®n, dice Zahavi, viene dada por el v¨ªnculo, el equivalente a la relaci¨®n social, cuyo mantenimiento ayuda a preservar la continuidad de la especie. Para ello es imprescindible combinar ego¨ªsmo con altruismo.
Michod destaca que es el ego¨ªsmo de los genes el elemento de cooperaci¨®n para todos los organismos, de modo que el sexo prevalece sobre la reproducci¨®n asexual por sus ventajas competitivas y pese a sus costes. Salvo para una excepci¨®n, las rotoferas, organismos microsc¨®picos multicelulares que se reproducen asexualmente desde hace millones de a?os y que han sido capaces de introducir variabilidad gen¨¦tica a lo largo de la evoluci¨®n. 'No entendemos c¨®mo es posible', dice.
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