El acusado por la muerte de un industrial admite que ayud¨® a enterrar el cad¨¢ver, pero niega que planease el crimen
Miguel ?ngel Gim¨¦nez, a quien la Fiscal¨ªa acusa de homicidio como cooperador en el crimen de Patxi Alonso en 1998, neg¨® ayer que planease matar al industrial junto a Haritz Alkorta, presunto autor de los disparos que acabaron con el empresario, como sostienen las acusaciones particulares. Admiti¨®, sin embargo, que le ayud¨® a trasladar y enterrar el cad¨¢ver porque le ten¨ªa 'aprecio' y 'despu¨¦s de lo que hab¨ªa hecho, ten¨ªa miedo'. 'Pens¨¦ que al colaborar con ¨¦l confiar¨ªa m¨¢s en m¨ª y no me har¨ªa nada', dijo.
Durante la segunda sesi¨®n del juicio, Gim¨¦nez reconoci¨® que declar¨® a la Ertzaintza tras ser detenido que Alkorta 'quer¨ªa quedarse con la empresa' de Alonso, de la que era empleado, y le meti¨® a ¨¦l en la 'historia' con la 'promesa' de darle trabajo. Tambi¨¦n acept¨® haber comentado que Alkorta, quien se suicid¨® hace dos semanas en la c¨¢rcel, era 'un torpe' y 'si se cre¨ªa tan listo, que lo hubiera hecho ¨¦l solo'.
El ahora ¨²nico imputado en la causa relat¨® que, d¨ªas antes del 1 de septiembre de 1998, fecha del crimen, Alkorta le coment¨® que se quer¨ªa 'cargar' a alguien, pero sin concretar a qui¨¦n. La tarde de los hechos, sobre las 15.00, Alkorta fue a buscar a Gim¨¦nez y le pidi¨® que le dejase una escopeta. 'Le pregunt¨¦ para qu¨¦ y me contest¨® que luego me contaba', indic¨®.
Tres horas despu¨¦s, ambos se dirigieron a la empresa de gr¨²as de Alonso, pues al parecer ¨¦ste hab¨ªa solicitado a su empleado partes de servicios. Gim¨¦nez se qued¨® en las inmediaciones del pabell¨®n y Alkorta se dirigi¨® a la oficina, matando presuntamente a su jefe, con quien ten¨ªa malas relaciones. Luego se reuni¨® con Gim¨¦nez y le cont¨® lo sucedido, siempre seg¨²n ¨¦ste ¨²ltimo.
Por la noche, los dos volvieron a la oficina, la limpiaron, envolvieron el cad¨¢ver de Alonso y lo trasladaron hasta el monte ?l¨ªa, por donde Gim¨¦nez estaba 'acostumbrado a andar'. El acusado, para quien su defensa pide seis meses por encubrimiento, se?al¨® que, en un principio, Alkorta quer¨ªa dejar el cuerpo entre unas zarzas. 'Le dije que hac¨ªamos bien las cosas o no las hac¨ªamos', manifest¨®. Tras descansar unas horas, enterraron el cad¨¢ver.
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