Diputado de presa

Hay pol¨ªticos que se ganan con creces el salario. Le echan todas las horas del d¨ªa a la faena y no se cortan un ¨¢pice cuando han de asumir riesgos. Si gobiernan, son un vivero de iniciativas tanto como un incordio si ejercen la oposici¨®n. Tal es el caso de Juan Antonio Toledo, cincuent¨®n con pinta de boticario afable y militante del PSPV, facci¨®n IS por devoci¨®n hacia su l¨ªder, el venerable Vicent Garc¨¦s. Hoy es diputado provincial por Valencia y, antes, entre 1980 y 1995, fue alcalde de Ribarroja, donde conserva la adhesi¨®n de gran parte del vecindario.

De su dilatado gobierno municipal, precisamente, se decantan unos contenciosos que ahora le tienen judicialmente empapelado. Se le acusa de malversaci¨®n de caudales p¨²blicos y de falsificaci¨®n de documentos, delitos que podr¨ªan acarrearle una pena de ocho a?os de c¨¢rcel y la consiguiente inhabilitaci¨®n. Pero esta expectativa no parece impresionarle. Todo est¨¢ controlado, dice.

Sin embargo, la notoriedad p¨²blica que unge al diputado estos d¨ªas no se debe ¨²nicamente a este episodio procesal, sino tambi¨¦n, y acaso con m¨¢s motivo, al hecho de haber formulado una denuncia ante la Audiencia Nacional por las presuntas irregularidades en la contrataci¨®n del cantante Julio Iglesias por parte del Instituto Valenciano de la Exportaci¨®n. Como ya se adivina, en este tr¨¢mite el dedo apunta m¨¢s arriba y a la par con los dineros cuestiona las responsabilidades pol¨ªticas de la Generalitat.

La verdad es que, puesto en la piel de los denunciados, no me sentir¨ªa muy tranquilo conocida la tenacidad del diputado y su gusto por sacarle los colores de cara al adversario. A este respecto, baste recordar algunas de sus ¨²ltimas haza?as en el seno de la corporaci¨®n provincial. As¨ª, a prop¨®sito de la adquisici¨®n de la sede de la Caja Rural por parte de la Diputaci¨®n, nuestro hombre puso en evidencia que, entre compra y rehabilitaci¨®n del edificio, se constataba que hab¨ªan desaparecido unos 100 o 150 millones de pesetas. Su gusto por escudri?ar los papeles hab¨ªan destapado esta fuga.

Asimismo, su sentido inquisitivo sac¨® a relucir que el sindicato independiente (CSIF) se hab¨ªa afanado 16 millones de pesetas en concepto de premios gastados en tracas. En realidad, el montaje sindical ha acabado en unas diligencias penales por estafa y falsificaci¨®n y habr¨¢ que esperar al fallo judicial para evaluar la pertinencia e independencia del redicho sindicato. ?Nadie m¨¢s que el diputado se apercibi¨® del enjuague?

Y por si faltaba algo para evaluar el sentido inquisitorial del diputado, sali¨® a relucir el plan de se?alizaci¨®n provincial evaluado en 900 millones. Pero hete aqu¨ª que el diputado que nos ocupa se pone a la tarea y deduce que no vale m¨¢s de 400. Y el plan se disuelve en el olvido. Pues no, ahora es cuando hay que pedir explicaciones a la mayor¨ªa, al PP, que lo patrocin¨®, porque el asunto tiene visos de alguien ha sido sorprendido con las manos en la masa. No es de recibo dar por liquidado el enga?o o la posible estafa.

Yo creo que el diputado que nos ocupa, J. A. Toledo, no ser¨¢ tan f¨¢cilmente neutralizado como tantos de sus compa?eros, meros repetidores de denuncias period¨ªsticas. ?l busca el meollo del embrollo y lo denuncia. Es de los pocos que se ganan el jornal. Gracias a su perseverancia quiz¨¢ salga a luz lo del Ivex y el cantante.