Proyecto
La actividad econ¨®mica, seg¨²n los libros de texto en los que estudian nuestros hijos, incluye los sectores primario, secundario y terciario. Lo curioso es que la realidad no tiene nada que ver con ese modelo, porque all¨¢ donde mires no ves m¨¢s que sector terciario. Nadie sabe de d¨®nde vienen las patatas fritas ni las sardinas en aceite ni el caviar sint¨¦tico ni la chapata. Las granjas-escuela son reservas indias en las que se parodia con crueldad la vida de unos seres inexistentes que recib¨ªan el nombre de agricultores. No tenemos una percepci¨®n del ciclo completo, sino que abrimos la nevera y all¨ª aparecen de forma milagrosa el pavo, la leche y las lechugas. Nuestros hijos jam¨¢s conocer¨¢n a alguien que cr¨ªe pollos, o cultive habas. En la realidad pr¨¢ctica, la gente se gana el dinero vendiendo un servicio y se lo gasta comprando otro.
?C¨®mo explicar a un ni?o, cuando los sectores primario y secundario permanecen totalmente invisibles, que este parque de atracciones tem¨¢tico llamado realidad no es sino la porci¨®n m¨¢s superficial del conjunto? Ahora bien, si no hay manera de que un ni?o, cuyo sistema l¨®gico est¨¢ pr¨¢cticamente sin estrenar, lo comprenda, a ver c¨®mo lo entendemos usted y yo despu¨¦s de habernos dejado las neuronas en la universidad, la mili y la hipoteca. Pregunte a sus vecinos de d¨®nde viene la merluza congelada y comprobar¨¢ que para unos viene de China, para otros de Marte y para alg¨²n ingenuo del Cant¨¢brico. Pero si no hay consenso sobre la merluza ni sobre las frutas ni sobre el caf¨¦, es imposible que lo haya sobre los filetes, pues la mayor¨ªa de los ciudadanos menores de treinta a?os no ha visto jam¨¢s una vaca entera.
Pero es que tampoco sabemos de d¨®nde salen las medias de nailon ni los pantalones vaqueros. Hoy es m¨¢s f¨¢cil explicar de d¨®nde vienen los ni?os que de donde vienen los zapatos. Todo es pura magia, en fin, lo que no tendr¨ªa importancia si no se hubieran desmoronado como dos castillos de naipes los dos s¨ªmbolos m¨¢s poderosos de esa cultura m¨¢gica. Si el proyecto econ¨®mico y pol¨ªtico sobre el que estaban asentadas las Torres Gemelas era tan s¨®lido como el tinglado financiero en el que chapoteamos, apaga y v¨¢monos.
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