El S¨ªnodo de Obispos pide la vuelta a la pobreza evang¨¦lica

El X S¨ªnodo Ordinario de Obispos, que concluye hoy en el Vaticano tras casi un mes de reuniones, denuncia la pobreza extrema y hace un llamamiento al 'cambio de orden moral' para poder derrotar a los grandes males de nuestro tiempo. Dirigi¨¦ndose a los gobernantes de los pa¨ªses del mundo, los obispos les recuerdan que 'la persistencia de graves desigualdades entre los pueblos amenaza la paz'. El 80% de la poblaci¨®n vive con el 20% de los recursos del planeta y 1.200 millones de personas se ven obligadas a 'vivir con menos de un d¨®lar al d¨ªa'. Esta realidad cruel llev¨® a los obispos a reconocer que 'se impone un cambio de orden moral' para hacer frente a 'la pobreza extrema y al hambre'.

En el documento de conclusiones, los obispos se solidarizan con 'los refugiados y los inmigrantes que, a causa de las guerras, por culpa de la opresi¨®n pol¨ªtica o la discriminaci¨®n econ¨®mica, se ven obligados a abandonar la propia tierra, en busca de trabajo y con la esperanza de encontrar la paz'. Los prelados enumeran igualmente las grandes plagas sanitarias, morales y sociales que se abaten sobre el inmenso ej¨¦rcito de desheredados: la malaria, el sida, el analfabetismo, la falta de futuro para j¨®venes y ni?os, la explotaci¨®n de las mujeres, la pornograf¨ªa, intolerancia, tr¨¢fico de drogas y el comercio de armas. Con todo, lo que 'lastima m¨¢s el coraz¨®n' de los pastores de la Iglesia, se lee en el documento, 'es el desprecio de la vida, desde su concepci¨®n hasta su t¨¦rmino, y la disgregaci¨®n de la familia'.

La resoluci¨®n final hace hincapi¨¦ tambi¨¦n en la necesidad de que los obispos vivan la 'pobreza en sentido evang¨¦lico'. 'As¨ª como existe una pobreza que aliena, que es necesario combatir para liberar de ella a los que la padecen, tambi¨¦n puede haber una pobreza que libera y potencia las energ¨ªas para el amor y para el servicio, y es esta pobreza evang¨¦lica la que intentamos practicar. El obispo es el padre y el hermano de los pobres. No debe dudar, cuando es necesario, en hacerse portavoz de los que no tienen voz, para que sus derechos sean reconocidos y respetados', dice el documento.

El Vaticano II

El S¨ªnodo ha ahondado, seg¨²n explicaron ayer el presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, Patrick Foley, y el obispo italiano Marcello Semeraro, en el esp¨ªritu del Concilio Vaticano II. Una de las ideas m¨¢s claras para los m¨¢s de 200 participantes es la necesidad de restituir a la figura del obispo su car¨¢cter de pastor y no de mera pieza en el engranaje de poder jer¨¢rquico. No desean ser vistos como 'hombres de poder', sino como 'hombres de servicio', despoj¨¢ndose de una imagen que distorsiona la verdadera naturaleza de su misi¨®n.

El tema de las relaciones de los obispos con la curia romana y el m¨¢s amplio de la colegialidad, es decir, la mayor autonom¨ªa y peso de los prelados en la toma de decisiones y en la elaboraci¨®n de la doctrina social y moral de la Iglesia, ha sido abordado en varias ocasiones, pero no ha trascendido pr¨¢cticamente nada de lo debatido.