La asombrosa juventud del pianista Pepesito Reyes
El m¨²sico cubano presentar¨¢ su nuevo disco en noviembre en Barcelona y Gran Canaria
Con 85 a?os, Pepesito Reyes es probablemente el artista con mayor edad de la multinacional Virgin (supera en un a?o al reci¨¦n recuperado Henri Salvador). En esa compa?¨ªa, a trav¨¦s del sello Yerba Buena, el pianista acaba de publicar Pepesito Reyes, un confortable disco de 'danzones, boleros, sones y pura m¨²sica cubana' cuya ortodoxia se rompe con intervenciones de la espa?ola Estrella Morente o la estadounidense Sandra Brooker.
Entrevistar a don Jos¨¦ Reyes N¨²?ez (La Habana, 1916) supone sumergirse en el v¨¦rtigo del siglo XX y en la igualmente turbulenta historia musical de Cuba. Pepesito puede sufrir fallos de memoria en cuesti¨®n de fechas, r¨¢pidamente subsanados por su representante, Julio Rodr¨ªguez, antiguo directivo de la compa?¨ªa estatal EGREM, pero s¨ª evoca con total nitidez las experiencias -publicables e impu-blicables- vividas al lado de Beny Mor¨¦, Nat King Cole, Cachao, Piazzolla, Fajardo, Arsenio Rodr¨ªguez, La Lupe, Celia Cruz o 'mi prima Olga Guillot'.
Desde finales de los ochenta, los cazatalentos internacionales viajaban hasta Palma Soriano para intentar fichar a Pepesito, atra¨ªdos por el dato de que fue el sabroso pianista de Jose¨ªto Fern¨¢ndez durante 17 a?os, grabando incluso la versi¨®n primigenia de Guajira guantanamera y por las entusiastas referencias de admiradores como Eliades Ochoa. 'Yo actuaba en Palma Soriano con la orquesta Estrellas de la Charanga pero hace una tonga de a?os ya hab¨ªa grabado Pepesito y su piano merengue, un elep¨¦ que me pidi¨® una firma venezolana; no hace mucho registr¨¦ un CD para la casa francesa Indigo, que creo que ha comprado la Virgin para que no coincida con el que ahora sacamos'.
Pepesito se hab¨ªa trasladado a aquella localidad del Oriente cubano tras un tr¨¢gico incidente en La Habana: 'Mi hija estaba separada de un moreno muy loco que arremeti¨® contra ella, la mat¨® con la manivela de su cami¨®n y a m¨ª me rompi¨® todos los dientes, ya ve que s¨®lo me queda uno'. Todav¨ªa le amarga el recuerdo pero se consuela con sus 13 hijos -'de tres mujeres diferentes'- y un n¨²mero indeterminado de nietos. 'Estoy casado con Gretel Mar¨ªa, una blanca bonita de 30 a?os y, quiero que lo escriba, todav¨ªa soy capaz de satisfacerla. ?Mujeriego? ?Todos los cubanos lo somos! Espero que las espa?olas me den un chance'.
Reyes rememora los a?os treinta y cuarenta, cuando los m¨²sicos estaban muy abajo en la escala social de Cuba y procuraban adquirir otra profesi¨®n para sobrevivir: 'Yo iba para ingeniero mientras Rub¨¦n Gonz¨¢lez estudiaba medicina. Ten¨ªamos un pacto por el cual uno sustitu¨ªa al otro en los compromisos de nuestras orquestas cuando hab¨ªa que acudir a clases. Ninguno de los dos llegamos a la graduaci¨®n, nos gustaba fiestear y ver amanecer, vaya, la vida bohemia'. Una vida que ten¨ªa sus peligros: Pepesito animaba el cabar¨¦ Montmartre cuando los revolucionarios mataron a uno de los principales sicarios de Batista: 'Dicen que aquel coronel era muy malo pero nunca llevaba armas y sol¨ªa dejar buenas propinas: aqu¨¦llo result¨® un desastre para los m¨²sicos y los camareros, la gente dej¨® de ir al Montmartre'.
La revoluci¨®n no le afect¨® demasiado: 'Fue entonces cuando expulsaron a los mafiosos de La Habana pero yo nunca hab¨ªa tratado directamente con ellos. Es cierto que ya no pod¨ªamos ir a tocar al Norte (Estados Unidos) pero nos llevaban de gira a, por ejemplo, Checoslovaquia, donde resulta que tambi¨¦n entend¨ªan lo nuestro'. Pepesito se jubil¨® a la edad reglamentaria, aunque sigui¨® en activo: 'De aquella generaci¨®n de pianistas, s¨®lo quedamos Rub¨¦n, Rubalcaba y yo, as¨ª que ni pensar en retirarme. Ahora, la Virgin me ha comprado un un piano el¨¦ctrico Yamaha para mi casa y me siento feliz. Siempre lo digo: quiero estar al piano cuando me llegue la hora de dar el ¨²ltimo suspiro'.
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