El Ministerio de Justicia traslada al Gobierno el contencioso sobre el ducado de Valencia
El Consejo de Ministros decidir¨ªa en breve si renueva o cambia la denominaci¨®n del t¨ªtulo
La Unidad de T¨ªtulos Nobiliarios del Ministerio de Justicia no tiene previsto resolver el contencioso mantenido entre la Generalitat Valenciana, el Ayuntamiento de Valencia y la Sociedad Econ¨®mica de Amigos del Pa¨ªs, que remitieron informes oponi¨¦ndose a la nueva concesi¨®n del Ducado de Valencia, y un descendiente indirecto del capit¨¢n general Ram¨®n Mar¨ªa de Narv¨¢ez, quien ostent¨® por primera vez dicho t¨ªtulo. Ser¨¢ el Consejo de Ministros quien tome la decisi¨®n de renovar el t¨ªtulo o, por el contrario, concederlo con una denominaci¨®n distinta como piden estos informes.
Contraviniendo todos los privilegios concedidos a la ciudad y el Reino de Valencia por el rey Jaume I y todos sus sucesores, la reina Isabel II concedi¨® el t¨ªtulo de duque de Valencia al capit¨¢n general Ram¨®n Mar¨ªa de Narv¨¢ez y Campos el 26 de noviembre de 1847, sin que en ese momento las autoridades de la ciudad mostrasen ninguna oposici¨®n al respecto. Aunque dicho t¨ªtulo no implicaba se?or¨ªo o vasallaje directo sobre la ciudad -en ese momento ya ninguno lo ten¨ªa-, simb¨®licamente s¨ª lo representaba, lo que le confer¨ªa el mismo valor de los ducados de Gandia o Segorbe o cualquiera otra dignidad nobiliaria.
Seg¨²n varios especialistas en her¨¢ldica y nobleza, Valencia, como Arag¨®n, Mallorca, Sicilia, Cerde?a o N¨¢poles siempre tuvo un rey, y de acuerdo con el privilegio concedido en 1377 por el rey Pedro IV de Arag¨®n y II de Valencia, la coronada ciudad de Valencia no puede tener m¨¢s se?or que el rey, 'sin que nadie pueda separarla de la real corona ni de derecho, ni de hecho, ni tan siquiera figurada o simb¨®licamente'. En ese sentido, entre la persona titular de la real corona y la ciudad y Reino de Valencia 'no puede interponerse otra dignidad que signifique se?or¨ªo alguno'. 'Jam¨¢s el nombre de Valencia puede relacionarse con otra corona que no sea la real que ci?en nuestros reyes, pues lo contrario es vulnerar siglos de gloriosa y leal trayectoria hist¨®rica', explican.
Sin descendenciaEl duque de Valencia muri¨® sin descendencia directa, y sus t¨ªtulos pasaron a su sobrino, Jos¨¦ Mar¨ªa de Narv¨¢ez y Porcel. A partir de ¨¦ste, los t¨ªtulos se heredaron por asignaci¨®n regular y legalmente, hasta el cuarto duque, Jos¨¦ Mar¨ªa de Narv¨¢ez y P¨¦rez de Guzm¨¢n el Bueno, con carta de sucesi¨®n de 1917. Sin embargo, ninguna de sus dos hijas legaliz¨® la sucesi¨®n de los t¨ªtulos a su muerte, y durante varios a?os, el de duque de Valencia, estuvo caducado por impago, ya que la familia hab¨ªa ido a menos. Pero a finales de 1993 fue rehabilitado a instancias de una de sus dos hijas, Mar¨ªa Josefa de Narv¨¢ez y Mac¨ªas, de C¨¢ceres, lo que provoc¨® un hondo malestar en los c¨ªrculos de la nobleza valenciana m¨¢s fieles a la historia. A la muerte de la duquesa, acaecida en marzo de 1994, cuando se plante¨® la sucesi¨®n del t¨ªtulo por parte del heredero, quien ha llegado a cambiarse el apellido para llevar en primer lugar el Narv¨¢ez de su madre, el Consell d'Her¨¤ldica de Valencia inici¨® una campa?a de concienciaci¨®n entre las instituciones valencianas, y dentro del plazo establecido por la ley, la Generalitat Valenciana, el Ayuntamiento de Valencia y la Sociedad Econ¨®mica de Amigos del Pa¨ªs, elevaron al Ministerio de Justicia una serie de escritos oponi¨¦ndose a que dicho ducado fuese concedido nuevamente con la denominaci¨®n de Valencia.
La Presidencia de la Generalitat, ocupada entonces por el socialista Joan Lerma, fue la primera en reaccionar, y en julio de ese a?o, mand¨® a la Casa Real una carta en la que pon¨ªa de relieve este 'contrasentido hist¨®rico', a la vez que solicitaba al Rey que considerase el cambio de denominaci¨®n, puesto que no se trataba de impedir el reconocimiento nobiliario de la familia De Narv¨¢ez. Apenas unos meses depu¨¦s, la Generalitat remiti¨® un completo informe al Ministerio de Justicia e Interior con el mismo ruego.
Asimismo, la alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, se dirigi¨® en el mes de octubre al titular de este ministerio, Jos¨¦ Alberto Belloch, para pedirle que no permitiese la sucesi¨®n del t¨ªtulo, ya que ello supon¨ªa un 'atentado contra la historia de Valencia y contra su derecho fundamental', por lo que ofend¨ªa 'la dignidad y el orgullo de los valencianos'. En ese sentido, el escrito del Ayuntamiento insist¨ªa en que 'era inconcebible un ducado de Valencia cuando S. M. el Se?or Rey es Rey de la ciudad y Reino de Valencia'.
En id¨¦nticos t¨¦rminos, la Real Sociedad Econ¨®mica de Amigos del Pa¨ªs remiti¨® un informe al ministerio, incidiendo en que esta concesi¨®n 'atenta contra la historia de la ciudad, ya que como dispuso el gran rey Jaume I, ¨¦sta no pod¨ªa ser enajenada de la corona'. En una exposici¨®n contundente, el presidente de la entidad, Francisco Oltra, aseguraba que la concesi¨®n 'vulnera no s¨®lo el derecho foral valenciano, sino que transgrede las leyes de Nueva Planta del siglo XVIII y las posteriores'.
Resoluci¨®n pol¨ªticaTras siete a?os de proceso de recopilaci¨®n de datos, en los que el abogado de la familia Narv¨¢ez ha logrado el apoyo de la Diputaci¨®n de la Nobleza (que no quiere precedentes que puedan suponer supresi¨®n de t¨ªtulos de ¨¦sta ¨ªndole) y un informe favorable del Consejo de Estado, la Unidad de T¨ªtulos Nobiliarios, dependiente del Ministerio de Justicia, ha trasladado recientemente al Gobierno el expediente para que en breve adopte un resoluci¨®n a trav¨¦s de un decreto que luego ser¨¢ sancionado por el Rey.
Sin embargo, en todo este tiempo, la Generalitat Valenciana o el Ayuntamiento de Valencia apenas han realizado otras gestiones de presi¨®n para la resoluci¨®n de un asunto que, por encima de cualquier otra consideraci¨®n, es pol¨ªtico y se libra sobre todo en los despachos. Varios de los impulsores de esta campa?a de sensibilizaci¨®n coinciden en que 'una resoluci¨®n pol¨ªtica necesita de una acci¨®n pol¨ªtica', por lo que se trata de un momento crucial para que la Administraci¨®n valenciana ejerza toda su influencia sobre el Gobierno central para evitar la renovaci¨®n de un t¨ªtulo contrario al derecho valenciano.
La dignidad de Alicante
En circunstancias pol¨ªticas muy adversas, en 1709, apenas dos a?os despu¨¦s de la batalla de Almansa, en la que el Reino de Valencia perdi¨® el derecho foral propio, la ciudad de Alicante reaccion¨® con un gran sentido de la dignidad ante una situaci¨®n como la que sufrir¨ªa Valencia de forma pusil¨¢nime un siglo desp¨²es. Felipe V quiso recompensar a los servicios de su general D'Asfeld, que tan buen rendimiento dio en el asedio e incendio de X¨¤tiva, con el t¨ªtulo de marqu¨¦s de Alicante. Cuando los alicantinos tuvieron noticia de esta concesi¨®n, recurrieron en s¨²plica al rey, en el memorial del 20 de sptiembre de 1709, en el que le manifestaban el gran agravio que supondr¨ªa para Alicante si en adelante el nombre de la ciudad se un¨ªa al de la familia de D'Asfeld, cuando los alicantinos ten¨ªan 'a gran timbre de gloria ser del rey su natural se?or'. Felipe V, en una lecci¨®n de magnanimidad, atendi¨® la petici¨®n que la ciudad de Alicante le hac¨ªa, cancel¨® la denominaci¨®n otorgada y la design¨® como marquesado de D'Asfeld, con el vizcondado previo de D'Asfeld. Sin embargo, Valencia no opuso ninguna resistencia en 1847 cuando Isabel II ofreci¨® el ducado de Valencia al capit¨¢n general Narv¨¢ez, aunque los historiadores anteponen el descargo de la grave situaci¨®n pol¨ªtica que se viv¨ªa en el momento y al autoritarismo del personaje que recib¨ªa tal reconocimiento. Por eso el contencioso actual sobre el ducado, con los derechos pol¨ªticos recuperados por parte de la Comunidad Valenciana, es visto por estos mismos historiadores como una oportunidad hist¨®rica para manifestar su disgusto respecto a una decisi¨®n producida contra la naturaleza foral de los valencianos.
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