'Aqu¨ª la edad de los investigadores es muy joven, porque la gente se va'
Agust¨ªn Escardino naci¨® hace casi 70 a?os, aunque su semblante y su flequillo, todav¨ªa en punta, digan otra cosa. Desde 1965 es catedr¨¢tico de Ingenier¨ªa Qu¨ªmica y sigue sinti¨¦ndose orgulloso de no haber dejado nunca la docencia universitaria. A¨²n as¨ª, la vida le ha dado para mucho. Ha dirigido 38 tesis doctorales y 61 tesinas de licenciatura y trabajos de suficiencia investigadora, ha publicado 123 art¨ªculos de investigaci¨®n, presentado 108 comunicaciones o ponencias a congresos y participado en 47 proyectos de I+D. Forma parte del American Institute of Chemical Engineers (USA), de la American Ceramic Society (USA) y de otras sociedades espa?olas vinculadas a este sector, adem¨¢s de ser vocal del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas. De entre todos los premios y menciones recibidos, todav¨ªa se emociona al recordar la Medalla de Oro de la Universidad de Valencia, a la que considera 'su' universidad. En las ¨²ltimas elecciones a rector de la Universidad Jaume I acept¨® aparecer en la lista de Francisco Toledo, a condici¨®n de continuar trabajando para el Instituto Tecnolog¨ªa Cer¨¢mica (ITC). Despu¨¦s de tantos a?os, su tempo no es el mismo que el de otros investigadores, sino que acompasa su trabajo al corto plazo que exigen los empresarios. Ahora su trabajo ha sido reconocido con el Premio Nacional Juan de la Cierva, que otorga bianualmente el Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa, por algo que lleva haciendo desde 1969: investigar 'para' el sector productivo. En este caso, de forma intensa, para el sector cer¨¢mico.
'El Ministerio de Ciencia ha sido poco consultado para la redacci¨®n de la Ley de Universidades'
Pregunta. ?Qu¨¦ significa este premio?
Respuesta. Es el primer premio que me concede la Administraci¨®n, y no por haber desarrollado una investigaci¨®n, sino concretamente por la innovaci¨®n que es la transferencia tecnol¨®gica a las empresas. Desde 1969, con la creaci¨®n del ITC, yo ya ten¨ªa la intenci¨®n de colaborar con el sector empresarial y, desde entonces, la mayor parte de mis esfuerzos ha sido para que cristalizara.
P. ?Es, quiz¨¢, uno de lo m¨¢s dif¨ªciles de conseguir porque no basta el trabajo cient¨ªfico, sino que se premia su vinculaci¨®n con el proceso de producci¨®n?
R. Antes se hablaba de investigaci¨®n aplicada. Ahora, est¨¢ orientada a conseguir unos objetivos a corto o medio plazo para mejorar los procesos productivos. Pero adem¨¢s de la investigaci¨®n por encargo y, paralela a la mejora del conocimiento, se encuentra la asistencia t¨¦cnica, porque adem¨¢s de la tecnolog¨ªa in¨¦dita se necesita personal cualificado que la aplique. Esto es extensible a toda la investigaci¨®n. Yo s¨®lo no lo hubiera podido hacer en el ITC. Puedo haber sido el impulsor o promotor, pero no soy el que genera toda la tecnolog¨ªa.
P. ?Ha tenido que 'sacrificar' su curriculum para que el instituto funcionara?
R. Cuando te pasas a algo nuevo como investigar 'por encargo', primero hay un baj¨®n. Al principio, s¨ª que sacrifiqu¨¦ mi carrera como investigador pero fui tapando ese agujero hasta empezar a publicar en la d¨¦cada de los noventa.
P. ?C¨®mo se consigue establecer ese contacto entre el investigador y la empresas?
R. El tema no es tan complicado como largo. Para nosotros, al principio fue dif¨ªcil porque no ten¨ªamos ni equipo, ni personal, ni medios y comenzamos con contratos de amigos. Para poder captar clientes es fundamental un laboratorio de ensayos acreditado y empezar a hacer peque?as cosas y no muy caras para que el cliente se d¨¦ cuenta de que hay posibilidades y de que puede ser rentable para su empresa. Hemos tenido casos en los que la soluci¨®n no era explotable porque resultaba muy cara, pero hay que alcanzar productos competitivos.
P. Pero ?por qu¨¦ es tan complicada la conexi¨®n entre las empresas y los investigadores?
R. A los investigadores no se les plantea ese problema, porque no se lo han ense?ado nunca. Los investigadores trabajan con un objetivo. Pueden tener inter¨¦s en investigar como desarrollo del conocimiento pero no suelen tenerlo como desarrollo industrial. La variable tiempo es muy importante. En general, s¨®lo si ha de informar de su trabajo, el investigador se marca una fecha y, a¨²n as¨ª, puede informar sin haber nada positivo. Pero la empresa no puede esperar, quiere resultados en un plazo entre seis meses y un a?o y medio. Y hay que mentalizar a la gente de esto. Si no, por muchas oficinas de transferencia de tecnolog¨ªa que creen, no se resolver¨¢ nada.
P. ?Acaso fue m¨¢s f¨¢cil en el sector cer¨¢mico?
R. En 1969, el equipamiento y la tecnolog¨ªa eran importados. Ahora, en tecnolog¨ªa, vamos por delante de los italianos, nuestros principales competidores, que nos miran con mucho respeto.
P. Y sus particularidades, ?fueron un handicap?
R. Las peque?as y medianas empresas funcionaban todas igual, comprando equipo y tecnolog¨ªa y encargando al suministrador de la asistencia t¨¦cnica. Italia no iba a vendernos la tecnolog¨ªa puntera y nos ha tocado jugar tambi¨¦n un papel en formaci¨®n de t¨¦cnicos, creando primero una optativa en t¨¦cnicos cer¨¢micos y luego camuflando y orientando la especialidad de Qu¨ªmica Industrial a la industria cer¨¢mica. La particularidad del sector no ha sido un h¨¢ndicap. Con los peque?os empresarios, en general, se ha de romper la barrera de la incomprensi¨®n y de la incomunicaci¨®n.
P. Por contra, ?fue una buena elecci¨®n la del sector cer¨¢mico, por su capacidad de reinvertir sus beneficios?
R. La naturaleza del sector ha sido una ventaja, porque es m¨¢s f¨¢cil desarrollar l¨ªneas de investigaci¨®n para el desarrollo tecnol¨®gico. En otros casos se han de centrar en el dise?o. ?ste, adem¨¢s, es un sector muy din¨¢mico.
P. ?Qu¨¦ valora m¨¢s, el reconocimiento de la comunidad cient¨ªfica o el del sector empresarial?
R. El reconocimiento de la comunidad cient¨ªfica es un reconocimiento acad¨¦mico. Yo no me he ido nunca de la universidad y he podido canalizar las ofertas que he tenido de varias empresas a trav¨¦s del instituto. En cualquier caso, el m¨¢s emocionante desde un punto de vista personal fue el de la medalla de mi universidad.
P. ?Cree que la Ley Org¨¢nica de Universidades aborda de manera adecuada el papel de la investigaci¨®n en la universidad?
R. El problema es que hay dos ministerios, el de Educaci¨®n y el de Ciencia y Tecnolog¨ªa. Y creo que este ¨²ltimo ha sido muy poco consultado para la redacci¨®n de la ley. Lo normal es haberla desarrollado en colaboraci¨®n. En todo caso, como hay comunidades, como la valenciana, que lo tiene transferido, quiz¨¢, lo que no est¨¢ previsto por la ley, pueda ser puntualizado en la comunidad. Yo conf¨ªo en la labor de la Oficina de Transferencia de Tecnolog¨ªa.
P. ?C¨®mo se consigue que los investigadores no 'huyan' a las empresas o al extranjero?.
R. Los investigadores tienen becas en un pa¨ªs en el que se forman y que sabe que el desarrollo se basa en el conocimiento. Vuelven sin ninguna plaza y, en muchos casos, regresan a su lugar de formaci¨®n, en la mayor¨ªa de los casos EEUU, donde adaptan a su lengua los trabajos que publican miembros de otros pa¨ªses. No se puede evitar. En diez a?os, del instituto salieron 93 personas. Aqu¨ª la media de edad es muy joven porque la gente se va.
P. ?Qu¨¦ le parece el programa Ram¨®n y Cajal de recuperaci¨®n de cerebros?
R. Es interesante porque son puestos de trabajo por cinco a?os pero la propaganda que han hecho de ¨¦l no coincide con lo que realmente es porque, qu¨¦ pasar¨¢ dentro de cinco a?os.
P. ?C¨®mo ve el futuro del sistema valenciano de I+D?
R. Soy optimista. Est¨¢ mejorando porque tenemos instalaciones con las que ni so?¨¢bamos y personal cada vez m¨¢s formado. Hay medios, aunque pocas becas, pero se est¨¢ mejorando. Un pa¨ªs no puede evolucionar de golpe.
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