Rueda deja de ser un artista secreto con el montaje de 180 piezas
El Reina Sof¨ªa revisa toda la obra del pintor
El pintor Gerardo Rueda (Madrid, 1926-1996) ha dejado de ser un 'artista secreto', seg¨²n lo defini¨® ayer el director del Museo Nacional Reina Sof¨ªa, de Madrid (Santa Isabel, 52), Juan Manuel Bonet, con la retrospectiva de 180 obras realizadas entre 1941 y 1996. La exposici¨®n recoge las piezas m¨¢s representativas de un lenguaje personal a trav¨¦s de paisajes cubistas, obras constructivas, collages, pinturas monocromas y esculturas met¨¢licas.
La primera antol¨®gica de Gerardo Rueda que organiza un museo nacional espa?ol se present¨® ayer en el Reina Sof¨ªa -programada en la etapa del director Jos¨¦ Guirao-, donde permanecer¨¢ hasta el 14 de enero, para seguir un itinerario por el Museo Kampa de Praga, que inaugura su nueva sede, en la que colocar¨¢ la escultura de hierro Recuerdo (1996), y el Museo de Bellas Artes de Budapest. En los ¨²ltimos a?os se han visto muestras de Rueda en el IVAM, en el Reina Sof¨ªa (sus collages) y en la Fundaci¨®n Caja Madrid.
Juan Manuel Bonet, autor de la monograf¨ªa Rueda (La Pol¨ªgrafa, 1994), declar¨® ayer que Gerardo Rueda es 'uno de los grandes artistas espa?oles de la segunda mitad del siglo XX, con una condici¨®n de artista secreto y un perfil distinto a los de su generaci¨®n'. Uno de los fundadores del Museo Abstracto de Cuenca (1966), junto con Fernando Z¨®bel y Gustavo Torner, este 'artista de voz apagada' extiende su obra, seleccionada por los comisarios Tom¨¤s Llorens y Alfonso de la Torre, con la coordinaci¨®n de Marta Gonz¨¢lez Orbegozo, desde las primeras claves figurativas y metaf¨ªsicas hasta su ¨²ltimo trabajo, El gran relieve (1995-1996), con chapas met¨¢licas y piezas industriales.
Fidelidad y rigorEl montaje, dise?ado por el equipo Macua y Garc¨ªa Ramos, ha bajado los techos con telas blancas para distribuir con un ritmo cronol¨®gico una estructura por familias de un mismo lenguaje, seg¨²n Tom¨¤s Llorens, que desde su 'deber de amistad' ha descubierto 'su fidelidad al proyecto moderno original, con intensidad, fidelidad y rigor, inusuales en el arte espa?ol del siglo XX'.
'Mi mensaje quiz¨¢ sea completamente a contracorriente. Creo que cualquier creador debe ser honrado y debe hacer primero lo que siente de verdad, aquello en lo que cree', dice Rueda en 1973, uno de los textos que aparecen en las paredes junto a las obras agrupadas por fechas, desde 1941, con los paisajes urbanos de Madrid, hasta las ¨²ltimas esculturas de madera, a la que se llega tras los itinerarios por los planteamientos espacialistas, los colores 'al l¨ªmite', el periodo de bastidores y las piezas con objetos encontrados y maderas de desecho. 'Pintar en mi infancia era un deseo. Su necesidad me acompa?a toda la vida', resume el artista. Tom¨¤s Llorens coment¨® ayer que era f¨¢cil ser amigo de Rueda, pero muy dif¨ªcil conocer su obra. 'Establec¨ªa una distancia defensiva sobre su propio trabajo para proteger su independencia. Pertenec¨ªa a la generaci¨®n de artistas del grupo El Paso, que quer¨ªan normalizar la creaci¨®n del arte moderno en un ambiente de gran hostilidad sobre la modernidad. Rueda era consciente de que su mundo po¨¦tico, interior, era muy distinto, y quer¨ªa evitar verse confundido con los dem¨¢s'.
Llorens ve ante las obras una continuidad de 'extraordinario rigor y nivel de autoexigencia', donde destaca 'la sensibilidad espacial y la relaci¨®n entre color, espacio y soporte de la pintura'. Alfonso de la Torre sit¨²a su obra 'coherente, ordenada y sincera' en el contexto de la pintura europea de posguerra. Un audiovisual recoge las m¨²sicas de Rueda, y Luis de Pablo comenta su obra en la zona did¨¢ctica. El cat¨¢logo, dise?ado por Roberto Tur¨¦gano, incluye textos de los comisarios, Bonet, S¨¨rge Faucherau, Emmanuel Guigon y Barbara Rose.
Babelia
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