Nuevos retos, nuevas soluciones
En los albores de nuestra democracia, a finales de la d¨¦cada de los setenta, un mar de siglas irrumpi¨® por nuestras calles y plazas como iconos de las aspiraciones democr¨¢ticas. Eran tiempos de lucha pol¨ªtica por la democracia. Tan s¨®lo una d¨¦cada m¨¢s tarde, las siglas se ense?orearon del mundo econ¨®mico. Fue la ¨¦poca de las grandes fusiones bancarias, el tiempo de la macroeconom¨ªa. Ahora surge una nueva marea de siglas de claro contenido social ?significa ello que hemos dado una nueva vuelta de tuerca hacia lo social? A ello tratar¨¦ de dar respuesta en estas l¨ªneas, escritas a prop¨®sito de la constituci¨®n del Instituto Valenciano de Atenci¨®n a los Discapacitados (Ivadis).
Bajo el paraguas de discapacitados se ampara todo un grupo plural de personas que por circunstancias diversas deben afrontar la vida en inferioridad de condiciones respecto al com¨²n de los mortales. Personas, al fin y a la postre, que nacidas con una discapacidad no han podido desarrollar sus cualidades en igualdad de condiciones. Muchas de ellas y, especialmente sus familiares, han debido soportar la caridad y la beneficencia, cuando no la injusticia social como consecuencia de un eslab¨®n perdido de la evoluci¨®n humana.
Las sociedades avanzadas como la nuestra han afrontado el reto de la integraci¨®n desde diversos ¨¢ngulos, pero todos con un mismo fin: ofrecer a las personas discapacitadas ps¨ªquicas una formaci¨®n que les incluya socialmente y a sus familiares les ofrezca la seguridad de que ellos pueden ser aut¨®nomos. Porque nada hay m¨¢s angustioso para la familia de una persona con discapacidad que la necesidad de asegurar el futuro de los suyos cuando ellos no est¨¦n. Aunque en la finalidad ha existido desde siempre el acuerdo, en los medios se ha diferido con frecuencia. El eterno dilema entre seguir la l¨ªnea recta o el zigzagueante camino que con seguridad nos llevar¨¢ a la meta ha sido explorado en la Comunidad Valenciana con resultados dispares.
Corr¨ªa el a?o 1986, cuando la Diputaci¨®n Provincial de Valencia y la Generalitat Valenciana firmaban un convenio para la creaci¨®n del Convaser, el primer Consorcio Valenciano de Servicios Sociales para la atenci¨®n de las personas con discapacidades ps¨ªquicas. Era un primer paso para el ejercicio de las competencias propias de la Generalitat, pero reducidas al ¨¢mbito provincial. Hubo que esperar hasta 1993, para que estas mismas competencias se extendieran a la provincia de Castell¨®n y despu¨¦s a Elche, con lo que el mapa de la Comunidad se consideraba cerrado con tres entidades aut¨®nomas que atend¨ªan a un mismo grupo social.
Este primer modelo, descentralizado eso s¨ª, pero a su vez incomunicado, ha supuesto con el tiempo un grave problema que en la mayor¨ªa de las ocasiones comportaba un agravio comparativo entre los diferentes Convaser que, gracias a la profesionalidad de los trabajadores y la responsabilidad de la administraci¨®n, no ha afectado a los verdaderos destinatarios del servicio de atenci¨®n al discapacitado. Sin embargo, a nadie se nos escapa, que en una sociedad avanzada e incluso en v¨ªas de convertirse en inteligente es dif¨ªcil afrontar la integraci¨®n desde una estructura en compartimentos estancos. La atenci¨®n, adem¨¢s de profesionalizada, debe integrarse en una red a disposici¨®n de las familias y de los profesionales para que estos ¨²ltimos puedan compartir experiencias y mejorar as¨ª el tratamiento de los discapacitados.
La atenci¨®n, tutela, formaci¨®n e integraci¨®n de las m¨¢s de mil personas que hasta ahora se distribu¨ªan de manera separada en diez centros en la provincia de Valencia, cuatro en la de Castell¨®n y otros cuatro en la de Alicante, recibir¨¢n a partir de este momento un servicio integral que abarcar¨¢ otros ¨¢mbitos espec¨ªficos de la atenci¨®n a las personas con discapacidad f¨ªsica como pueden ser la atenci¨®n sanitaria en residencias o centros de d¨ªa, la formaci¨®n y la orientaci¨®n laboral de una manera centralizada y el acceso a viviendas tuteladas.
El Gobierno del presidente Zaplana, tras haber impulsado la creaci¨®n de empleo, ha querido centrar sus actuaciones en el impulso de una nueva pol¨ªtica social en la que destaca de forma clara la atenci¨®n a las personas dependientes. Las personas mayores y los discapacitados est¨¢n recibiendo por primera vez los beneficios de una pol¨ªtica que asent¨® sus primeros pasos en la creaci¨®n de empleo, gracias a la expansi¨®n econ¨®mica. Ellos y sus familiares son los destinatarios de una sociedad de las oportunidades en la que nadie puede quedar al margen si queremos alcanzar la solidaridad y la cohesi¨®n social. La ¨¦poca de la beneficencia y la caridad ha pasado el testigo en los nuevos tiempos a la profesionalizaci¨®n y la calidad de vida como respuesta a las demandas sociales.
El Ivadis es una muestra m¨¢s de la pol¨ªtica emprendida durante esta legislatura, cuyo valor m¨¢s destacable ser¨ªa la capacidad para alcanzar acuerdos con la sociedad civil y sus agentes para dar una respuesta adecuada a los verdaderos problemas que acechaban a nuestro desarrollo social. Una vez m¨¢s, los sindicatos, los trabajadores y las familias han percibido el car¨¢cter innovador de una pol¨ªtica de bienestar cuya ¨²nica finalidad es mejorar el nivel de vida de las personas en sentido amplio.
Ahora estamos seguros de que la creaci¨®n del Ivadis es un paso m¨¢s en la consolidaci¨®n de un proyecto social p¨²blico y abierto que pronto ser¨¢ imitado por otras comunidades. Por su parte, ahora corresponde a la iniciativa social abrir sus puertas a unas personas que a buen seguro van a recibir una formaci¨®n que les permita desarrollar sus cometidos sin la menor merma.En los albores de nuestra democracia, a finales de la d¨¦cada de los setenta, un mar de siglas irrumpi¨® por nuestras calles y plazas como iconos de las aspiraciones democr¨¢ticas. Eran tiempos de lucha pol¨ªtica por la democracia. Tan s¨®lo una d¨¦cada m¨¢s tarde, las siglas se ense?orearon del mundo econ¨®mico. Fue la ¨¦poca de las grandes fusiones bancarias, el tiempo de la macroeconom¨ªa. Ahora surge una nueva marea de siglas de claro contenido social ?significa ello que hemos dado una nueva vuelta de tuerca hacia lo social? A ello tratar¨¦ de dar respuesta en estas l¨ªneas, escritas a prop¨®sito de la constituci¨®n del Instituto Valenciano de Atenci¨®n a los Discapacitados (Ivadis).
Bajo el paraguas de discapacitados se ampara todo un grupo plural de personas que por circunstancias diversas deben afrontar la vida en inferioridad de condiciones respecto al com¨²n de los mortales. Personas, al fin y a la postre, que nacidas con una discapacidad no han podido desarrollar sus cualidades en igualdad de condiciones. Muchas de ellas y, especialmente sus familiares, han debido soportar la caridad y la beneficencia, cuando no la injusticia social como consecuencia de un eslab¨®n perdido de la evoluci¨®n humana.
Las sociedades avanzadas como la nuestra han afrontado el reto de la integraci¨®n desde diversos ¨¢ngulos, pero todos con un mismo fin: ofrecer a las personas discapacitadas ps¨ªquicas una formaci¨®n que les incluya socialmente y a sus familiares les ofrezca la seguridad de que ellos pueden ser aut¨®nomos. Porque nada hay m¨¢s angustioso para la familia de una persona con discapacidad que la necesidad de asegurar el futuro de los suyos cuando ellos no est¨¦n. Aunque en la finalidad ha existido desde siempre el acuerdo, en los medios se ha diferido con frecuencia. El eterno dilema entre seguir la l¨ªnea recta o el zigzagueante camino que con seguridad nos llevar¨¢ a la meta ha sido explorado en la Comunidad Valenciana con resultados dispares.
Corr¨ªa el a?o 1986, cuando la Diputaci¨®n Provincial de Valencia y la Generalitat Valenciana firmaban un convenio para la creaci¨®n del Convaser, el primer Consorcio Valenciano de Servicios Sociales para la atenci¨®n de las personas con discapacidades ps¨ªquicas. Era un primer paso para el ejercicio de las competencias propias de la Generalitat, pero reducidas al ¨¢mbito provincial. Hubo que esperar hasta 1993, para que estas mismas competencias se extendieran a la provincia de Castell¨®n y despu¨¦s a Elche, con lo que el mapa de la Comunidad se consideraba cerrado con tres entidades aut¨®nomas que atend¨ªan a un mismo grupo social.
Este primer modelo, descentralizado eso s¨ª, pero a su vez incomunicado, ha supuesto con el tiempo un grave problema que en la mayor¨ªa de las ocasiones comportaba un agravio comparativo entre los diferentes Convaser que, gracias a la profesionalidad de los trabajadores y la responsabilidad de la administraci¨®n, no ha afectado a los verdaderos destinatarios del servicio de atenci¨®n al discapacitado. Sin embargo, a nadie se nos escapa, que en una sociedad avanzada e incluso en v¨ªas de convertirse en inteligente es dif¨ªcil afrontar la integraci¨®n desde una estructura en compartimentos estancos. La atenci¨®n, adem¨¢s de profesionalizada, debe integrarse en una red a disposici¨®n de las familias y de los profesionales para que estos ¨²ltimos puedan compartir experiencias y mejorar as¨ª el tratamiento de los discapacitados.
La atenci¨®n, tutela, formaci¨®n e integraci¨®n de las m¨¢s de mil personas que hasta ahora se distribu¨ªan de manera separada en diez centros en la provincia de Valencia, cuatro en la de Castell¨®n y otros cuatro en la de Alicante, recibir¨¢n a partir de este momento un servicio integral que abarcar¨¢ otros ¨¢mbitos espec¨ªficos de la atenci¨®n a las personas con discapacidad f¨ªsica como pueden ser la atenci¨®n sanitaria en residencias o centros de d¨ªa, la formaci¨®n y la orientaci¨®n laboral de una manera centralizada y el acceso a viviendas tuteladas.
El Gobierno del presidente Zaplana, tras haber impulsado la creaci¨®n de empleo, ha querido centrar sus actuaciones en el impulso de una nueva pol¨ªtica social en la que destaca de forma clara la atenci¨®n a las personas dependientes. Las personas mayores y los discapacitados est¨¢n recibiendo por primera vez los beneficios de una pol¨ªtica que asent¨® sus primeros pasos en la creaci¨®n de empleo, gracias a la expansi¨®n econ¨®mica. Ellos y sus familiares son los destinatarios de una sociedad de las oportunidades en la que nadie puede quedar al margen si queremos alcanzar la solidaridad y la cohesi¨®n social. La ¨¦poca de la beneficencia y la caridad ha pasado el testigo en los nuevos tiempos a la profesionalizaci¨®n y la calidad de vida como respuesta a las demandas sociales.
El Ivadis es una muestra m¨¢s de la pol¨ªtica emprendida durante esta legislatura, cuyo valor m¨¢s destacable ser¨ªa la capacidad para alcanzar acuerdos con la sociedad civil y sus agentes para dar una respuesta adecuada a los verdaderos problemas que acechaban a nuestro desarrollo social. Una vez m¨¢s, los sindicatos, los trabajadores y las familias han percibido el car¨¢cter innovador de una pol¨ªtica de bienestar cuya ¨²nica finalidad es mejorar el nivel de vida de las personas en sentido amplio.
Ahora estamos seguros de que la creaci¨®n del Ivadis es un paso m¨¢s en la consolidaci¨®n de un proyecto social p¨²blico y abierto que pronto ser¨¢ imitado por otras comunidades. Por su parte, ahora corresponde a la iniciativa social abrir sus puertas a unas personas que a buen seguro van a recibir una formaci¨®n que les permita desarrollar sus cometidos sin la menor merma.
Rafael Blasco es consejero de Bienestar Social.
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