Tres ausencias de mucho peso
Barcelona y Real Madrid deber¨¢n suplir esta vez el protagonismo y el poder intimidatorio de Rivaldo, Luis Enrique y Roberto Carlos
Las ausencias de Rivaldo y Roberto Carlos, concentrados con la selecci¨®n brasile?a, y de Luis Enrique, lesionado, dejan el cl¨¢sico del pr¨®ximo domingo hu¨¦rfano de tres de los jugadores que m¨¢s peso han tenido en este tipo de partidos durante el ¨²ltimo quinquenio. El Bar?a tiene en Rivaldo y en Luis Enrique a su pareja m¨¢s resolutiva en ese periodo tanto en n¨²meros absolutos como en n¨²meros referidos estrictamente a sus partidos ante el Real Madrid. A ambos les distingue su efervescencia y su capacidad para acaparar la responsabilidad del juego en este tipo de partidos, cualidades que comparten con Roberto Carlos y que sit¨²an a los tres entre los m¨¢s temidos por el equipo rival y al mismo tiempo en los m¨¢s odiados por las respectivas aficiones del Bernab¨¦u y del Camp Nou.
Luis Enrique, desde que cambi¨® la camiseta blanca por la azulgrana, ha anotado cuatro tantos en los diez cl¨¢sicos que ha disputado. Rivaldo suma cinco goles en ocho encuentros, dos de ellos, los ¨²ltimos, el a?o pasado en el Bernab¨¦u, adem¨¢s de que todav¨ªa colea el tercer gol que le fue anulado en el ¨²ltimo minuto por un inexistente fuera de juego que frustr¨® la victoria barcelonista.
Carles Rexach echar¨¢ de menos la p¨®lvora y el poder de intimidaci¨®n de Rivaldo y de Luis Enrique, especialmente beligerantes cuando tienen enfrente al Real Madrid. El t¨¦cnico del Barcelona opina que las bajas no son comparables al tratarse, en el caso del brasile?o, de un goleador. 'Por ejemplo', expone, 'el Real Madrid tambi¨¦n perder¨ªa m¨¢s sin Ra¨²l que sin Roberto Carlos'.
El cl¨¢sico es el partido y el tipo de escenario que m¨¢s motiva a jugadores como Roberto Carlos, Rivaldo y Luis Enrique. Frente al contrastado poder realizador de ambos -esta temporada suman cinco goles en la Liga y cuatro en la Liga de Campeones-, el Barcelona tendr¨¢ que encomendarse a posibles debutantes en el cl¨¢sico como Saviola o Geovanni, a la recuperaci¨®n de Overmars que s¨®lo ha disputado 59 minutos en lo que va de Liga y a Kluivert, un jugador curtido y en gran forma pero que s¨®lo ha logrado marcar una vez en los cinco partidos de Liga en los que se ha enfrentado al Real Madrid. El holand¨¦s, a pesar de su proverbial vehemencia en el forcejeo y en la protesta -su rifirrafe con Capi en el partido ante el Betis estuvo a punto de costarle una expulsi¨®n que le hubiera impedido estar en el Bernab¨¦u- no se ha inscrito por ahora en la categor¨ªa de verdugo madridista e incluso fue expulsado antes de que el Madrid lograra el empate a dos en el cl¨¢sico del Camp Nou en octubre de 1999.
Roberto Carlos, fiel a su estilo de juego efervescente, se ha distinguido en el cl¨¢sico como sujeto y objeto de incidencias trascendentes. Su expulsi¨®n por una fea entrada por detr¨¢s al entonces azulgrana Figo, en el cl¨¢sico del 14 de febrero de 1999 en el Camp Nou, dej¨® a su equipo con diez jugadores y 70 minutos por delante en los que se consum¨® un 3-0. Otra vez, en un partido de la Supercopa en agosto de 1997, recibi¨® el impacto de un mechero en la cabeza lanzado desde la grada del estadio azulgrana. Pero al margen de ello, el lateral madridista tambi¨¦n ha protagonizado acciones decisivas en su ya larga serie de apariciones, desde 1996, en el cl¨¢sico: un gol en propia puerta tras un tiro de Ronaldo al palo en febrero de 1997 que le permiti¨® al Bar?a arrancar un empate del Bernab¨¦u en partido de Copa del Rey, un penalti sobre Figo con el que se decidi¨® el partido en mayo de ese mismo a?o en el Camp Nou, una falta con la que sorprendi¨® a Arnau y abri¨® el camino de la goleada (3-0) en febrero del a?o pasado o un zapatazo que encontr¨® al siempre expectante Ra¨²l y que abri¨® el marcador en el ¨²ltimo precedente, el del empate a dos en el Bernab¨¦u hace siete meses.
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