Difuntos
Resulta agotador, espeso, nada estimulante intelectualmente y moralmente dudoso volver sobre 'lo nuestro''. ?Acaso no est¨¢ ya todo dicho? ?Se quiere superar el Estatuto? H¨¢gase. Pero pi¨¦nsese lo que se est¨¢ dispuesto a perder por ello, y qu¨¦ es lo que se quiere ganar; cu¨¢nto hay en la partida de juego racional y cu¨¢nto de juego de azar; qui¨¦n y cu¨¢ntos siguen ese juego. Y, sobre todo, qui¨¦n paga el pato para que alguno experimente, para que alguno dise?e 'arquitecturas' sociales posmodernas -es decir, huecas, sin sustancia- que tanto desasosiegan nuestras vidas corrientes y molientes. ?Se quiere descalificar a los nacionalismos? De acuerdo. Y a todos los otros ismos que engendr¨® el siglo XIX.
Hubo un tiempo en el que se desacredit¨® al liberalismo como matriz de los fascismos. Por qu¨¦ no. (Uno no lo cree; pero uno ya cree en pocas cosas.) O, volviendo al embrollo, ?caben otras soluciones constituyentes para el paisito? Por descontado. Pero, por favor, que me digan cu¨¢les; a lo mejor me hacen m¨¢s libre y feliz. Y yo sin saberlo. ?Lo que nos aleja de Irlanda? Siempre mucho y apenas nada. Siempre su historia y sus formas sociales. Pero, qu¨¦ importa todo eso si el influjo es bueno. Al carajo con los academicismos.
Todo esto resulta agotador. Dan ganas de tirar la toalla. Llevamos a?os hablando de ello sin ninguna claridad. A?os en los que quienes toman las decisiones ignoran a quienes reflexionan, a quienes trabajan sobre las sociedades para conocerlas mejor (como los bi¨®logos lo hacen con los bacilos y el genoma, y los f¨ªsicos con el cosmos). A?os en que una opini¨®n, una reflexi¨®n, forma parte de la 'guerra medi¨¢tica' y debe ser ignorada por sistema. Gente del pa¨ªs, sabia, experimentada, inevitablemente cr¨ªtica. Gente como Etxenike, pero humanista (con mis respetos para Etxenike, quien ha pronunciado una de las mejores lecciones, con un fuerte componente humanista, en esta apertura de curso). Da lo mismo. A?os de an¨¢lisis (pienso en algunos colegas) para que el lehendakari nos proponga ahora, ex novo, un 'observatorio para la paz'; para que Elkarri nos regale con una maqueta de Conferencia, con un simple decorado. Algo demasiado alejado de este r¨ªo de vida que compone mi paisito.
Sin embargo, no podemos echar en saco roto eso otro que tiene que ver con la vida y la muerte. Es lo terrible de 'lo nuestro': que causa muertos, arranca de la vida a personas concretas. Padres, hermanos, amigos. A nosotros mismos al final. De modo que no cabe 'arrojar el escudo'. (Ya saben, esa met¨¢fora del griego Arqu¨ªloco que prefiri¨® abandonar el campo de batalla por salvar la vida, tan apelada desde que lo propusiera como modelo moral Juan Aranzadi).
Por eso, y por estar a uno de noviembre, me acuerdo hoy de esos difuntos. Los recuerdo al ver la foto de Associated Press del pasado 28 en que se ve a tres ni?os muertos en Afganist¨¢n. Los abuelos lloran, los padres tienen la mirada perdida. Veo a mi propio hijo, con pa?al azul, ?muerto! Peque?o, a quien s¨®lo puedo susurrar en voz baja cuentos de vida. Muerto. Esos difuntos cuya muerte no se comprende. Un hombre reventado seg¨²n sale de casa o descerrajado cuando vuelve con el pan y el peri¨®dico. Muertes que no son ep¨ªlogo de una vida sino vidas truncadas. Esas muertes quiebran la propia sabia de los vivos. Envenenan la vida misma. Quiebran las sociedades.
Me molesta el pacifismo en estado puro. Contra lo que aparenta, est¨¢ vac¨ªo de sentido moral. La no violencia es saludable cuando es asumida por todas las partes. Lo de Gandhi fue una excepci¨®n que termin¨® en sangre. Pero las muertes inocentes provocadas por el hombre son horribles. Todas. En Afganist¨¢n y aqu¨ª.
Si a¨²n puedes o¨ªr a los ni?os que lloran, hoy, que es D¨ªa de Difuntos, ten una plegaria por esos muertos que se los llev¨® el terror por delante. Si no por ellos (pasto de los gusanos), hazlo por ti mismo.
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