Gracias, compa?eros
En noviembre de 1936, los fascistas cercaron Madrid; y llegaron los anarcos de Durruti, y las Brigadas Internacionales. Los ve¨ªamos pasar hacia el frente, a unos pasos de donde escribo, con sus chaquetas de cuero y sus canciones de un sentimentalismo decidido y valiente. Se par¨® el ataque y la ciudad fue un s¨ªmbolo. Est¨¢n aqu¨ª otra vez los supervivientes, casi nonagenarios, y recuerdan los frentes y visitan la exposici¨®n que les dedican. En la pel¨ªcula de Rioyo y L¨®pez Linares Extranjeros de s¨ª mismos se les oye hablar, y es pat¨¦tico. El mundo se les ha venido abajo: todo lo que cre¨ªan se ha acabado.
Creo que es m¨¢s duro a¨²n el documental de Jaime Camino Los ni?os de Rusia, que se ha visto en el Festival de Valladolid: el arranque, el embarque de los ni?os que ten¨ªan que ponerse a salvo, la separaci¨®n de los padres a los que muchos no volver¨ªan a ver m¨¢s, la llegada a un pa¨ªs misterioso que los llen¨® de cari?o y los protegi¨® m¨¢s que a sus propios ciudadanos cuando los mismos fascistas que rodeaban Madrid -alemanes, italianos y los espa?oles de la Divisi¨®n de Serrano Su?er, ya centenario- destrozaban Rusia. Quiz¨¢ algunos fueron los que aplaud¨ªan y cantaban al paso de las Brigadas. Extranjeros, tambi¨¦n, de s¨ª mismos y de todo lo dem¨¢s. Cu¨¢nta gente se qued¨® sin pa¨ªs -sin historia, sin arte ni literatura, sin poder mantener su palabra y sus creencias- en aquella guerra: no han podido ser nunca m¨¢s 'nacionales'. Lo peor no es que los vencieran: es c¨®mo los denigraron, los mezclaron con el crimen de Stalin, hicieron de sus distintas ideas -¨¢cratas, comunistas, socialistas, simplemente antifascistas- una burla y una acusaci¨®n. Todav¨ªa hoy atacan su idea de la internacionalizaci¨®n quienes dicen que la globalizaci¨®n es igual. Y los que dijeron que los 'ni?os rusos' estaban envenenados ideol¨®gicamente, y una comedia de Gim¨¦nez Arnau en la que un 'ni?o ruso' volv¨ªa a Espa?a para matar a su padre 'nacional'.
Sesenta y cinco a?os despu¨¦s impresionan. Aparte de la pol¨ªtica y del devenir de la historia: sus tragedias humanas. Los 'ni?os' hoy son ancianos en torno a los ochenta a?os, y se niegan a aceptar que aquel pa¨ªs que los acogi¨® fuera otra cosa m¨¢s que bondadoso, generoso, capaz de tener el sentido perdido de la palabra pueblo. Hay que dar tambi¨¦n las gracias a Camino por dar voz a aquellas personas, a estas personas.
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