Un enano recorre Lima
SE TRATA de la novela El enano. Historia de una enemistad, de Fernando Ampuero (1949), uno de los mejores y m¨¢s le¨ªdos narradores peruanos, cuya primera edici¨®n de 10.000 ejemplares se agot¨® en pocos d¨ªas. Antes de que la nueva impresi¨®n estuviese lista, la inevitable edici¨®n pirata se vend¨ªa en todos los sem¨¢foros de la ciudad. La primera rese?a, hecha por el escritor Alonso Alegr¨ªa ('La diatriba como una de las bellas artes', Dominical de El Comercio, del 9 de septiembre de 2001), identificaba al personaje, llamado Hache, como el periodista C¨¦sar Hildebrandt, cuya reputaci¨®n de feroz destructor de famas es bien conocida dentro y fuera de Per¨². La novela relata los inevitables desencuentros de un Narrador alto, guapo y exitoso con el amargo y m¨ªnimo Hache. Asumiendo el riesgo, Alonso Alegr¨ªa escribe: 'Quiero que Hache me denigre por esta cr¨®nica. Que de una vez me haga el blanco de su ira directa... ?Qu¨¦ honor haber estado desde hace tiempo en su abultada lista negra!'.
A prop¨®sito de El enano. Historia de una enemistad, de Fernando Ampuero
M¨¢s sobrio pero no menos divertido, Abelardo Oquendo, en su columna de La Rep¨²blica (donde hace dialogar a los personajes de una ir¨®nica tertulia literaria), prefiere calificar la novela de 'libelo' devuelto a la buena literatura. En la televisi¨®n, la popular revista de Beto Ortiz le dedic¨® 20 minutos de entusiasmo, esgrimiendo el libro como una reivindicaci¨®n contra el libelo poco literario. Varias conductoras de programas populares, como Cecilia Valenzuela, M¨®nica Delta y Rosa Mar¨ªa Palacios, hicieron lo mismo. En cambio, Magali Medina, conductora de un talk-shaw de telebasura, arroj¨® la novela al suelo y la pis¨® con el tac¨®n de su zapato mientras lanzaba improperios. Es la primera vez que una novela, convertida en espejo miniaturizante, merece tanta atenci¨®n en las comunicaciones peruanas. En cambio, Jaime Bayly guard¨® elocuente silencio. No es para menos: en la novela es ¨¦l quien forwardea al enano un e-mail de Alfredo Bryce Echenique, alert¨¢ndolo de que los amigos de Ampuero, a quien Hildebrandt hab¨ªa atacado ferozmente en su columna, preparan una carta de apoyo. Bryce le hab¨ªa escrito a Bayly invit¨¢ndolo a adherirse.
En efecto, Hildebrandt hab¨ªa insultado a Ampuero a prop¨®sito del c¨¢ncer que estaba combatiendo; escribi¨® que 'el c¨¢ncer que padece es el de la banalidad'. La novela demuestra que ¨¦se no es el menor de los ataques del periodista, quien, por otro lado, hab¨ªa sido uno de los cr¨ªticos m¨¢s feroces del r¨¦gimen de Fujimori y Montesinos. Sin embargo, la novela no es amarga sino sumamente c¨®mica y est¨¢ aliviada por la autoiron¨ªa. Hache, lamentablemente, es real porque de otro modo ser¨ªa una invenci¨®n sat¨ªrica del antih¨¦roe medi¨¢tico, veros¨ªmil en cualquier pa¨ªs donde no s¨®lo hay una mala distribuci¨®n del ingreso, sino una p¨¦sima distribuci¨®n de la fama. Envidioso, resentido, amargado y enano, Hache es un personaje lamentable pero humano, digno de pronta simpat¨ªa piadosa. Desde lejos, eso s¨ª. La carta en defensa de Ampuero es inobjetable: 'No podemos creer ni una sola palabra de los pat¨¦ticos art¨ªculos de Hache aparecidos recientemente en el diario Liberaci¨®n acerca del se?or Fernando Ampuero, a quien admiramos como escritor, respetamos como periodista y queremos como amigo'. Firman 13 escritores, entre ellos, Bryce Echenique, Blanca Varela, Antonio Cisneros, Alonso Cueto y Abelardo S¨¢nchez Le¨®n.
C¨¦sar Hildebrandt no ha reaccionado al varapalo humor¨ªstico. Algunos creen que toma aliento para denigrar personalmente a los primeros 10.000 lectores de esta novela. Por lo pronto, ha vuelto a atacar a los due?os del diario El Comercio, donde Fernando Ampuero ha sido ascendido a editor general adjunto. Esta saga de ingenio y cotilleo a¨²n no ha terminado. Pero al final importan m¨¢s los libros de Ampuero, que vuelven a la lista de best sellers, se traducen al ingl¨¦s y al franc¨¦s, y empezar¨¢n a lanzarse este a?o en Espa?a. Si sus novelas y cuentos sobre la zozobrante comedia humana lime?a tienen ya cinco y seis ediciones (sus Cuentos escogidos fueron publicados por Alfaguara en 1998), la lectura masiva de El enano parece haber sumado la realidad y la ficci¨®n, la televisi¨®n y la biograf¨ªa, en la primera exitosa catarsis posfujimorista en un pa¨ªs necesitado de llamar a las cosas (y a los enanos) por su nombre.
Julio Ortega es profesor de literatura en la Universidad de Brown (Estados Unidos).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.