Camareras de cinco estrellas
La Fundaci¨®n Astoria realiza un concurso de trabajadoras de hotel para estimular y resaltar su labor
El cargador del m¨®vil es uno de los objetos que m¨¢s a menudo queda olvidado en las habitaciones de hotel. A raz¨®n de cinco o seis a la semana. Pijamas, camisones y ropa de dormitorio en general han sido hist¨®ricamente las prendas que m¨¢s han descuidado los inquilinos de estos alojamientos. Pero tambi¨¦n hay abandonamientos sectoriales, como la avalancha de folletos que recogen los profesionales que acuden a ferias, interesados, como maletas vac¨ªas estropeadas o desconcertantes como una dentadura postiza. Tambi¨¦n se da alg¨²n caso extremo, como el de una cliente que se aloj¨® para asistir a una boda y que al marcharse dej¨® tras ella un estuche con sus joyas. Guardadas en la caja fuerte fueron reclamadas un mes despu¨¦s.
De todo ello y de otras muchas cosas se ocupan las camareras de pisos, empleadas de los hoteles registradas bajo la categor¨ªa profesional en singular y femenino del mismo nombre. No hay hombres en el sector ni cuotas m¨ªnimas para facilitar su entrada. Es un trabajo que realizan mujeres, que adem¨¢s, son 'las grandes olvidadas del sector' hotelero, seg¨²n explica el gerente de la Fundaci¨®n Astoria, Juan Ferrer Alpera. La fundaci¨®n organiz¨® ayer el primer Concurso de Camareras de Piso de la Comunidad para 'estimular' a estas trabajadoras y 'resaltar la labor que realizan'. Tambi¨¦n para animar a la 'juventud a tomar la antorcha del turismo de calidad que queremos', puntualizaba la presidenta de la fundaci¨®n, Carmen Cendra.
Sin calentamiento previo m¨¢s all¨¢ del m¨ªnimo de tres a?os de experiencia exigidos como requisito, pero con los nervios de cualquier competici¨®n, nueve camareras de hoteles valencianos de tres, cuatro y cinco estrellas midieron ayer fuerzas en el hotel Astoria. Cada una ten¨ªa un m¨¢ximo de media hora para dejar una habituaci¨®n doble con ba?o lista para recibir un nuevo ocupante. La rapidez es importante como tambi¨¦n el orden de trabajo y la buena presencia. Uniformadas todas y con cofia alguna las concursantes se lanzaron a su cometido. Ventilar la habitaci¨®n, quitar cualquier desperdicio, dirigirse al ba?o y limpiar la habitaci¨®n era el orden valorado. Las camareras de piso, por concretar un ejemplo, deb¨ªan asegurarse de reponer en cada ba?o dos toallas de lavabo, dos toallas finas, una de bidet, un alfombr¨ªn, dos botellitas de gel, dos de champ¨², un gorro de ba?o, una pastilla de jab¨®n y una esponja de ba?o. Son los objetos m¨¢s apreciados por los clientes. Tambi¨¦n se ha producido alguna desaparici¨®n de un cuadro de pared. Siete profesionales del sector estudiaban con detalle los pasos de las candidatas, cinco de ellas de hoteles de Valencia, dos de Castell¨®n y otras tantas de Alicante.
Alpera destacaba ayer que una buena camarera de piso deber ser 'sobre todo cuidadosa en los detalles, rigurosa y amante de la limpieza y el orden'. Amalia Rodr¨ªguez, de 31 a?os, fue la que mejor reuni¨® estas caracter¨ªsticas a pesar de que tras ganar insist¨ªa en que no le hab¨ªan salido 'las cosas como pensaba'. Amalia trabaja de camarera de piso desde hace 12 a?os y su esmero le vali¨® ayer 250.000 pesetas. Desde que empez¨® ha encontrado de todo, desde un inquilino durmiendo en la terraza, hasta condones en la cama o en pleno uso de su funci¨®n. De todo. 'Hay gente' comenta, 'que no pone el cartel de no molestar'. En una ocasi¨®n tambi¨¦n encontr¨® la habitaci¨®n destrozada por un grupo de perros que se hospedaban en su hotel para asistir a una convenci¨®n.
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