El asesinato de K. Nguyen
Las autoridades intentan determinar c¨®mo se expuso Kathy Nguyen a las letales esporas de ¨¢ntrax que acabaron con su vida esta semana. Est¨¢n preocupadas porque no hay ninguna relaci¨®n obvia con los factores comunes a las anteriores exposiciones mortales al ¨¢ntrax: no hay un nexo claro con el correo o con los medios de comunicaci¨®n. Su muerte podr¨ªa indicar la apertura de un nuevo frente en los ataques o revelar otro fallo en la interpretaci¨®n que hacen las autoridades del funcionamiento de este microorganismo. Por tanto, se han entregado al trabajo detectivesco, que se nos ha hecho demasiado familiar ¨²ltimamente; seguir sus movimientos, entrevistar a sus compa?eros, registrar su lugar de trabajo en busca de las esporas. (...) Aunque seguir el curso de los acontecimientos sea apasionante, existe el riesgo de que la rutina de ruedas de prensa y resultados de pruebas m¨¦dicas oscurezca algo fundamental en estos ataques, como en los del 11 de septiembre: la odiosa naturaleza de este crimen contra inocentes.
(...) Mientras EE UU prosigue su campa?a contra la red terrorista internacional que considera responsable de la masacre del 11 de septiembre, las autoridades no pueden siquiera apuntar qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de los mortales ataques de ¨¢ntrax. Pero aunque no lo sea su identidad, la naturaleza de los atacantes s¨ª es clara. Han desatado un horror frente al que las naciones retrocedieron; han pasado a un territorio que figuras despreciables de la historia dudaron en ocupar. El ansia de llevarles ante la justicia debe ser tan implacable como abismal es su crimen.
Washington, 2 de noviembre
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