Microsoft gana
El acuerdo entre Microsoft y la Administraci¨®n de Bush para cerrar el caso antimonopolio que se abri¨® con el Gobierno de Clinton en 1998 supone un triunfo para la compa?¨ªa de Bill Gates. La justicia federal se conforma ahora con imponerle un listado de normas de conducta para evitar que reincida, cuando hace un a?o se hablaba de dividir la compa?¨ªa. Una victoria, sin embargo, pendiente de dos importantes detalles: que los fiscales de los 18 Estados que estaban en el litigio se sumen al acuerdo y que la Uni¨®n Europea cierre su propia investigaci¨®n.
El acuerdo impone a Microsoft, entre otras medidas, que no facilite informaci¨®n privilegiada a unos fabricantes sobre otros, que no penalice al fabricante que no instale sus productos y que permita la inclusi¨®n de programas competidores en igualdad de condiciones. Microsoft ya anticip¨® algunas de esas medidas permitiendo a los fabricantes y usuarios, por ejemplo, la supresi¨®n de los iconos de sus programas del escritorio de Windows. Una opci¨®n poco aplicada de hecho por los fabricantes ante el gran poder en el mercado de Microsoft. La sentencia establec¨ªa que la compa?¨ªa hab¨ªa maniobrado para proyectar su monopolio en los sistemas operativos a otros ¨¢mbitos del mercado. Una sentencia que discut¨ªa, sin embargo, la oportunidad de castigarla con su divisi¨®n y que no pon¨ªa en duda el derecho a integrar distintos programas en su sistema operativo.
En esto puede estar de acuerdo el consumidor dom¨¦stico, que preferir¨¢ un sistema operativo multifunci¨®n a tener que instalar, uno a uno, los programas que desea. La condici¨®n clave es que Windows, que domina el mercado de la inform¨¢tica personal, no lo impida con triqui?uelas t¨¦cnicas para torpedear el funcionamiento de otros programas. La divisi¨®n de la compa?¨ªa no parec¨ªa un remedio ni a algunos de sus competidores, que tem¨ªan un monopolio real con dos marcas aparentes. El acuerdo no impone ninguna sanci¨®n econ¨®mica por las conductas del pasado, ¨²nicamente quiere evitar que se repitan.
La tarea de vigilancia para que se cumpla lo pactado va a ser ardua. El caso judicial se abri¨®, precisamente, porque se acus¨® a Microsoft de incumplir un anterior pacto. Ahora se tendr¨¢n que nombrar tres inspectores, que podr¨¢n hurgar en los pasillos de Microsoft.
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