Un lujo a nuestro alcance

Ya no extra?a que flamencos y m¨²sicos de jazz se atrevan a tomar la ruta del medio. Solidario y confiado se vio al grupo del guitarrista Gerardo N¨²?ez y del saxofonista Perico Sambeat en la segunda parte de un concierto que son¨® a confirmaci¨®n de buena noticia: las relaciones flamenco-jazz¨ªsticas han superado la fase de mono rhesus.

Sambeat ten¨ªa dos discos que presentar, de modo que reserv¨® la primera mitad de su actuaci¨®n a Perico, el trabajo que muestra su faceta jazz¨ªstica m¨¢s ortodoxa. Se propone este ¨²ltimo t¨¦rmino s¨®lo a modo orientativo, porque el saxofonista ha crecido tanto que ya no depende de reglas o filiaciones estil¨ªsticas. Menos a¨²n cuando, como en este caso, cont¨® con el apoyo de m¨²sicos como el pianista Bernardo Sassetti, el contrabajista Javier Colina y el bater¨ªa Marc Miralta, que le dejaron manos libres para desarrollar ideas con esa l¨®gica art¨ªstica que poco tiene que ver con la cartesiana.

De camino, a ritmo de tangos flamencos, y la preciosa nana Drume negrita fueron dos de las contadas alusiones latinas que se permitieron Sambeat y los suyos en la primera parte. M¨¢s plural y diversa result¨® la segunda, dedicada a la presentaci¨®n del disco Cruce de caminos. Gerardo N¨²?ez hizo en solitario flamenco de alta escuela, cristalino y exquisitamente perfilado; despu¨¦s, y ya en grupo, In walked Bud sirvi¨® para refrendar que Thelonious Monk es el m¨²sico de jazz que se arrima al flamenco con gesto m¨¢s natural.

Otro lujo result¨® tambi¨¦n la labor de la cantaora Esperanza Fern¨¢ndez, flamenca de pu?o cerrado y congoja orgullosa en la garganta; sobria, sin tics fatigosos ni recursos efectistas, imperativa y recta tanto en la jondura de la siguiriya como en la exploraci¨®n de la canci¨®n aflamencada.