Gente rara
Ah, qui¨¦n fuera raro: m¨¢s raro. Qui¨¦n hubiera sido lo suficientemente raro como para estar en Barcelona el domingo pasado, haciendo cola a las puertas del Liceu para entrar a escuchar a nuestra peque?a diosa, diosa rara. Nuestra peque?a diosa, diosa rara, de nombre Bj?rk, primera artista pop o rock o electr¨®nica, ?c¨®mo quieres llamar a su m¨²sica genial?, en pisar tan burgu¨¦s escenario. Ah, qui¨¦n hubiera sido tan raro que habr¨ªa que vigilarlo, decenas, s¨ª, decenas de polic¨ªas interceptando la anticipaci¨®n del placer de cientos de personas, s¨ª, cientos de personas muy contentas, cacheadas, laserizadas, indignadas, en el punto de mira de la emoci¨®n: 'Nos han dicho que extrem¨¢ramos las medidas de seguridad porque hoy ven¨ªa gente rara', declara una agente. Ah, qui¨¦n fuera rara: m¨¢s rara. Qui¨¦n fuera gente rara que estuviera en Barcelona, rara que pagara m¨¢s o menos veinte mil por su entrada y levantara sospechas. Ah, qu¨¦ normalita se nos volvi¨® Madrid, tan normalita, tanto, que no nos acompa?an ni las diosas, aun la m¨¢s peque?a de las diosas, aun la diosa m¨¢s rara. Ah, Madrid, que no te canta Bj?rk.
Aunque, en compensaci¨®n, nos visita otra rara. Mmmmm, la gente rara. Centro de Arte Reina Sof¨ªa, una ma?ana de sol, 3? planta, la ciudad a tus pies, el v¨¦rtigo de cristal. Se corre un cortin¨®n, fuera queda la calle, el v¨¦rtigo, todo muy normalito, el sol, todo en Madrid normal, y se entra en las obras de Pipilotti Rist, mmmmmm, qu¨¦ hermosa rara. Cuatro salas a oscuras en cuyas paredes se proyectan im¨¢genes de mujer, bellas im¨¢genes cargadas de un sentido excepcional: Ever Is Over All, mmmmmm, qu¨¦ rara alegr¨ªa, qu¨¦ rara feminidad, qu¨¦ rara violencia, qu¨¦ rara libertad. Gente rara, s¨ª, esta Pipilotti autora, esa narradora suya que inventa una polic¨ªa feliz y el arma de una flor, mmmmmm, no hay l¨ªmites en la sonrisa, pero I Couldn't Agree With You, ?c¨®mo que no?, claro que s¨ª, Pipilotti, mira que eres rara, gente rara, si hasta podr¨ªamos cruzarnos contigo cualquier d¨ªa en el D¨ªa, mmmmmm, Sip My Ocean, nada conmigo, canta conmigo, qu¨¦ rara y desafinada Rist, qu¨¦ hermoso ese lugar, el lugar de las raras, agua y joyas baratas, precios¨ªsimas, bucear viendo tazas para desayunar, y el mundo entre tus piernas, mmmmmm. Pipilotti Rist naci¨® en Suiza en 1962. Presenta su obra a trav¨¦s de lectores DVD y sistemas audio. Es una videoinstaladora, una artista. Contemplando sus im¨¢genes y leyendo su discurso recordamos que hace muy poco tiempo a¨²n exist¨ªa un soporte llamado lienzo o tela y un material llamado ¨®leo o acr¨ªlico y un arte que fue el arte de la pintura. Oh, lo siento, no quer¨ªa ofender: de verdad. S¨®lo que ese color, ese movimiento, ese relato en las obras de Rist, esa belleza que s¨®lo alcanzan a dominar la naturaleza y el arte est¨¢ tan presente en su nuevo soporte que uno duda de que la naturaleza del arte no sea precisamente seguir hacia adelante por el nuevo camino. S¨ª, s¨ª, s¨¦ que no es excluyente; pero no s¨¦. ?Existe la pintura? ?Puede seguir existiendo? Al no poder superar sus propios l¨ªmites, f¨ªsicos, ?no se convertir¨¢ en oficio exquisito? ?Sigue siendo su idioma el idioma del mundo? ?Puede hoy un ¨®leo dar la r¨¦plica al mundo? S¨®lo pregunto, que conste la interrogaci¨®n. Y hay cuadros. Pero.
Hay una estancia que se llama The Room. Consta de los elementos propios de una estancia com¨²n: un monitor de TV, a escala real, y una l¨¢mpara de pie, un sill¨®n y un sof¨¢ enormes, gigantescos. Pipilotti la rara nos sienta ah¨ª a ver cosas y escenas raras como Carroll a Alicia, as¨ª, y vemos la dimensi¨®n de su iron¨ªa y una bonita menstruaci¨®n, ?bonita?, y un 'Homenaje a mi interior' que es como un cuadro de Bacon en imagen de v¨ªdeo con salida de emergencia para la angustia que del lienzo no pudiera salir, ?gracias!, y un recorrido por el yo de la artista que comienza penetrando con el ojo de la c¨¢mara en la oscuridad de su boca y termina saliendo con el ojo de la c¨¢mara por la luz de su ano, qu¨¦ gente rara, har¨ªa falta reforzar las medidas de seguridad porque esta artista y su p¨²blico deben de ser un peligro, como Bj?rk y su p¨²blico, gente rara que hay que vigilar porque convierten las ciudades en espacios crom¨¢ticos, pensantes, sensuales, maravillosos, sonoros, esto aqu¨ª en Madrid no es normal, eh, cuidado, que me ha hecho feliz.
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