Alberto II rompe la tradici¨®n
El rey belga se niega a premiar a un autor holand¨¦s compa?ero de un pederasta
Gerard Reve, de 77 a?os, apodado en Holanda el 'escritor del pueblo' y considerado el precursor de la novela moderna nacional, no podr¨¢ coronar su carrera literaria con la satisfacci¨®n de haber recibido el Gran Premio de las Letras Neerlandesas, equivalente al Cervantes, en la solemne ceremonia que requiere dicha ocasi¨®n. Otorgado desde 1956 cada tres a?os alternativamente a autores holandeses y flamencos por la Academia de la Lengua (Taalunie), que re¨²ne a las comunidades literarias de Holanda y Flandes, sus respectivos monarcas son los encargados de entregarlo al galardonado del pa¨ªs vecino. Dado que Reve es holand¨¦s, esta vez le correspond¨ªa al rey Alberto II de B¨¦lgica recibirle en el palacio de Laken el pr¨®ximo 21 de noviembre. No ser¨¢ as¨ª. Reve, que es homosexual, convive desde hace d¨¦cadas con Joop Schafthuizen, un artista de 53 a?os investigado por la polic¨ªa belga por un presunto delito de abuso de menores. El trauma nacional provocado en B¨¦lgica por los asesinatos de ni?as perpetrados hace cinco a?os por Marc Dutroux, todav¨ªa en la c¨¢rcel en espera de juicio, y el malestar expresado por el soberano ante la situaci¨®n han llevado al Ministerio belga de Cultura a anular la cita palaciega en favor de una peque?a reuni¨®n en honor de Reve.
La causa del veto es la conmoci¨®n que provocaron en B¨¦lgica los asesinatos de ni?as de Marc Dutroux
Esta f¨®rmula de compromiso, patrocinada por Bert Anciaux, ministro flamenco de Cultura, ha sorprendido a la Academia de la Lengua Neerlandesa, responsable, adem¨¢s, de hacerle llegar al autor holand¨¦s un cheque de 34.000 florines (2.500.000 pesetas). Una suma que Gerard Reve, autor de De Avonden (Las noches), la novela que marc¨® en los a?os cincuenta el despegue de la generaci¨®n literaria de la posguerra en Holanda, evita mencionar. 'Los de Taalunie tienen ya mi n¨²mero de cuenta bancaria. No se hable m¨¢s', ha dicho, refiri¨¦ndose con amargura a la posibilidad de que un simple miembro de la Academia acabe entreg¨¢ndole el premio m¨¢s prestigioso de la literatura en holand¨¦s.
Despu¨¦s de reconocer que la culpa de todo este l¨ªo era en cierto modo suya, Joop Schafthuizen s¨ª ha criticado con dureza en la prensa holandesa al resto de los implicados. Seg¨²n el compa?ero sentimental de Reve, que convive con el escritor en la localidad belga de Machelen-aan-de-Leie, cerca de Bruselas, el escritor es la v¨ªctima inocente de sus devaneos. 'A m¨ª me gustan los menores y no lo oculto, pero comet¨ª un error con un muchacho que nos ayudaba en casa. Si el rey de los belgas no quiere recibir a pederastas como yo, est¨¢ en su derecho, pero Reve no tiene nada que ver', ha se?alado, refiri¨¦ndose al incidente ahora investigado por la polic¨ªa y que ha desencadenado la reacci¨®n palaciega y el apa?o ministerial.
Siempre seg¨²n su versi¨®n, el chico, de 13 a?os, les arreglaba el jard¨ªn a cambio de dinero de bolsillo. Para evitar malentendidos, el pintor le revel¨® enseguida sus inclinaciones hacia los menores e incluso le pidi¨® que le 'parase los pies' si iba demasiado lejos en sus comentarios. Los padres tambi¨¦n fueron informados del talante del inquilino que pagaba a su hijo por sus trabajos espor¨¢dicos. Todo fue bien hasta que un caluroso d¨ªa del pasado verano, Schafthuizen le pidi¨® al muchacho que se bajara los pantalones. 'S¨®lo le mir¨¦ durante 60 segundos. Luego le dije que iba a ser un tipo muy fuerte de mayor. Eso es todo. Reconozco que hacer algo as¨ª en B¨¦lgica, despu¨¦s de lo ocurrido con Dutroux, es un error', ha declarado el artista, que le pidi¨® al chico que guardara silencio. Un mes despu¨¦s de lo ocurrido, sin embargo, se interpuso una denuncia y la polic¨ªa efectu¨® un registro del domicilio de la pareja. Durante el mismo fue requisada una colecci¨®n de material er¨®tico y pornogr¨¢fico reunida por Schafthuizen durante a?os. Reve, que ha preferido callar, s¨®lo ha lamentado -tras advertir: 'En mi casa no maltratamos a jovencitos'- que el rey Alberto II se haya dejado llevar por lo que considera habladur¨ªas.
A pesar de su compostura, el escritor holand¨¦s ha sentido no ver reconocida apropiadamente una obra literaria que le ocupa desde 1947. Unos libros, en especial De Avonden, que captaron la sociedad holandesa de los a?os cincuenta marcada por la rebeli¨®n de los m¨¢s j¨®venes sujetos a¨²n a los temores de sus padres, reci¨¦n salidos de las penurias de la II Guerra Mundial. Para sus detractores, el mayor problema de Reve no ha sido el marcado tono autobiogr¨¢fico y casi mon¨®tono de sus libros posteriores. Su tal¨®n de Aquiles ser¨ªa la influencia que Schafthuizen ejerce sobre su vida y que est¨¢ a punto de arruinar el momento m¨¢s relevante de una carrera dedicada a las letras.
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