EE UU suspende el secreto entre los detenidos y sus abogados
Los letrados califican la medida de 'abominable e inconstitucional'
El agresivo cerco al terrorismo ha llegado incluso al coraz¨®n de uno de los derechos m¨¢s sagrados en la democracia estadounidense: la comunicaci¨®n confidencial entre un detenido y su abogado. Ya no existe. Por orden del secretario de Justicia, John Ashcroft, a partir de ahora se pueden grabar todas las conversaciones entre cliente y letrado cuando se crea necesario para prevenir el terrorismo.
Las organizaciones de derechos civiles y los colegios de abogados reaccionaron ayer calificando la medida como 'abominable e inconstitucional' y amenazaron con desafiarla en los tribunales.
Una unidad especial de polic¨ªa se encargar¨¢ de escuchar y de interceptar el correo de los sospechosos recluidos en una de las 100 prisiones federales de EE UU. De momento afecta a los cerca de 1.200 detenidos como parte de la masiva investigaci¨®n de los atentados del 11 de septiembre, tanto si les han imputado cargos como si cumplen prisi¨®n preventiva. La mayor¨ªa est¨¢n en esta ¨²ltima situaci¨®n -por delitos menores como falsificaci¨®n de documentos o violaciones inmigratorias-, aunque la cifra exacta se desconoce.
Ashcroft firm¨® la orden 'con car¨¢cter de emergencia' acogi¨¦ndose a la discreci¨®n que le otorga el nuevo marco legal antiterrorista aprobado por el Congreso y sancionado por el presidente Bush. La llamada Ley Patri¨®tica permite al Gobierno detener a sospechosos por tiempo casi indefinido, deportarlos, vigilar las comunicaciones a trav¨¦s de Internet y realizar registros domiciliarios sin necesidad de autorizaci¨®n judicial. Tampoco se necesita la intervenci¨®n de un juez para pinchar las conversaciones entre reclusos y abogados, s¨®lo la autorizaci¨®n de Ashcroft cuando 'exista una sospecha razonable para creer que un detenido pueda usar las comunicaciones con sus abogados para facilitar actos de terrorismo'.
Alarmada, la Uni¨®n Nacional de Libertades Civiles dijo en un comunicado que 'sienta un terrible precedente', a lo que el Departamento de Justicia respondi¨® que el mecanismo va acompa?ado de 'salvaguardas procesales', como la notificaci¨®n a ambos, cliente y abogado, de las escuchas y la garant¨ªa de que no las podr¨¢n usar en su contra los fiscales de sus casos, a menos que lo apruebe un juez.
Tambi¨¦n queda a salvo la 'informaci¨®n privilegiada' que discutan en preparaci¨®n de la defensa. No obstante, la asociaci¨®n de abogados defensores opina que es dif¨ªcil separar la informaci¨®n puramente procesal de toda la que relate el cliente y afirman que cortapisa su habilidad para preparar el caso. Hasta ahora, las comunicaciones entre abogados y clientes estaban exentas de supervisi¨®n, a diferencia de las de tipo social, con familiares o amigos.
Estas medidas se suman a las impuestas tras los atentados de 1993 contra las Torres Gemelas y el edificio federal de Oklahoma en 1995, que incluyen celdas de aislamiento, intercepci¨®n del correo y restricciones de llamadas y visitas.
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