750.000 personas acceden a los aviones de EE UU sin control
Crecen las denuncias por la inseguridad de la aviaci¨®n civil tras los atentados
No se sabe si la tragedia de ayer fue producto de un sabotaje, pero lo que s¨ª admitieron las autoridades de aviaci¨®n es que los aeropuertos de Estados Unidos son un blanco f¨¢cil para saboteadores. Hay 750.000 personas que pueden acceder a los aviones aparcados sin que nadie les cuestione, sin que nadie les obligue a pasar por los detectores de metal u otro tipo de controles. Y lo que es m¨¢s inquietante, sin que nadie haya comprobado si tienen un pasado criminal. Y muchos de ellos lo tienen. Hay ladrones, traficantes de droga y de armas, secuestradores, criminales o condenados por asalto y otros actos de violencia.
Pasajeros con cuchillos, pistolas y otro tipo de armas han pasado los detectores
No son revelaciones nuevas, llevan a?os saliendo poco a poco en los peri¨®dicos y los medios de comunicaci¨®n, pero hasta ahora la Administraci¨®n Federal de Aviaci¨®n (FAA) estadounidense no hab¨ªa visto la urgencia para poner freno a la contrataci¨®n de personal con pasado delictivo.
Hasta ayer, cuando la directora de FAA, Jane Garvey, anunci¨® que se despedir¨¢ inmediatamente a todos los empleados que hayan cometido delitos, con la ¨²nica excepci¨®n de los pilotos. En la propuesta original, Garvey los hab¨ªa incluido junto con los mec¨¢nicos, portamaletas, limpiadores, inspectores de equipaje, operadores de veh¨ªculos, etc¨¦tera, pero el poderoso Sindicato Nacional de Pilotos puso el grito en el cielo; se dijeron ofendidos porque se les equipare con el resto del personal de tierra.
'No hay derecho a que nos arruinen la carrera porque alguien cometiera un delito de tomar coca¨ªna hace 20 a?os', afirm¨® John Mazor, presidente del sindicato. Sin dar explicaciones, la FAA decidi¨® durante el pasado fin de semana sancionarlos s¨®lo deneg¨¢ndoles el acceso previo a la salida de los vuelos.
En opini¨®n de muchos expertos, el refuerzo de la seguridad en los vuelos es insuficiente y llega demasiado tarde. 'No hay nada que les impida poner un explosivo en un avi¨®n', se?al¨® Jerry Epstein, ex director del aeropuerto de Los ?ngeles.
Al riesgo que implica la libertad de movimientos de empleados con pasado dudoso, se suma la ineficacia del sistema de control de equipajes: s¨®lo se revisa un 5% de las maletas facturadas. Y s¨®lo en los vuelos internacionales se casan (emparejan) las piezas de equipaje con los nombres del pasaje a bordo, para evitar que alguien facture una maleta con una bomba en su interior.
Ayer Garvey asegur¨® que se iban a empezar a casar los equipajes en los vuelos nacionales. Pero el control de la facturaci¨®n sigue siendo el aspecto m¨¢s vulnerable y sin soluci¨®n en un horizonte inmediato.
Tras los atentados del pasado 11 de septiembre contra Nueva York y Washington, el Senado y la C¨¢mara baja han aprobado por separado una nueva ley de seguridad a¨¦rea, pero no logran conciliar las diferencias entre las dos versiones.
Ninguna contempla la universalizaci¨®n de las inspecciones del equipaje facturado porque las aerol¨ªneas -que son las que hasta ahora se encargan de la seguridad- sostienen que es log¨ªsticamente imposible. Requerir¨ªa, dicen, mucho m¨¢s personal, a un alto costo para los pasajeros.
Las aerol¨ªneas han dicho que s¨ª pueden garantizar las inspecciones del equipaje de mano y sin embargo han sido burladas continuamente desde los atentados de septiembre. Pasajeros con cuchillos, pistolas y otro tipo de armas de defensa personal han pasado f¨¢cilmente los detectores en varias ocasiones, a pesar de las declaraciones de los responsables asegurando que la vigilancia se hab¨ªa incrementado.
Los 28.000 inspectores a cargo de esos controles son ahora el principal punto de desacuerdo entre el Senado y la C¨¢mara baja. Los senadores est¨¢n a favor de hacerlos funcionarios del Gobierno federal y los congresistas favorecen el sistema actual, en manos privadas, pero con supervisi¨®n federal.
El presidente prefiere esta ¨²ltima opci¨®n. Mientras se aprueba, George W. Bush, consciente de la gran preocupaci¨®n del p¨²blico y de las enormes p¨¦rdidas de las aerol¨ªneas, ha destacado cerca de 9.000 efectivos de la Guardia Nacional para vigilar los aeropuertos.
En medio del debate han vuelto a salir a la luz fallos de seguridad inexplicables. En Miami, por ejemplo, se detuvo recientemente a 58 empleados de tierra -inspectores de equipaje, mec¨¢nicos y personal administrativo de tierra- que se dedicaban a traficar con armas y con hero¨ªna y coca¨ªna.
Las medidas anunciadas por la FAA entrar¨¢n en vigor inmediatamente para todo el personal contratado en los 450 aeropuertos comerciales de Estados Unidos en los ¨²ltimos 10 a?os. Adem¨¢s, las enfermedades mentales tambi¨¦n ser¨¢n motivo de despido.
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