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Lenguaje html, chatear, escanear una fotograf¨ªa, dise?ar una p¨¢gina web, imprimir un documento, abrir un CD-ROM... Cuando a Jes¨²s Blanco, de 70 a?os y jubilado desde hace siete, su nieto le hablaba del lenguaje inform¨¢tico y de las nuevas tecnolog¨ªas, todo le sonaba raro. As¨ª que Jes¨²s decidi¨® ponerle voluntad y ayer se pas¨®, junto a otros jubilados, por el nuevo centro de mayores que la Fundaci¨®n La Caixa ha abierto en la calle de Arapiles (distrito de Chamber¨ª) 'para acercar el mundo de la inform¨¢tica, Internet y otros soportes de comunicaci¨®n e informaci¨®n a los mayores de 60 a?os que tengan ganas de aprender', seg¨²n explic¨® Alejandro Plasencia, vicepresidente de la Fundaci¨®n La Caixa.

El centro, de 2.000 metros cuadrados y con una inversi¨®n de 800 millones de pesetas, cuenta con un cibercaf¨¦, una mediateca, un aula de inform¨¢tica, un sal¨®n de actos, un aula de salud e incluso un jard¨ªn japon¨¦s elaborado por Rikako Yano, directora de Arte y Cultura de Jap¨®n. Y, por supuesto, no faltan los ordenadores: 58 en total.

El padrino de la inauguraci¨®n del local, que empezar¨¢ a funcionar a pleno rendimiento el pr¨®ximo lunes, fue Luis Rojas Marcos, psiquiatra y director de la corporaci¨®n sanitaria p¨²blica de Nueva York. Rojas Marcos resalt¨® que las clases de inform¨¢tica las dan voluntarios de m¨¢s de 60 a?os y que, a su vez, los alumnos pueden convertirse despu¨¦s en nuevos voluntarios que ense?en a otros jubilados. 'Cada d¨ªa tenemos m¨¢s tiempo libre, vivimos m¨¢s y mejor. El voluntariado aumenta la autoestima de la gente y le hace ser m¨¢s feliz; es una parcela de la vida que siempre resulta positiva', se?al¨® este psiqui¨¢tra. 'La esencia de la filosof¨ªa de este centro es el voluntariado', sentenci¨® Isabel Mart¨ªnez, de la Fundaci¨®n La Caixa.

Esta iniciativa, en la que participa la Consejer¨ªa de Servicios Sociales, comenz¨® a fraguarse en 1998, cuando La Caixa puso a funcionar en el centro de Arapiles unas aulas en las que miembros de la asociaci¨®n Voluntarios Inform¨¢ticos Asociados en Centros de Mayores (Viacema) daban clase de inform¨¢tica a personas mayores de 60 a?os. Ante la buena acogida que tuvieron las clases, sus promotores decidieron ampliar las actividades. 'Los mayores van a poder participar en chats, en juegos, en talleres de fotograf¨ªa y edici¨®n, e incluso van a poder hacer su propia revista', explicaron desde el centro. 'Al principio, a algunos les da un poco de miedo el ordenador y les da un poco de cosa preguntar, pero poco a poco les va gustando', agregaron.

De momento, la estrella del local es el cibercaf¨¦, donde ayer decenas de jubilados participaban, a trav¨¦s de Internet, en un chat. Emilio Calabria, de 69 a?os, se meti¨® en uno de estos espacios cibern¨¦ticos -donde varias personas entablan una conversaci¨®n a trav¨¦s del ordenador- con el nombre en clave de Yordi. A los cinco minutos, ya estaba escribi¨¦ndose mensajes con una mujer jubilada que estaba en su casa de Granada. Otro grupo prefiri¨® poner en pr¨¢ctica los conocimientos adquiridos en las clases de inform¨¢tica y estuvo investigando la forma m¨¢s sencilla de copiar un disco inform¨¢tico a otro, aunque eso origin¨® entre ellos m¨¢s de una discusi¨®n.

En otro ordenador de la sala, ?ngel Joga, de 70 a?os, consultaba en un CD-ROM una enciclopedia sobre el espacio y el universo. 'Estoy cogiendo apuntes', coment¨®. No muy lejos, otro compa?ero optaba por jugar con el ordenador a un programa llamado Space Cadet y que simula una m¨¢quina de pinball.

?pera y juegos

?ngela, 'con los a?os suficientes para estar en este centro', consultaba un libro sobre ¨®pera porque le gustar¨ªa hacer una investigaci¨®n sobre una de sus mayores aficiones. 'Esto es un poco m¨¢s serio que los juegos', afirmaba. 'Los jubilados de ahora no estamos en la luna de Valencia, como piensan muchos j¨®venes. Somos gente con estudios y cultura', a?ad¨ªa esta mujer, que durante muchos a?os trabaj¨® de bibliotecaria y ahora es voluntaria de la biblioteca de un centro de mayores sito en la calle de Sagasta.

Al lado de los jubilados, un grupo de voluntarios les ayudaba por si ten¨ªan alg¨²n problema con los ordenadores. 'Cuando me prejubilaron asist¨ª a unos cursos de inform¨¢tica para entretenerme y ahora soy yo la que ense?a a otros y les ayuda', se?al¨® Pinar G¨®mez, una de las voluntarias.

Adem¨¢s del cibercaf¨¦ y de la mediateca donde los jubilados pueden consultar libros, peri¨®dicos y material inform¨¢tico, el centro cuenta con un rinc¨®n dedicado al euro, un lugar para exposiciones y un aula de salud. All¨ª, distintos voluntarios dan sesiones de yoga, tai-chi y cursos de relajaci¨®n, y explican c¨®mo adquirir h¨¢bitos saludables para llevar una vida mejor.

Y para los que, despu¨¦s de tanta actividad, todav¨ªa tengan ganas de m¨¢s, este centro de mayores dispone de cursos de idiomas, talleres de lectura, proyecciones de cine, obras de teatro, audiciones y comentarios de ¨®peras y zarzuelas. 'Aqu¨ª, el que no quiere, no para', concluy¨® uno de los jubilados.

Centrocaixa. A partir del 19 de noviembre. Calle de Arapiles, 15. Metro Quevedo. De lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00. Entrada gratuita.