Un centenar de esculturas ilustran la figuraci¨®n moderna entre 1900 y 1936

La historia de los escultores espa?oles que se interesaron por la figuraci¨®n y la influencia cl¨¢sica entre 1900 y 1936 aparece en las 106 esculturas y pinturas que forman la exposici¨®n Un nuevo ideal figurativo en la escultura espa?ola, 1900-1936, abierta ayer en la Fundaci¨®n Cultural Mapfre Vida de Madrid (avenida del General Per¨®n, 40) hasta el 13 de enero. El director de la fundaci¨®n, Pablo Jim¨¦nez, declar¨® que la muestra explica los planteamientos de modernidad de la escultura espa?ola en ese periodo 'sin inscribirse claramente en la vanguardia'.

La historiadora del arte Josefina Alix, como comisaria, encierra el montaje entre el cambio de siglo, con la revoluci¨®n que supuso la exposici¨®n de Rodin, y la ruptura que supuso la guerra civil. Los escultores expuestos, con piezas de distintos tama?os, se centran en la renovaci¨®n de la figuraci¨®n y el ideal cl¨¢sico, sin entrar de lleno en la vanguardia para desarrollar el arca¨ªsmo, el arte primitivo y la talla directa en piedra. Por este motivo no figuran obras de Picasso, Gargallo, Alberto o Ferrant -que forman parte de la exposici¨®n de Ana V¨¢zquez de Parga en la Fundaci¨®n BSCH de Madrid-, situados en las vanguardias.

La diosa (1934), de Josep Clar¨¢, ha pasado de los jardines del antiguo MEAC a la primera escultura de la exposici¨®n para demostrar desde el principio que 'el nuevo ideal de la figuraci¨®n triunfa sobre la escultura caduca del siglo XIX y se convierte en algo moderno sin alterar su tradici¨®n cl¨¢sica', seg¨²n Josefina Alix.

La renovaci¨®n de la figura en el cuerpo femenino de los artistas catalanes o en los animales de Mateo Hern¨¢ndez, que busca tambi¨¦n el estudio de la forma, se distribuye en el montaje en tres ejes fundamentales, aunque en la presentaci¨®n de las esculturas en amplias vitrinas abiertas se establecen miradas y di¨¢logos entre el trabajo de los artistas. Clar¨¢ y Enric Casanovas forman parte del n¨²cleo de Catalu?a y el mediterrane¨ªsmo, donde j¨®venes escultores criticaron el excesivo idealismo del noucentismo, como Joan Rebull.

El realismo castellano aporta desde la dureza un inter¨¦s por el arte primitivo, el expresionismo teatral y los ideales de la generaci¨®n del 98, que se pueden rastrear en las piezas de Julio Antonio, Victorio Macho, Emiliano Barral, Francisco P¨¦rez Mateo y Mateo Hern¨¢ndez. Si los n¨²cleos anteriores est¨¢n en Barcelona y Madrid, el tercer bloque del montaje re¨²ne las obras de los artistas que siguieron el ideal figurativo en Par¨ªs, como Manolo Hugu¨¦, Apel.les Fenosa y Daniel Gonz¨¢lez, influidos por las grandes cabezas y el movimiento de Matisse. El caso de Daniel Gonz¨¢lez es 'un gran desconocido', seg¨²n la comisaria, con una obra en solitario. En la exposici¨®n, adem¨¢s de las esculturas, se presenta un conjunto de dibujos realizados en Par¨ªs, que tienen un cat¨¢logo independiente.