El dominio del viento
Dos asociaciones de Catarroja y Silla recuperan la tradici¨®n de la navegaci¨®n a vela latina en L'Albufera
Probablemente cuando el rey Mart¨ªn el Humano otorg¨® en 1404 el privilegio que establec¨ªa la comunidad de pescadores de L'Albufera, estaba muy extendida la barca de vela latina. Los pueblos ¨¢rabes del Mediterr¨¢neo navegaron con vela triangular, igual que en el pasado lo hicieron los romanos y los bizantinos. En el nuevo reino cristiano fundado por Jaume I, la vela latina empez¨® a recobrar protagonismo y durante m¨¢s de siete siglos ha formado parte de nuestro paisaje marinero. En la costa valenciana, la vela latina domin¨® el tr¨¢fico comercial de cabotaje en embarcaciones llamadas mules, y tambi¨¦n la pesca en barcas como el bou de parella, cuya estampa inmortaliz¨® Joaqu¨ªn Sorolla. En L'Albufera, la vela latina impuls¨®, adem¨¢s de la pesca, los aterramientos en los tancats y el transporte del arroz.
Pero con el siglo XX lleg¨® el declive. Seg¨²n los investigadores Francisco Oller y Vicent Garc¨ªa-Delgado, autores del libro Nuestra vela latina, el cabotaje de vela triangular en el litoral valenciano recibi¨® el tiro de gracia con el tendido del ferrocarril entre Portbou y Valencia, mientras que el motor de combusti¨®n hizo lo propio con las barcas de pesca, reduciendo su uso hasta convertirse en competici¨®n deportiva. En L'Albufera todav¨ªa queda un peque?o reducto. Las ¨²ltimas velas latinas est¨¢n en manos de unos cuantos aficionados, pescadores y ex barqueros. En los puertos de Catarroja y Silla existen dos asociaciones de vela latina que desde hace unos pocos a?os organizan regatas en el lago para recuperar este ancestral sistema de navegaci¨®n, cuyo secreto reside en el dominio del viento mediante un uso h¨¢bil de la arboladura latina, los aparejos de maniobra y el tim¨®n.
El viejo barquero Francisco Gil, de Silla, y el joven Juan Jos¨¦ Rosaleny, de Albal, son los campeones en las categor¨ªas primera y segunda, respectivamente, de la primera regata auton¨®mica organizada por la Associaci¨® de Vela Llatina de Silla. Ambos simbolizan la fusi¨®n de dos generaciones en la recuperaci¨®n de una parte de la cultura marinera. Gil representa la experiencia heredada de sus antepasados a trav¨¦s de la tradici¨®n oral. Conoce todos los vientos y rincones de L'Albufera. Rosaleny, en cambio, es la imagen de la t¨¦cnica. Su conocimiento de la f¨ªsica y las leyes de la aerodin¨¢mica, las mismas que rigen la navegaci¨®n en vela latina, le han permitido dise?ar y construir su propia barca, Alba, con la que ya ha ganado dos regatas.
'La vela latina destaca por su magn¨ªfico rendimiento para navegar con vientos contrarios. Su forma triangular es tambi¨¦n eficaz para facilitar las viradas; navegando en ce?ida o del trav¨¦s el viento circula a lo largo del trapo de la vela. Su dise?o hace posible orientar la entena y la vela de forma que tomen cualquier posici¨®n respecto a la cruj¨ªa de la barca', sentencia Rosaleny. Participar en una regata en L'Albufera es un viaje que vale la pena. El horizonte del lago es demasiado corto para navegar guiados por las estrellas, pero suficientemente grande para enarbolar la vela y desafiar los 15 tipos de viento que soplan regularmente en L'Albufera. Es todo un espect¨¢culo presenciar la lucha tit¨¢nica por el control de la barca que mantienen el piloto y su ayudante, el mitger, quien se encarga de facilitar las maniobras controlando la entena y de equilibrar la embarcaci¨®n.
Pero recuperar la vela latina plantea un reto paralelo, reencontrar su vocabulario y sus expresiones marineras. Los pueblos ribere?os de L'Albufera han enriquecido el habla marinera creando un rico lenguaje que permanece vivo, pero dif¨ªcil de encontrar en los diccionarios convencionales. S¨®lo la barca tiene m¨¢s de 120 vocablos diferentes que definen sus partes. Juan Jos¨¦ Rosaleny est¨¢ elaborando un estudio te¨®rico-pr¨¢ctico que pretende dar a conocer la pr¨¢ctica de la vela latina en L'Albufera con el objetivo de mantener vivo este viejo arte de navegar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.