Una cumbre sin dividendos
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La cumbre entre Vlad¨ªmir Putin y George W. Bush en Washington refuerza la din¨¢mica positiva que las relaciones entre Rusia y Estados Unidos adquirieron tras el 11 de septiembre, pero no ha dado, de momento, los dividendos inmediatos tangibles que Mosc¨² quisiera. La atm¨®sfera distendida del rancho de Tejas, se?alaba ayer un precavido experto ruso, permitir¨¢ ver cu¨¢l es la actitud de Bush ante el nuevo marco de referencia (con la lucha antiterrorista en lugar prioritario) que Putin quiere dise?ar para la relaci¨®n bilateral en particular y para las relaciones con Occidente en general.
En la etapa de Washington, Bush se comprometi¨® a reducir las cabezas nucleares norteamericanas (hoy 7.000) hasta el nivel de 1.700-2.200 unidades, y Putin prometi¨® responder de la misma forma reduciendo sus arsenales, pero no logr¨® vincular a la Administraci¨®n norteamericana mediante un tratado bilateral que incluir¨ªa procedimientos de verificaci¨®n y obligaciones mutuas. Por razones econ¨®micas, Rusia, a diferencia de Estados Unidos, tiene que reducir sus arsenales nucleares con tratado o sin ¨¦l.
Tanto Alex¨¦i Arb¨¢tov, vicepresidente del Comit¨¦ de Defensa de la Duma Estatal (Parlamento) de Rusia, como Konstantin Kosachov, vicepresidente del comit¨¦ Internacional de la Duma, se mostraron ayer reservados en sus valoraciones sobre la cumbre. Arb¨¢tov dijo que Estados Unidos no ha cambiado su posici¨®n unilateral, y Kosachov afirm¨® que Rusia debe conseguir que Estados Unidos formalice de forma jur¨ªdica la 'declaraci¨®n [de Bush], que no implica ninguna obligaci¨®n' sobre desarme unilateral.
El ministro de Exteriores ruso, ?gor Ivanov, indic¨® que Mosc¨² hubiera preferido un compromiso mutuo y admiti¨® que a¨²n deb¨ªa decidirse si las armas van a ser destruidas o puestas fuera de servicio. La Administraci¨®n norteamericana, por otra parte, sigue empe?ada en abandonar el Tratado contra Misiles Bal¨ªsticos de 1972, aunque ahora parece haber renunciado a tomar esta iniciativa de forma unilateral. A juzgar por las palabras del ministro, hasta el martes Estados Unidos no hab¨ªa facilitado los datos que los rusos piden para entender por qu¨¦ Bush desea abandonar el ABM. Putin dijo estar dispuesto a continuar el di¨¢logo sobre el 'dif¨ªcil tema' de la defensa antimisiles en el rancho de Crawford.
Mientras tanto, en Mosc¨² expertos rusos en pol¨ªtica internacional expresan el temor a que el presidente pueda tener dificultades, si la opini¨®n p¨²blica comienza a percibirle como alguien que repite la experiencia del l¨ªder sovi¨¦tico Mija¨ªl Gorbachov y del presidente ruso Bor¨ªs Yeltsin.
Con distintas im¨¢genes, varios analistas expresaban ese temor en una mesa redonda en el club Debates Ciudadanos el martes. La mayor¨ªa asociaba con Gorbachov la idea de una relaci¨®n asim¨¦trica, en la que Mosc¨² dio mucho a cambio de recibir muy poco de Occidente. 'Si Putin entrega muy deprisa sus triunfos, corre el peligro de quedarse sin nada para negociar despu¨¦s', manifestaba Alex¨¦i Pushkov, miembro de la direcci¨®n del Consejo Ruso de Pol¨ªtica Exterior y de Defensa. Seg¨²n Pushkov, desde Gorbachov todos los l¨ªderes del Kremlin han buscado la adaptaci¨®n a Occidente y han hecho concesiones unilaterales. Pushkov afirmaba que la cultura norteamericana es 'una cultura comercial basada en el intercambio' y que Washington respetar¨¢ a Mosc¨² en la medida en que el Kremlin tenga algo que darle y si saca ventajas estrat¨¦gicas.
A la poblaci¨®n rusa no le gusta que Mosc¨² haya anunciado el abandono de sus bases en Kamrat (Vietnam) y en Lourdes (Cuba), porque les recuerda la ¨¦poca en que la URSS hac¨ªa concesiones y despu¨¦s esperaba que se las agradecieran, se?alaba Konstantin Zatulin, presidente del instituto de los Pa¨ªses de la Comunidad de Estados Independientes. 'No me gustar¨ªa que los rusos llegaran a la conclusi¨®n de que el zar no es el zar, sino Gorbachov', sentenci¨® Zatulin.
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