El verdadero riesgo de un atentado nuclear
El terrorismo nuclear parece cada vez una amenaza m¨¢s pr¨®xima. El reciente anuncio de Bin Laden de que posee armas nucleares y qu¨ªmicas y est¨¢ dispuesto a utilizarlas contribuye a aumentar est¨¢ inquietud. ?Qu¨¦ credibilidad y consecuencias puede tener este tipo de amenazas?
La denominaci¨®n de terrorismo nuclear engloba amenazas de caracter¨ªsticas bastante diferentes; aqu¨ª nos vamos a referir en concreto a la posibilidad del uso por terroristas de bombas at¨®micas de fisi¨®n y de bombas radiol¨®gicas, a veces llamadas bombas nucleares sucias.
La explosi¨®n de una bomba at¨®mica de fisi¨®n sobre una gran ciudad podr¨ªa producir decenas de miles de muertos. Es inquietante imaginar el poder coercitivo que podr¨ªa ejercer una organizaci¨®n terrorista que dispusiese de una bomba de estas caracter¨ªsticas. La posibilidad de que un arma de este tipo puede ser fabricada por una organizaci¨®n terrorista no es cre¨ªble, s¨®lo est¨¢ al alcance de pa¨ªses con instalaciones capaces de obtener uranio altamente enriquecido (muy superior al utilizado por las centrales nucleares) o de reprocesamiento (obtenci¨®n de plutonio). Probablemente, si una organizaci¨®n terrorista quisiera disponer de una bomba at¨®mica tratar¨ªa de adquirirla ya fabricada. Desde hace a?os se viene apuntando, especialmente desde EE UU e Israel, a Irak y Libia como potenciales candidatos a adquirir o construir estas armas y la posibilidad de que la desv¨ªen a organizaciones terroristas. Son conocidos el intento de Irak de construir un centro nuclear con fines militares, pero fue destruido por sorpresa por la aviaci¨®n israel¨ª en 1981 y los bombardeos que norteamericanos y brit¨¢nicos vienen realizando desde 1991 sobre instalaciones de Irak, algunas de las cuales pod¨ªan estar relacionadas con proyectos de construir dispositivos nucleares militares.
La garant¨ªa de los arsenales nucleares consiste en almacenar por separado los componentes cr¨ªticos y en que sean necesarias varias personas y claves
El que un grupo terrorista pueda tener una bomba at¨®mica de fisi¨®n no es cre¨ªble. S¨®lo est¨¢ al alcance de los pocos pa¨ªses que tienen uranio enriquecido
En el caso de que los terroristas utilicen una bomba radiol¨®gica, taparse la nariz y la boca con un pa?uelo en la calle ser¨¢ una medida protectora suficiente
Los pa¨ªses que oficialmente reconocen que disponen de armas nucleares son: EE UU, Rusia, China, Francia, el Reino Unido, Pakist¨¢n e India; pero se sabe que tambi¨¦n las tienen Israel y Sur¨¢frica. Obs¨¦rvese que el ¨²nico pa¨ªs isl¨¢mico del club at¨®mico es Pakist¨¢n, que dispone de un reducido n¨²mero de bombas at¨®micas. Seg¨²n sus gobernantes, el arsenal nuclear tiene como fin actuar como contrapeso de su vecino y tradicional adversario India. En esta coyuntura es razonable pensar que ning¨²n Estado del club at¨®mico est¨¢ dispuesto a suministrar armas nucleares a organizaciones terroristas. Sin embargo, no es descartable que organizaciones mafiosas traten de traficar con este tipo de armas, especialmente del arsenal de la extinguida URSS, que dispon¨ªa de m¨¢s de 20.000 cabezas nucleares. La falta de control sobre este material ha sido denunciada en varias ocasiones.
Bombas 'maleta'
El general ruso Aleksandr Lebed se ha referido varias veces a la desaparici¨®n de varias decenas de las llamadas bombas at¨®micas maleta (de reducido tama?o); incluso lleg¨® a precisar las dimensiones: 60 por 40 por 20 cent¨ªmetros. El ministro de energ¨ªa at¨®mica de Rusia neg¨® la existencias de estas bombas, aunque matiz¨® que quiz¨¢ Lebed se refer¨ªa a proyectiles nucleares de artiller¨ªa, indicando que todos estaban adecuadamente guardados. Es dif¨ªcil saber la realidad de estos hechos. ?Existen este tipo de armas? ?Han desaparecido del arsenal de la URSS? ?Han sido vendidas a pa¨ªses u organizaciones indeseables? ?Es un problema del descontrol en la contabilidad del material nuclear?
Te¨®ricamente, con unos 15 kilos de Pu 239 o U-235 puede originarse una reacci¨®n en cadena. En la pr¨¢ctica, para fabricar una bomba at¨®mica se requiere cuatro o cinco veces esta cantidad. Dada la alta densidad del uranio o el plutonio metal, forma qu¨ªmica utilizada en las bombas nucleares, esta masa cabe en una esfera de unos 20 cent¨ªmetros de di¨¢metro. Si a?adimos los componentes adicionales, puede suponer un dispositivo que no supera los 100 kilos, dif¨ªcil de introducir utilizando medios p¨²blicos de transporte, pero f¨¢cilmente trasladables en un coche, yate o avioneta. Sean expresamente bombas maleta o proyectiles de artiller¨ªa, est¨¢ claro que tanto la URSS como Estados Unidos desarrollaron peque?as bombas nucleares que, sin llegar a ser una maleta, eran de tama?o bastante reducido. Por ejemplo: Estados Unidos construy¨® una bomba Mk-54 SADM, que consist¨ªa en un cilindro de 40 por 60 cent¨ªmetros y un peso total de 68 kilos (v¨¦ase foto), y la URSS, otra algo menor (47 kilos).
Hay referencias (Jerusalen Report, 25 de octubre de 1999) a que alguna de estas maletas fueron adquiridas por Al Qaeda (la organizaci¨®n terrorista de Bin Laden), incluso se ha llegado a decir, en un libro de Bodansky de 1999, que se pagaron 30 millones de d¨®lares (5.400 millones de pesetas) y dos toneladas de hero¨ªna afgana, valoradas en 70 millones de d¨®lares (12.600 millones de pesetas), a cambio de ellas.
Personalmente creo que es una especulaci¨®n, tal vez inducida por la propia organizaci¨®n. Aun en el caso de que alguno de estos dispositivos est¨¦ en manos de bandas terroristas, es muy improbable que sean capaces de hacerlos explotar. Seg¨²n la informaci¨®n difundida tanto por Estados Unidos como por Rusia, existe un sistema de salvaguardias sobre sus arsenales nucleares basado en el almacenamiento por separado de componentes cr¨ªticos de las bombas y en la necesidad de varias claves y personas, que pasan por la intervenci¨®n de los presidentes (o sus delegados) de estos pa¨ªses para activarlas. Por estas razones es poco cre¨ªble una amenaza terrorista como la lanzada por Bin Laden.
El riesgo permanente
Sin embargo, la existencia de miles de bombas nucleares, miles de toneladas de uranio altamente enriquecido y un centener de toneladas de plutonio militar (enriquecido en el is¨®topo 239) constituyen un riesgo permanente, especialmente cuando gran parte de este material se encuentra en manos de Estados d¨¦biles. Es un necesidad cada vez m¨¢s urgente la reducci¨®n dr¨¢stica del arsenal nuclear -como acaba de proponer Putin- y la destrucci¨®n de este material (previa diluci¨®n) us¨¢ndolo como combustible para centrales nucleares convencionales, como ya se hace, aunque en peque?as cantidades.
Otro escenario m¨¢s probable es la disponibilidad por organizaciones terroristas de bombas radiol¨®gicas, impropiamente llamadas bombas nucleares sucias. Una bomba de estas caracter¨ªsticas consiste en un explosivo cl¨¢sico (dinamita, amosal, etc¨¦tera) rodeado de una sustancia radiactiva con el fin de que cuando explosione, los is¨®topos radiactivos se dispersen en el ambiente. En la mayor¨ªa, su capacidad destructora no es mucho mayor que la del explosivo convencional que contienen. El mayor efecto ser¨ªa la alarma social que causar¨ªa.
La posibilidad de adquirir is¨®topos radiactivos no es demasiado complicada; desde luego, mucho menor que obtener el material necesario para fabricar una bomba at¨®mica (la capacidad destructora de una bomba at¨®mica poco tiene que ver con el empleo de is¨®topos radiactivos y mucho con la propiedad de algunos ¨¢tomos de fisionarse con neutrones). Los is¨®topos radiactivos se emplean en hospitales (unidades de oncolog¨ªa, an¨¢lisis, etc¨¦tera), industria (inspecci¨®n de soldaduras, medida de espesores) y en la industria nuclear.
Curiosamente, en contra de la percepci¨®n popular, la radiactividad por unidad de masa (t¨¦cnicamente llamada actividad espec¨ªfica o actividad m¨¢sica) es muy superior para los is¨®topos aplicados en medicina o en la industria convencional que los t¨ªpicos de la industria nuclear. En el cuadro se muestran las actividades espec¨ªficas de distintos is¨®topos. Las actividades en s¨ª mismas no son una medida del riesgo radiol¨®gico, pero s¨ª podemos obtener una idea cualitativa. Por ejemplo: es claro que la radiactividad del iodo 131 (usado en medicina) o el cesio 137 (utilizado en la industria convencional) es muy superior a la de los is¨®topos del uranio o del plutonio, relacionados con la industria nuclear.
Los is¨®topos utilizados en la industria convencional o en la medicina, tales como el iodo 131 o el cesio 137, se fabrican y distribuyen en cantidades muy peque?as. Ser¨ªa muy complicado hacerse con cantidades importantes (unos kilos). Son f¨¢cilmente detectables a distancia con equipos sencillos (detectores Ge?ger) debido a que emiten radiaci¨®n gamma (similar a los rayos X, pero de frecuencia m¨¢s alta) y dejar¨ªan pistas claras a los servicios de inteligencia. Adem¨¢s, su manipulaci¨®n fuera de las instalaciones especialmente preparadas pone en grave riesgo a los potenciales usuarios (aunque en cierto tipo de terrorismo eso no parece ser una restricci¨®n a considerar). Por esto, de fabricarse bombas radiol¨®gicas usando este tipo de is¨®topos, o similares, se har¨ªa con cantidades muy peque?as que claramente buscar¨ªan el efecto propagand¨ªstico. El efecto radiol¨®gico ser¨ªa peque?o al diluirse en grandes vol¨²menes en el medio ambiente. Sin embargo, los aerosoles liberados ser¨ªan medibles a enormes distancias. (Recu¨¦rdese el caso de la dispersi¨®n de cobalto 60 procedente de una planta de tratamiento de chatarra en Huelva que pudo ser detectado en el sur de Francia). Esto es posible debido a la extraordinaria sensibilidad de los equipos utilizados para medir la radiactividad ambiental y no a su riesgo.
El uso de is¨®topos de uranio en bombas radiol¨®gicas tendr¨ªa un efecto considerablemente menor que el de otros tipos de is¨®topos, pues es un elemento bastante poco radiactivo, incluso cuando est¨¢ enriquecido. El inter¨¦s del uranio radica casi exclusivamente en el altamente enriquecido U-235, a lo que ya nos hemos referido anteriormente, por su utilidad en la fabricaci¨®n de bombas. Una organizaci¨®n terrorista con gran poder econ¨®mico podr¨ªa intentar hacerse con unos centenares de kilos que, aunque de un efecto radiol¨®gico escaso, potencialmente podr¨ªa utilizarlo para sembrar el p¨¢nico entre la poblaci¨®n. En varias ocasiones se ha detectado tr¨¢fico ilegal de uranio, pero en todos los casos se ha visto que se trataba de uranio no susceptible de uso militar o eran cantidades muy peque?as (pocos gramos). Incluso se ha publicado (declaraciones de Fadl en el juicio realizado por el primer atentado del World Trade Center) que Bin Laden ha realizado varios intentos por hacerse con uranio, habiendo sido enga?ado. No es de extra?ar que entre organizaciones terroristas y traficantes existan fraudes intencionados y confusi¨®n por desconocimiento de lo que realmente se maneja.
El plutonio es otro de los elementos a tener en cuenta. Este elemento, salvo cantidades absolutamente min¨²sculas, no existe en la naturaleza. Se produce al irradiarse el uranio 238 en reactores civiles o militares, y posteriormente puede recuperarse a trav¨¦s de un proceso, denominado reprocesamiento, que muy pocos pa¨ªses disponen. En el caso de los reactores civiles, muchos pa¨ªses, como Espa?a, han optado por el momento no recuperarlo manteniendo almacenados los elementos irradiados junto a los reactores nucleares donde se producen, sin recuperar el plutonio. Adem¨¢s, la composici¨®n isot¨®pica del plutonio de los reactores civiles no lo hace adecuado para uso militar. Es muy improbable que el plutonio de uso militar haya quedado descontrolado; sin embargo, no puede decirse lo mismo del plutonio de desecho, que se almacena como residuo en viejas f¨¢bricas de la extinta URSS.
Contrabando
En alguna ocasi¨®n se ha detectado el contrabando de peque?as cantidades de este material. Aqu¨ª de nuevo puede especularse sobre el conocimiento cient¨ªfico que de este material tienen los propios traficantes y organizaciones terroristas. Evidentemente se trata de un material susceptible de uso en bombas radiol¨®gicas aprovechando el mito que sobre la peligrosidad de este elemento existe. Se ha difundido, especialmente por grupos antinucleares, que unos gramos de plutonio producir¨ªan miles de muertos.
Esto es incorrecto. Se basa en dar por supuesto que si una determinada cantidad de plutonio se libera en el aire, todo el material dispersado acaba en los pulmones de unas cuantas personas. Es algo as¨ª como considerar que si sobre una ciudad llueve 20 litros por metro cuadrado en una hora, toda el agua acaba en los est¨®magos de los habitantes de dicha ciudad; evidentemente se llegar¨ªa a la conclusi¨®n de que todos morir¨ªan ahogados, pero nadie puede admitir este razonamiento. La realidad es que los distintos is¨®topos de plutonio son peligrosos, pero en un grado menor al que se le atribuye popularmente, comparable al de muchos contaminantes qu¨ªmicos no tenidos por tan peligrosos. Ante un atentado con plutonio, el mayor riesgo estar¨ªa de nuevo en el p¨¢nico que originar¨ªa.
En caso de que los terroristas utilizaran una bomba radiol¨®gica, lo importante es que se determinara con prontitud los is¨®topos involucrados y las concentraciones producidas. Lo normal es que la radiactividad, a pocos metros de la potencial explosi¨®n, no constituya un riesgo adicional importante a?adido al propio destrozo del explosivo convencional. Casi con toda seguridad, permanecer en un sitio cerrado mientras se dispersa la nube producida va a ser una medida suficiente para protegernos. Y si estamos en la calle, el simple empleo de un pa?uelo sobre la nariz y la boca para que act¨²e como filtro ser¨¢ una media protectora suficiente. Compete a las autoridades, ante una situaci¨®n as¨ª, valorar y transmitir con rapidez la informaci¨®n, y a los ciudadanos, no caer en un p¨¢nico infundado que contribuya a que los terroristas consigan sus objetivos.
Guillermo S¨¢nchez es profesor de universidad y especialista en Seguridad Nuclear.
La bomba de fisi¨®n
SON DISPOSITIVOS CONCEPTUALMENTE similares a los utilizados en Hiroshima y Nagasaki. Se basan en la propiedad de algunos is¨®topos de fragmentarse (fisionarse) al incidir sobre ellos un neutr¨®n, emitiendo a su vez varios neutrones que pueden, a su vez, originar nuevas fisiones. Este proceso es conocido como reacci¨®n nuclear en cadena e implica la liberaci¨®n de gran cantidad de energ¨ªa, que en su mayor parte se transforma en calor; al producirse en un tiempo muy breve, tiene un efecto explosivo. En la pr¨¢ctica, de los is¨®topos existentes en la naturaleza s¨®lo el uranio 235 (U-235) tiene esta propiedad. Afortunadamente, la concentraci¨®n (o enriquecimiento) de uranio 235 en el uranio natural es muy baja (0,7%), el resto del uranio natural es casi exclusivamente uranio 238, por lo que con el uranio natural o incluso con un bajo enriquecimiento, como es el uranio utilizado en las centrales nucleares, es f¨ªsicamente imposible construir una bomba at¨®mica. Para una bomba at¨®mica se necesita uranio con un enriquecimiento en U-235 por encima del 90% (con enriquecimientos menores, pero superiores al 20%, pueden hacerse explosivos nucleares, pero poco eficaces). El proceso de enriquecimiento es tecnol¨®gicamente complicado y muy pocos pa¨ªses disponen de instalaciones para realizarlo. Tambi¨¦n existen bombas nucleares de fisi¨®n que utilizan is¨®topos fabricados artificialmente, como el plutonio 239 (Pu 239) o el uranio 233. El plutonio que se produce en las centrales nucleares convencionales no es v¨¢lido para la fabricaci¨®n de plutonio militar, rico en Pu 239, pues est¨¢ contaminado con Pu 238 y Pu 240. Las bombas de fisi¨®n act¨²an como cebador de las mucho m¨¢s destructivas y complejas de construir, bombas de fusi¨®n o de fisi¨®n-fusi¨®n-fisi¨®n. Estos dispositivos s¨®lo es imaginable que est¨¦n en poder de las grandes superpotencias nucleares. Curiosamente, estas bombas no se construyen por su efecto radiactivo, pues, en contra de lo que se suele creer, la proporci¨®n de v¨ªctimas consecuencia de la radiactividad producida en una explosi¨®n nuclear, incluidos efectos a largo plazo, es mucho menor que el originado por el efecto destructor del calor liberado (caso aparte lo forma las llamadas bombas de neutrones). La principal dificultad para construir una bomba de fisi¨®n es con mucho la disponibilidad de uranio altamente enriquecido o plutonio. Tambi¨¦n es problem¨¢tica la obtenci¨®n de detonadores de extraordinaria precisi¨®n que con diferencias menores de milmillon¨¦simas de segundos activen los explosivos cl¨¢sicos que suelen rodear al material fisionable. Estados Unidos, directamente o por medio del tratado de no proliferaci¨®n nuclear (TNP), viene realizando un gran esfuerzo para impedir que nuevos pa¨ªses se a?adan al club at¨®mico. Adem¨¢s, sobre el uranio y el plutonio hay una vigilancia internacional por la ONU, a trav¨¦s del Organismo Internacional de Energ¨ªa At¨®mica, OIEA.
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