La batalla perdida del opio afgano
Los talibanes acabaron con un 91% de la cosecha de opio en un pa¨ªs que fue el primer productor mundial

Entre las batallas que libraban los talibanes en Afganist¨¢n antes de la guerra, como la guerra contra la m¨²sica, el cine o las monumentales figuras de Buda en Bamiy¨¢n, en los campos afganos se luch¨® contra el opio. Pero los fan¨¢ticos religiosos que declararon la guerra al opio ya no dominan el pa¨ªs y, por tanto, ya no controlan su producci¨®n. A principios de mes, en una reuni¨®n del Programa de Control de Drogas de Naciones Unidas (UNDCP) en Viena, los ponentes recomendaban: 'Cualquier autoridad que tome el poder en Afganist¨¢n, ahora o en el futuro, debe tener como uno de sus principales compromisos acatar totalmente los tratados firmados con el UNDCP'.
En apenas una cosecha (de abril a agosto), la del a?o pasado, el Gobierno talib¨¢n que estos d¨ªas huye hacia las monta?as erradic¨® pr¨¢cticamente de sus campos la amapola o adormidera, la planta del opio. Afganist¨¢n era, hasta ese a?o, origen del 79% de la hero¨ªna que mata en las calles de los mismos pa¨ªses a los que Osama Bin Laden ha declarado la guerra. El ¨²ltimo informe del UNDCP refleja una reducci¨®n del 91% en el cultivo, que ha quedado relegado a zonas controladas por la Alianza del Norte.
'Existe un 'stock' important¨ªsimo de opio que garantiza el suministro'
La distribuci¨®n de hero¨ªna a toda Europa pasa por la ruta de los Balcanes
El primer productor de opio del mundo durante toda la d¨¦cada pasada (con un r¨¦cord de 4.581 toneladas en 1999) ha pasado de producir 3.276 toneladas en 2000 a ofrecer apenas 185 toneladas la cosecha recogida el pasado abril.
Castigo a la producci¨®n
A ra¨ªz de un acuerdo con la ONU, en julio de 2000, el mul¨¢ Omar, l¨ªder espiritual de los talibanes, firm¨® un decreto por el que prohib¨ªa el cultivo de opio e impon¨ªa un 'severo castigo' a los agricultores. Poco despu¨¦s, los ulemas declaraban el opio como 'anti-isl¨¢mico' y convirtieron el decreto en fatwa, una condena a muerte en la tierra de los talibanes. M¨¢s de 1.000 personas fueron detenidas y 75.000 hect¨¢reas de cultivo arrasadas.
'En el contexto actual, no se sabe qu¨¦ va a pasar con el opio de Afganist¨¢n', explica Bernard Frehi, responsable de la oficina de la ONU en Pakist¨¢n y director del estudio. 'A EE UU le preocupa especialmente, porque la situaci¨®n puede provocar un aumento de la producci¨®n en Colombia, que es su principal abastecedor [Afganist¨¢n lo es de Europa]. Eso tendr¨ªa un efecto desestabilizador, porque al aumentar el negocio aumentar¨¢ la actividad de las guerrillas'.
Bernard Frehi asegura que a la ONU le preocupa un resurgir del opio en Afganist¨¢n a ra¨ªz de la guerra. 'La raz¨®n es que ahora mismo los talibanes han cambiado sus prioridades y se dedican a la guerra exclusivamente. Ya no est¨¢n en condiciones de controlar qu¨¦ se planta y qu¨¦ no'. 'Aparte', explica, 'la situaci¨®n en el pa¨ªs es de caos, no hay ley ni orden, nadie controla nada y es previsible que los campesinos aprovechen esa situaci¨®n para volver al opio antes que morir de hambre'.
La raz¨®n es que en Afganist¨¢n el opio es uno de los pocos bienes seguros, hasta el punto de que los campesinos ahorran en ¨¦l, en vez de en dinero. Tener opio sirve como cr¨¦dito, y adem¨¢s es imperecedero, por lo que se puede almacenar en grandes cantidades sin prisa. A diferencia de mercados como el del petr¨®leo, el turismo internacional o la aviaci¨®n comercial, que de una forma u otra est¨¢n pendientes de la situaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo, el mercado de la hero¨ªna, primero paralizado por los talibanes y ahora por los bombardeos, demuestra una robustez envidiable. La erradicaci¨®n del opio en el principal pa¨ªs productor mundial no ha intranquilizado lo m¨¢s m¨ªnimo a sus clientes. En Espa?a, el Ministerio del Interior no ha detectado ninguna variaci¨®n en el precio de la hero¨ªna en la calle. Los datos del Plan Nacional sobre Drogas se?alan que el gramo cuesta poco m¨¢s de 10.500 pesetas desde hace dos a?os. En las calles de Amsterdam el gramo est¨¢ estancado en 10.800 pesetas y en Berl¨ªn la misma cantidad (de la que salen unas 10 dosis), se consigue por 8.000 pesetas, igual que en Italia, donde la polic¨ªa s¨ª ha notado una variaci¨®n del precio, pero a la baja.
Frehi explica que si en los ¨²ltimos 10 meses, desde que la ONU empez¨® a anunciar que estaba desapareciendo el opio afgano, el pasado febrero, no ha variado del precio de la hero¨ªna es porque hay m¨¢s en alguna parte. Desde el momento en que Afganist¨¢n empez¨® a reducir la producci¨®n se ha especulado con la existencia de dep¨®sitos, dentro del pa¨ªs, que garantizar¨ªan el suministro durante al menos tres a?os. Todo apuntaba a que los talibanes habr¨ªan permitido acumular grandes reservas antes de hacer efectiva la prohibici¨®n, puesto que el opio es casi la principal fuente de riqueza de Afganist¨¢n.Este ciudadano franc¨¦s, que dirigi¨® el trabajo de campo de la ONU y es uno de los mayores expertos mundiales sobre las redes de la hero¨ªna, concluye: 'Si en Afganist¨¢n el precio en origen se ha multiplicado por 10 y el precio al otro lado de la cadena [en las calles de Europa] no ha variado un ¨¢pice, es sin duda porque existe un stock importante que garantiza el suministro por mucho tiempo'. Sin embargo, Frehi afirma que no han encontrado esos almacenes durante el estudio de este a?o. Adem¨¢s, la guerra habr¨ªa bloqueado la salida de ese opio.
En su opini¨®n, ese opio est¨¢ en 'pa¨ªses de tr¨¢nsito', que se niega a detallar. Pero la ruta tradicional es bien conocida por todos los servicios de espionaje: el viaje del opio afgano pasa por la frontera con Ir¨¢n, la principal puerta de salida. De ah¨ª llegaba a Turqu¨ªa, donde est¨¢n los laboratorios que lo convierten en hero¨ªna. Por ¨²ltimo, el centro de distribuci¨®n a toda Europa es la ruta de los Balcanes.
Los nuevos jefes del negocio
Expertos del Plan Nacional sobre Drogas espa?ol fueron invitados en mayo pasado a comprobar c¨®mo Ir¨¢n ha cerrado a cal y canto su frontera al tr¨¢fico de opio. 'Han construido incluso muros y zanjas para impedir el paso a los land-rover de los traficantes', detallan las fuentes. La situaci¨®n en Afganist¨¢n y la intenci¨®n de Ir¨¢n de mejorar su imagen ante Occidente han hecho que con unos medios 'que no van m¨¢s all¨¢ de un vigilante con prism¨¢ticos en lo alto de una colina', la frontera est¨¦ sellada. Esto ha diversificado la distribuci¨®n hacia otras dos rutas. Una por el norte, donde se concentra la producci¨®n actual de opio y la oposici¨®n afgana no pone ning¨²n problema al comercio. Pa¨ªses del Asia central, como Tayikist¨¢n, y en general todos los de la antigua URSS con fronteras en Asia central. ?sos est¨¢n sacando el opio hacia Rusia, donde las bandas de delincuencia organizada controlan su paso hasta Europa. A partir de ah¨ª, la ruta puede ser por cualquier pa¨ªs fronterizo. La segunda ruta alternativa es a trav¨¦s de Pakist¨¢n hasta el ?ndico, donde el opio se embarca hacia Europa. No est¨¢ tan asentada como la ruta norte, pero tiene en su favor que puede desembarcar directamente desde Pakist¨¢n en cualquier pa¨ªs, sin intermediarios. En cuanto a la producci¨®n, sigue fuerte en Myanmar (Birmania), que es el nuevo primer productor mundial de opio, el propio Pakist¨¢n y pa¨ªses como Laos y Tailandia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
