Europa llega tarde
Europa llega tarde a Afganist¨¢n, cuando el r¨¦gimen talib¨¢n se est¨¢ desmoronando. S¨®lo Blair despert¨® pronto, seguido de Chirac y de un Schr?der que ha salido debilitado del aprobado raspado de su coalici¨®n con los verdes al env¨ªo de tropas alemanas a la zona. La guerra es para Estados Unidos y su aliado anglosaj¨®n; y, en esta divisi¨®n del trabajo, la consolidaci¨®n de la paz -tarea, sin embargo, que no va a ser f¨¢cil-, para los europeos y otros. Aunque quiz¨¢s puedan encontrarse con sorpresas, pues no est¨¢ claro si estamos asistiendo a un derrumbe total o a un repliegue estrat¨¦gico hacia la guerrilla y el terrorismo, de los pocos, con capacidad de hacer da?o dentro y fuera de Afganist¨¢n, que siguen apoyando a Osama Bin Laden y al mul¨¢ Omar.
Ni siquiera se puede hablar de 'Europa' o de la Uni¨®n Europea, sino de algunos europeos. Tras el 11 de septiembre han regresado las capitales, aunque es de esperar que esta vez, a diferencia de lo que ocurriera en los Balcanes diez a?os atr¨¢s, los Estados europeos no compitan entre s¨ª, como indic¨® el presidente de Baviera, Edmund Stoiber, en el VII Foro Europeo organizado en Berl¨ªn por la Fundaci¨®n Herbert Quandt y el Financial Times.
El 11-S le ha llegado a Europa demasiado pronto. Pero, de crisis en crisis, va avanzando. La guerra de Kosovo aceler¨® el desarrollo de la Pol¨ªtica de Seguridad y de Defensa Com¨²n, y el 11-S el de la creaci¨®n de un espacio de justicia y libertad en la UE. En las cenas convocadas por Blair en su residencia de Downing Street -a las que alguno se ha invitado y otros han preferido que no les inviten- ha quedado de relieve el eje Londres-Par¨ªs-Berl¨ªn.
La OTAN, que a bombo y platillo activ¨® por vez primera en su historia el art¨ªculo 5 considerando el ataque del 11-S contra Estados Unidos como un ataque contra todos, se ha quedado en un segundo plano en el momento de la lucha; e intervendr¨¢ en labores humanitarias, con la presencia de fuerzas de Turqu¨ªa, justamente por tratarse de una sociedad musulmana, aunque ver a los otomanos en esas tierras pueda provocar recelos entre algunos vecinos.
Estados Unidos elige a sus aliados. Y entre ¨¦stos est¨¢ ahora Putin. Blair ha entrado al quite para proponer si no -?a¨²n?- el ingreso de Rusia en la OTAN, s¨ª una colaboraci¨®n mucho m¨¢s estrecha. El presidente ruso ha dado pruebas de cintura pol¨ªtica, aunque a los rusos, especialmente los militares, les produzca rechazo ver a tropas de Estados Unidos en esa parte del mundo.
Rusia est¨¢ colaborando en materia de espionaje. Ha proporcionado armas a la Alianza del Norte. Tambi¨¦n ha acordado Putin con Bush un importante desarme nuclear sin por ello renunciar a su oposici¨®n al escudo antimisiles. Y se ha resistido a los cantos de sirena de la OPEP para reducir su producci¨®n de crudo. El 26 de septiembre ya ofrec¨ªa petr¨®leo ruso en caso de cortes en los suministros de Oriente Pr¨®ximo, un lenguaje que entienden muy bien Bush y sus colaboradores, muchos de los cuales vienen de ese mundo de la energ¨ªa (el propio presidente, Cheney, Rice o Evans, entre otros).
Pero Rusia no puede ser una fuente alternativa. Seg¨²n la Administraci¨®n de Informaci¨®n de Energ¨ªa de Estados Unidos, Rusia produce un 10,7% del consumo mundial de energ¨ªa (Estados Unidos, un 19%, y Oriente Pr¨®ximo, un 53%), y tiene el 5,3% de las reservas mundiales de petr¨®leo conocidas (Arabia Saud¨ª, m¨¢s de un 26%). Por eso, Estados Unidos tendr¨¢ que abordar problemas que son m¨¢s importantes que Afganist¨¢n: Oriente Pr¨®ximo con la 'cuesti¨®n palestina', el futuro de Arabia Saud¨ª e Irak y el papel de Ir¨¢n. Afganist¨¢n es, pese a todo, un objetivo secundario. El primario sigue siendo atrapar a Bin Laden. Despu¨¦s viene todo lo dem¨¢s. Si Europa consigue ponerse de acuerdo sobre una pol¨ªtica com¨²n, como lo est¨¢ intentado con el viaje de la troika a Oriente Pr¨®ximo, tendr¨¢ un papel que desempe?ar en ese importante despu¨¦s. No vaya a ser que vuelva a llegar tarde.
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