El rapto de Am¨¦rica

Parece como si determinadas categor¨ªas de pensamiento hayan sido abusivamente apropiadas por el presidente Bush. Actuando con aut¨¦ntico rigor fundamentalista, atribuye la justicia, lo infinito, el bien y el mal, lo bueno y lo malo, lo propio y lo ajeno, con el aplomo de un aut¨¦ntico propietario. Qu¨¦ peligroso resulta que quien as¨ª act¨²a no s¨®lo sea el hombre que m¨¢s poder acumula a escala planetaria, sino que igualmente use y abuse de los principios m¨¢s elementales y esenciales en cualquier tipo de pensamiento. Pero me voy a centrar en un solo aspecto que me parece sintom¨¢tico de su etnocentrismo. Me refiero concretamente a c¨®mo utiliza los t¨¦rminos Am¨¦rica y americano. Me da la impresi¨®n de que cuando los emplea no se refiere m¨¢s que a su exclusiva y a su ya muy grande parcela de los 50 Estados de la Uni¨®n, y que no se refiere o incluye, pongamos por caso, a los bolivianos o al Brasil. No deben de ser para ¨¦l parte de Am¨¦rica, ni de los americanos, o son, piensa, s¨®lo componentes de una marginal excepci¨®n.

Es preocupante que esa consideraci¨®n del yo y el otro, sobre todo por su origen y circunstancias en las que se manifiesta, y m¨¢s porque en las declaraciones ¨²ltimas se aprecia una voluntad de hacer valer sus recursos de poder. Pero lo m¨¢s inquietante es ver c¨®mo ese reducionismo geogr¨¢fico, social, cultural y pol¨ªtico, a una parte de Am¨¦rica del Norte tambi¨¦n es utilizado por personas y personajes en otros lugares, incluso de Espa?a.-