El jefe militar de EE UU negocia con la Alianza en suelo afgano la presencia de tropas

El general Tommy Franks, m¨¢ximo jefe militar de la Operaci¨®n Libertad Duradera, se entrevist¨® el pasado martes con los dirigentes de la Alianza del Norte en la base a¨¦rea de Bagram, al norte de Kabul. La reuni¨®n, que se mantuvo en secreto hasta ayer, sirvi¨® para coordinar las operaciones b¨¦licas pendientes en el norte de Afganist¨¢n, muy especialmente el asedio de Kunduz, y para articular mecanismos de distribuci¨®n de ayuda humanitaria. Franks se declar¨® 'satisfecho' con la marcha de la campa?a 'dentro de Afganist¨¢n', pero subray¨® que quedaba 'mucho por hacer'.

Mientras el Pent¨¢gono se concentraba en el sur del pa¨ªs, donde esperaba topar con m¨¢s dificultades que en el norte, las miradas en Washington se dirig¨ªan ya a otros puntos del planeta. 'Afganist¨¢n es s¨®lo el principio', dijeron ayer tanto el presidente, George W. Bush, como el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.

El general Franks no hab¨ªa pisado Afganist¨¢n desde que comenz¨® la guerra. Su cuartel general est¨¢ en Florida, y desde all¨ª, al otro lado del mundo, dirige las operaciones. Su primera incursi¨®n personal en territorio afgano demostr¨® que los estrategas estadounidenses daban por pr¨¢cticamente controlada la situaci¨®n en el norte. 'Queda Kunduz, y esperamos disponer pronto del aeropuerto de Bagram para que los AC-130 [aviones artillados] puedan intervenir decisivamente en la batalla contra las fuerzas talibanes y de Al Qaeda en esa ciudad', coment¨® el subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz. Estados Unidos reconoce que la distribuci¨®n de ayuda humanitaria es urgente, pero piensa que ¨¦sa es una tarea que puede delegarse en las tropas brit¨¢nicas, francesas, jordanas y de otros pa¨ªses.

El Pent¨¢gono fija su atenci¨®n inmediata en el sur, donde, sin la ayuda de una fuerza como la proporcionada por la Alianza del Norte, deber¨¢ desplegar un mayor n¨²mero de tropas de tierra y asumir m¨¢s riesgos. 'Esa fase tomar¨¢ tiempo', coment¨® Rumsfeld. Unos 1.600 marines, a bordo de buques, est¨¢n preparados para entrar inmediatamente en Afganist¨¢n. En el sur queda la gran bolsa de resistencia de Kandahar, donde se ha hecho fuerte lo que queda del r¨¦gimen y el Ej¨¦rcito talib¨¢n. Y en el sur est¨¢ tambi¨¦n, supuestamente, el escondite de Osama Bin Laden.

Para evitar que el l¨ªder de Al Qaeda intente una fuga por mar, buques militares estadounidenses han creado un cord¨®n frente a las costas de Pakist¨¢n y registran a los mercantes que navegan por la zona. El secretario de Defensa se declar¨® 'absolutamente seguro' de que Bin Laden ser¨ªa atrapado, y, en declaraciones a un programa de televisi¨®n, coment¨® que personalmente preferir¨ªa que fuera capturado muerto. 'No creo que sea pol¨ªticamente correcto, pero s¨ª, despu¨¦s de lo que ha hecho, lo preferir¨ªa', dijo.

Bush y Rumsfeld, sin embargo, ya no hablan mucho de Afganist¨¢n y de Bin Laden. El presidente pronunci¨® ayer un discurso en una base militar en el que afirm¨® que Afganist¨¢n era 's¨®lo el principio' y sugiri¨® que los soldados de Estados Unidos deber¨ªan librar 'otras batallas' en 'otros lugares' durante 'los pr¨®ximos a?os'. '?ste es un conflicto que puede durar 10 a?os', dijo Rumsfeld, refiri¨¦ndose al aspecto militar de la campa?a antiterrorista.