El avance de la Alianza se estanca en el sur
Las victorias de jefes pastunes independientes complican el mapa militar y pol¨ªtico de Afganist¨¢n
El avance de la Alianza del Norte est¨¢ perdiendo fuelle a medida que sus tropas llegan hacia territorio past¨²n, en el sur de Afganist¨¢n. Por el momento ocupan todo el norte del pa¨ªs, salvo Kunduz, donde han hallado una dur¨ªsima bolsa de resistencia talib¨¢n. Mientras, en Kandahar, la capital espiritual de los talibanes, los combates segu¨ªan ayer. Jalalabad, una ciudad clave que permite el paso hacia la frontera con Pakist¨¢n, fue abandonada el mi¨¦rcoles por las milicias radicales. Pero no est¨¢ claro que las ciudades del sur que han abandonado los talibanes est¨¦n en poder de la Alianza. En muchos casos han sido tomadas por l¨ªderes guerrilleros pastunes, con los que la Alianza tendr¨¢ que llegar a acuerdos.
Aunque el presidente Burhanuddin Rabbani ya ha pasado por Kabul, la Alianza del Norte todav¨ªa no se atreve a establecer su capital all¨ª. El Ministerio de Exteriores se ha trasladado a Taloq¨¢n, pese a que el ministro Abdul¨¢ Abdul¨¢ no ha puesto los pies en esta ciudad y s¨ª ha estado en la capital afgana. La impresi¨®n general es que la oposici¨®n domina ya las ciudades del norte, pero que los combatientes talibanes no pueden haberse evaporado completamente, sobre todo los extranjeros. Muchos caminos del norte y del sur del pa¨ªs todav¨ªa no son seguros y, a pesar de la r¨¢pida ofensiva, el terreno conquistado est¨¢ muy lejos de estar bajo control. Periodistas presentes en Mazar-i-Sharif, la primera ciudad importante que cay¨® en manos de la Alianza, hace una semana, aseguran que de noche se escuchaban combates en bastantes barrios.
Tras todos los ¨¦xitos de la semana pasada, la Alianza se encuentra ahora en un momento crucial, tanto en el terreno pol¨ªtico como en el militar. Primero tiene que asentar el terreno conquistado, ya que se enfrenta al peligro evidente de que los talibanes m¨¢s irreductibles comiencen una guerra de guerrillas. Segundo, la Alianza tiene que empezar a construir un pa¨ªs, vigilada de cerca por la comunidad internacional y con caudillos tribales pastunes, ajenos a la Alianza, que han realizado sus propias conquistas. Si el acuerdo pol¨ªtico no llega pronto y es realmente estable, el peligro de guerra civil ser¨¢ cada vez mayor seg¨²n pasen los meses.
Naciones Unidas logr¨® conducir ayer su primer convoy de ayuda humanitaria desde Uzbekist¨¢n hacia el norte de Afganist¨¢n, cerca de Mazar-i-Sharif. Pero la prueba de que las cosas no est¨¢n muy claras en la zona es que alberga dudas sobre la seguridad que deber¨ªa acompa?ar la distribuci¨®n de 200 toneladas de trigo, dirigidas a unas 2.000 familias desplazadas.
10.000 hazaras, a Kabul
Desde el norte, una columna con unos 10.000 combatientes hazaras, musulmanes de origen shi¨ª, odiados a muerte por los talibanes, se dirig¨ªa ayer hacia Kabul, lo que provoc¨® inquietud, ya que han sufrido numerosas matanzas en los ¨²ltimos a?os por parte de las milicias radicales y no es nada extra?o que quieran vengarse.
En Kandahar, trabajadores humanitarios contactados por tel¨¦fono han relatado que la situaci¨®n en la ciudad no estaba nada clara y que los combates prosegu¨ªan. Varios l¨ªderes pastunes se han rebelado contra los talibanes en la zona. Pero no parece que sea sencillo desalojar a los talibanes de su capital espiritual sin luchar. Hamid Karzai, jefe de una importante tribu past¨²n y antiguo viceministro de Exteriores en un Gobierno de Rabbani, manifest¨® ayer a la agencia France Presse que grupos tribales hostiles a los talibanes hab¨ªan conquistado el aeropuerto de Kandahar y que el caos reinaba en la ciudad. En Jalalabad, en cambio, seg¨²n un grupo de periodistas que entr¨® anoche, la situaci¨®n permanec¨ªa tranquila, al igual que en la capital, Kabul, donde, tras la salida de los fan¨¢ticos, la situaci¨®n volv¨ªa a la normalidad.
El comandante Mutalibed, uno de los hombres fuertes de la Alianza, declar¨® ayer en Taloq¨¢n que sus fuerzas 'seguir¨¢n avanzando hacia territorio past¨²n' y, como otros oficiales de la oposici¨®n, insisti¨® en la necesidad de llegar un acuerdo pol¨ªtico con todos los grupos que forman el fr¨¢gil equilibrio ¨¦tnico de Afganist¨¢n. 'Nosotros no tenemos ning¨²n problema con ninguna etnia de este pa¨ªs, s¨®lo con los terroristas extranjeros que han venido a combatir aqu¨ª', asegur¨® el comandante.
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