La necesidad de una nueva pol¨ªtica de familia
El primer ministro sueco dijo en una ocasi¨®n que 'la calidad de una naci¨®n puede ser medida por la forma en que trata a su infancia'. De ser as¨ª, la calidad de la sociedad espa?ola se nos revela como bastante pobre, y podr¨ªa incluso empeorar. Alrededor del 15% de los ni?os espa?oles viven en situaci¨®n de pobreza y sus capacidades educativas son casi las m¨¢s bajas de la UE. Las familias j¨®venes parecen confrontadas a dilemas imposibles. La inexistencia de sistemas de guarder¨ªas accesibles significa que las madres no pueden trabajar. Y puesto que la maternidad es incompatible con una actividad profesional, las mujeres espa?olas no pueden tener el n¨²mero de hijos que desear¨ªan. Se mire como se mire, Espa?a se presenta como una sociedad poco preocupada por el bienestar de sus familias.
La pol¨ªtica de familia espa?ola es anticuada, basada en esquemas ideol¨®gicos que ya no se corresponden con la realidad. Los Gobiernos, en las pasadas d¨¦cadas, han ignorado completamente el hecho que el papel de la mujer est¨¢ cambiando y que la familia debe hacer frente a dificultades cada vez mayores. Tal vez deberemos pagar un precio muy alto por ello, a menos que desarrollemos muy pronto una nueva pol¨ªtica de familia.
La familia convencional, basada en el hombre perceptor de renta y la mujer ama de casa, se encuentra en un proceso de r¨¢pido declive, y los que antes se consideraban hogares at¨ªpicos est¨¢n convirti¨¦ndose en la norma: personas solteras, familias monoparentales y parejas con dos empleos (con o sin hijos). La inestabilidad conyugal seguir¨¢ creciendo. Todo ello provoca una creciente polarizaci¨®n entre familias fuertes y d¨¦biles. En un 10% de familias, ninguno de los padres tiene un empleo. El 30% de hogares con madre sola viven en situaci¨®n de pobreza. Lo que es m¨¢s revelador a¨²n es que las familias j¨®venes est¨¢n empeorando su situaci¨®n econ¨®mica. Adem¨¢s, la familia convencional es crecientemente vulnerable a causa de que los padres no pueden seguir contando con un empleo seguro y bien retribuido. El empleo de la madre est¨¢ convirti¨¦ndose en una precondici¨®n para prevenir la pobreza.
?C¨®mo deber¨ªan responder los poderes p¨²blicos? Una pol¨ªtica inteligente de familia no implica simplemente asegurar el bienestar de los ni?os de hoy. Puesto que las condiciones de la infancia afectan a las oportunidades de vida y de productividad futuras, esta pol¨ªtica debe constituir una inversi¨®n en los recursos competitivos de Espa?a. Si queremos asegurar las pensiones del futuro, necesitamos estar seguros de que los j¨®venes se convertir¨¢n en trabajadores productivos el d¨ªa de ma?ana. Esta pol¨ªtica debe empezar por tres principios b¨¢sicos: prevenir la pobreza infantil, promover el empleo de las madres y hacer compatibles el trabajo profesional y la formaci¨®n de la familia. Examinemos cada uno de ellos.
Invertir en la infancia. La econom¨ªa del conocimiento requiere ciudadanos crecientemente capacitados. Los menos preparados quedar¨¢n atrapados, muy probablemente, en un ciclo vital de empleos precarios, bajos salarios y desempleo. La experiencia nos dice que aquellos que abandonan los estudios antes del nivel secundario es muy probable que se conviertan en los perdedores de ma?ana. ?Qu¨¦ tiene ello que ver con la familia? Seg¨²n estudios cient¨ªficos, todo empieza en la m¨¢s temprana infancia. Sabemos que la pobreza y la inseguridad en la infancia causan un inferior desarrollo en los conocimientos y un mayor fracaso escolar. Una infancia entre pobreza resulta en dos a?os menos de educaci¨®n. A¨²n peor: cuando sea adulta, esta persona reproducir¨¢ de nuevo riesgos de pobreza para su hijo o su hija. Nuestro futuro se ver¨¢ oscurecido si no aseguramos hoy mejores condiciones para las familias, porque es aqu¨ª donde encontramos las ra¨ªces del alt¨ªsimo nivel de abandono escolar. Con un 30% de ni?os que no llegan a la escuela secundaria, Espa?a est¨¢ a la cola de Europa.
Las soluciones son claras. De forma prioritaria hay que erradicar la pobreza infantil. La pol¨ªtica actual es equ¨ªvoca, porque se basa en deducciones fiscales que no ayudan a los que m¨¢s lo necesitan. Deber¨ªa consistir, como en el resto de Europa, en transferencias familiares universales y directas. En la Europa del norte, estas transferencias est¨¢n cerca de los 150 euros (24.900 pesetas) por hijo y mes. Esta sola medida reduce la pobreza, pero el punto fundamental es su reconocimiento de que el coste de los ni?os debe ser compartido por toda la colectividad, porque invertir en ni?os crea beneficios para todos. En Catalu?a, el PSC est¨¢ haciendo un primer paso proponiendo una ayuda universal de 50 euros (8.300 pesetas). Pero no hay que olvidar que el remedio m¨¢s efectivo contra la pobreza infantil es el empleo de las madres, combinado con un entorno educativo mucho m¨¢s igualitario. Es fundamental que los ni?os de familias pobres tengan acceso a escolarizaci¨®n y buenas guarder¨ªas. Un modo de reducir el abandono escolar ser¨ªa otorgar subsidios a las familias para cada a?o adicional que sus hijos continuaran estudiando.
Invertir en empleo femenino. La pobreza en las familias espa?olas es alta porque el nivel de empleo de las madres es bajo. Hoy, las mujeres j¨®venes desean tener una profesi¨®n, pero este anhelo se enfrenta a un entorno adverso. El desempleo femenino es extraordinariamente elevado, y las desigualdades salariales entre mujeres y hombres son inusualmente amplias. Pero quiz¨¢s el problema m¨¢s serio es que las madres trabajadoras est¨¢n siendo gravadas con tipos impositivos incre¨ªblemente altos: el coste de la guarder¨ªa es como un impuesto sobre el salario de la madre. Para una mujer media, la guarder¨ªa de dos hijos puede absorber m¨¢s de la mitad de sus ingresos. A¨²n peor: este impuesto recae de forma m¨¢s pesada sobre las mujeres con bajos ingresos, que son precisamente las que m¨¢s imperiosamente necesitan trabajar. Si el Gobierno est¨¢ realmente preocupado por el bienestar de las familias, debe impulsar inmediatamente un programa masivo de subsidios para guarder¨ªas. Una posibilidad, como ha propuesto Pasqual Maragall en Catalu?a, ser¨ªa introducir un modelo de dos tercios: dos tercios del coste total en guarder¨ªas deber¨ªan ser financiados por el sector p¨²blico, y un tercio, por los padres. Debe ser gratis para madres solas y familias pobres.
Armonizar empleo e hijos. Las mujeres espa?olas parecen estar en una prolongada huelga de fertilidad. A 1,2 hijos por mujer, tenemos el nivel m¨¢s reducido en Europa. Eso no es porque hayamos perdido el inter¨¦s por tener hijos. Cuando se les pregunta, los espa?oles dicen que ellos desean, en promedio, 2,4 hijos. Podemos interpretar esta distancia entre deseo y realidad como un d¨¦ficit de bienestar: una se?al alarmante de que el entorno al que se enfrentan los j¨®venes es hostil. El caso de Dinamarca, por ejemplo, nos indica que un promedio de dos hijos por mujer es compatible con el pleno empleo femenino. ?Por qu¨¦ no en Espa?a? En primer lugar, los j¨®venes tienen grandes problemas para formar hogares propios debido a los fuertes costes de la vivienda y a la precariedad en el empleo. En segundo lugar, para una pareja que desea carreras profesionales, tener hijos es percibido como un obst¨¢culo. Los j¨®venes sufren seriamente de lo que el dem¨®grafo italiano Massimo Livi Bacci ha denominado el s¨ªndrome del aplazamiento. La edad media del primer nacimiento es ahora de 30 a?os para las mujeres, y un creciente n¨²mero de ellas permanece sin tener hijos. Sin una red adecuada de guarder¨ªas, Espa?a permanecer¨¢ atrapada en un perpetuo equilibrio de baja fertilidad.
El gran desaf¨ªo de los pol¨ªticos es modernizar el concepto de pol¨ªtica familiar. La pasividad que actualmente la caracteriza tiene que ser considerada impl¨ªcitamente como una forma de pol¨ªtica antifamiliar. Continuar as¨ª significa que los j¨®venes no estar¨¢n en condiciones de formar familias, que las parejas no tendr¨¢n hijos, que demasiados ni?os se desarrollar¨¢n en condiciones por debajo de lo ¨®ptimo. Dudo de que este escenario sea aceptable para los ciudadanos y sus representantes electos.
La mayor¨ªa de los pol¨ªticos estar¨¢n probablemente de acuerdo en que necesitamos una nueva pol¨ªtica, pero responder¨¢n inevitablemente que costar¨ªa demasiado y no nos la podr¨ªamos permitir. Pero tenemos que ser conscientes de que una pol¨ªtica moderna de familia es una inversi¨®n en nuestro futuro, y que, como sucede con otras inversiones, tiene un s¨®lido rendimiento econ¨®mico. Si fracasamos en invertir en la capacidad de nuestros j¨®venes y en la posibilidad de que las mujeres puedan combinar maternidad y actividad profesional, Espa?a nunca ser¨¢ competitiva ni una sociedad atractiva donde vivir.
Gosta Esping-Andersen es catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universitat Pompeu Fabra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.