El arzobispo Mart¨ªnez Sistach rechaza la denominaci¨®n de regi¨®n eclesi¨¢stica catalana
El titular de Tarragona recuerda que hay comarcas de Castell¨®n que dependen de Tortosa
Los obispos espa?oles aprobaron ayer, en asamblea plenaria y con tres a?os de retraso, el estatuto de regionalidad de la Iglesia catalana con el nombre de Regi¨®n Eclesi¨¢stica Tarraconense. Los estatutos de esta nueva figura jur¨ªdica fueron aprobados por la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) por amplia mayor¨ªa despu¨¦s de haber estado aparcados durante meses por no contar con los apoyos necesarios entre los prelados.
La decisi¨®n debe ser ratificada por el Vaticano, que tiene la ¨²ltima palabra. El arzobispado de Barcelona deber¨¢ solicitar permiso a Roma. Las regiones eclesi¨¢sticas deben est¨¢r formadas por varias provincias y la Tarraconense s¨®lo integra a una, la archidi¨®cesis de Tarragona y sus di¨®cesis de Girona, Lleida, Solsona, Tortosa, Urgell y Vic. Barcelona depende directamente de la Santa Sede.
La nueva regi¨®n eclesi¨¢stica es un reconocimiento jur¨ªdico intermedio entre la situaci¨®n actual y la Conferencia Episcopal Catalana que reclamaban los sectores nacionalistas de la Iglesia en Catalu?a, que quieren la autonom¨ªa total de los obispos catalanes respecto a los del resto del Estado. Estas aspiraciones se plasmaron en el Concilio Tarraconense de mayo de 1995, conocido como el concilio catal¨¢n, que se reun¨ªa por primera vez en 235 a?os. En el solemne acto de clausura, celebrado en la catedral de Tarragona, repicaron las campanas de toda Catalu?a poniendo fin a un encendido debate en el que, finalmente, los prelados de las ocho di¨®cesis lograron sacar adelante, con 108 votos a favor, 15 en contra y 15 en blanco, la propuesta de dotar a la Iglesia catalana de una estructura jur¨ªdica propia.
El cardenal arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles Gordo, valenciano de nacimiento y actual vicepresidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, nunca comparti¨® las aspiraciones del sector nacionalista del clero catal¨¢n de disponer de una conferencia episcopal propia. El arzobispo y primado de Tarragona, Llu¨ªs Mart¨ªnez Sistach, por su parte, tem¨ªa que la incorporaci¨®n de la di¨®cesis barcelonesa, la segunda m¨¢s grande de Europa, acabara relegando su sede, la de m¨¢s abolengo de Espa?a junto con Toledo.
Carles y Mart¨ªnez Sistach comparecieron ayer ante los medios de comunicaci¨®n. Ambos coincidieron en que la nueva regi¨®n no puede denominarse catalana porque, adem¨¢s de las archidi¨®cesis y di¨®cesis de Catalu?a, la integran tambi¨¦n Andorra y algunas comarcas de Castell¨®n que dependen de la di¨®cesis de Tortosa. Ambos arzobispos, sin embargo, declinaron pronunciarse sobre la situaci¨®n de los l¨ªmites diocesanos, pues en Espa?a el territorio de 33 o 34 di¨®cesis no coincide con los l¨ªmites de las provincias. Tambi¨¦n quisieron subrayar que todos los prelados de la nueva regi¨®n seguir¨¢n asistiendo a las reuniones de la Conferencia Episcopal Espa?ola.
Cuando sea aprobada por la Santa Sede, una vez que el Vaticano haya otorgado el permiso o la exenci¨®n a la di¨®cesis de Barcelona, la Regi¨®n Eclesi¨¢stica Tarraconense contar¨¢ con un presidente y un vicepresidente, cargos que recaer¨¢n alternativamente en el titular de Tarragona y el de Barcelona, aunque no se especific¨® la duraci¨®n del mandato. El primer presidente ser¨¢ Mart¨ªnez Sistach. La regi¨®n dispondr¨¢ asimismo de una asamblea regional y se encargar¨¢ de todo lo que se refiere a los aspectos pastorales e incluso podr¨¢ llegar a acuerdos con las autoridades de la regi¨®n, en este caso, la Generalitat de Catalu?a, que necesitar¨¢ el reconocimiento de la Santa Sede.
Seg¨²n Mart¨ªnez Sistach, la creaci¨®n de la Regi¨®n Eclesi¨¢stica Tarraconense no significa m¨¢s que dar car¨¢cter jur¨ªdico a lo que ya existe y viene funcionando en Catalu?a con la asamblea episcopal tarraconense. La finalidad fundamental de esta regi¨®n eclesi¨¢stica, explic¨®, 'es la pastoral, la de llegar a acuerdos en las di¨®cesis que la integran para la acci¨®n social, formaci¨®n del clero y catequesis'.
La Tarraconense es la primera regi¨®n eclesi¨¢stica que se crea en Espa?a -ya existen en Francia e Italia- y es probable que sigan sus pasos los prelados andaluces e incluso los vascos. La regi¨®n andaluza saldr¨ªa de la l¨®gica uni¨®n de las provincias eclesi¨¢sticas de Granada y de Sevilla, y las di¨®cesis vascas, si finalmente intentan una operaci¨®n regionalizadora, deber¨¢n prescindir de sus actuales ubicaciones. Los obispados de Bilbao y Vitoria pertenecen a la provincia eclesi¨¢stica de Burgos, y el de San Sebasti¨¢n a la provincia eclesi¨¢stica de Pamplona, con sede en el arzobispado de Pamplona y Tudela. Tambi¨¦n se ha apuntado una posible regi¨®n del Duero.
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