Brillante disecci¨®n moral

Basada en la primera novela del gran Jos¨¦ Donoso, disecci¨®n moral y social de la clase alta chilena de entonces, Coronaci¨®n, primera pel¨ªcula que se estrena entre nosotros del m¨¢s laureado de los directores chilenos, Silvio Caiozzi, aborda la dif¨ªcil tarea de trazar un paralelismo entre el mundo propuesto por el escritor en su novela y la realidad actual del Chile pospinochetista. O sea, que para Caiozzi, y es ¨¦sta la principal ense?anza que deja el filme, poco o nada ha cambiado en ciertos ambientes de las clases dominantes, que miran con un ojo desp¨®tico sus intereses materiales, casa, hacienda y criados, mientras que con el otro se asoman a realidades admiradas desde lejos -Europa, EE UU- con la babeante ansiedad del colonizado mental.

El eje del conflicto que el filme propone es el deseo, por supuesto culpable, que siente don Julio (Jung, espl¨¦ndido en un papel dificil¨ªsimo) por la joven criada Estela (Secall), bajo la mirada, entre c¨®mplice y alarmada, del resto de los que viven en la casa de la augusta, alzeh¨ªmica abuela (C¨¢nepa), a la que su enfermedad la deja indemne frente a sus propios prejuicios. Tiene la pel¨ªcula un ritmo sostenido, estancado cuando fija su punto de vista en el viciado ambiente de la casa patricia en la que, mayormente, transcurre; pero el ritmo vivo, acelerado, de la vida exterior, es una apuesta est¨¦tica que Caiozzi realiza desde el profundo conocimiento de su oficio.

Y a la postre, lo que emerge es un retrato vitri¨®lico, no primariamente denunciatorio -don Julio, a la postre, es tan v¨ªctima como su objeto de deseo-, pero s¨ª sordamente airado de una clase social en retroceso, de un mundo estancado y s¨®rdido, lleno de convenciones, pulsiones de posesi¨®n y dominante soberbia. Es una pel¨ªcula que requiere del espectador una actitud atenta; y es tambi¨¦n la m¨¢s brillante disecci¨®n de la burgues¨ªa realizada por el cine latinoamericano en mucho tiempo.