Un club de Alcoy

Ha dedicado, recientemente, el Club de Amigos de la Unesco de Alcoy, una velada a los poetas alcoyanos. Se leyeron, en esta velada, poemas del inolvidable Gil Albert, de Joan Valls, de Manel Rodr¨ªguez, de Ovidi Montllor, que declamaron actores y j¨®venes poetas de la ciudad. No nos han contado los peri¨®dicos que publicaron esta noticia si la sesi¨®n estuvo muy concurrida. Supondremos que no. Estos recitales de poes¨ªa son hoy sucesos ins¨®litos: no atrae la poes¨ªa al gran p¨²blico, que prefiere el entretenimiento de la novela.

La lectura de esta noticia no me llev¨® a pensar, sin embargo, en los avatares de la poes¨ªa, sino en el car¨¢cter tan diferente que manifiestan dos ciudades como Alcoy y Alicante. Me condujo a ello el hecho de que la reuni¨®n se celebrara en los locales del Club de Amigos de la Unesco, del que yo guardo alg¨²n recuerdo lejano. Naci¨® este Club de Alcoy a imagen del existente en Alicante y que fundaran, all¨¢ por los sesenta, Cerd¨¢n Tato, D¨ªaz, Josevicente Mateo, Contreras, Moreno y algunos otros, al cobijo de don Oscar Espl¨¢, que se prest¨® a figurar en los papeles para avalar, con su prestigio, la seriedad del club ante las autoridades.

En los tiempos dif¨ªciles de la dictadura, estos clubes fueron de los escasos lugares donde uno pod¨ªa charlar libremente sin verse comprometido. Aqu¨ª pasamos muchas tardes hablando de pol¨ªtica, de literatura o de alguna de las pel¨ªculas de inter¨¦s que, de largo en largo, llegaban a nuestros cines. Durante unos a?os, estos clubes tuvieron una vida muy activa, repleta de peripecias. La muerte del general Franco alterar¨ªa profundamente este panorama y trastocar¨ªa la vida de estos clubes. La aparici¨®n de los partidos pol¨ªticos, llev¨® a muchas personas a pensar que su continuidad ya no era necesaria para la ciudad. Y as¨ª, al poco tiempo, abandonado por unos y por otros, el Club de Amigos de la Unesco de Alicante, cerr¨® sus puertas.

La situaci¨®n fue distinta en Alcoy. Naturalmente, tambi¨¦n este club vivi¨® momentos dif¨ªciles que lo situaron al borde de la desaparici¨®n. Abrumados por una situaci¨®n desfavorable, la idea de cerrar las puertas se present¨® a sus socios en incontables ocasiones. Finalmente, sin embargo, prevaleci¨® la voluntad de mantenerse. Ese aprecio ilimitado que el alcoyano siente por lo suyo -y que tantas cr¨ªticas y admiraciones suscita fuera de la ciudad- result¨® fundamental para la supervivencia del club.

Hoy que los partidos pol¨ªticos se han convertido en clubes, el papel de los Amigos de la Unesco, de Alcoy, ha ganado muchos enteros. Sus intervenciones en la vida p¨²blica de la ciudad han vuelto a ser relevantes. El Club ha sabido tansformarse en una asociaci¨®n c¨ªvica de primer orden, preocupada por los asuntos de la ciudad, en los que interviene con frecuencia. Meses atr¨¢s, present¨® un proyecto de gran inter¨¦s para la conservaci¨®n del patrimonio alcoyano. Alcoy tiene un rico patrimonio de industrias y f¨¢bricas que explican muy bien la evoluci¨®n urbana de esta ciudad. Bien conservado, podr¨ªa convertirse en un atractivo tur¨ªstico muy notable. Naturalmente, esta propuesta del Club de los Amigos de la Unesco de Alcoy no tuvo ning¨²n ¨¦xito entre las autoridades, que prefieren ocuparse de negocios m¨¢s inmediatos y con mejor rentabilidad.