Aviso a turistas

El 21 de octubre, mi marido y yo ¨ªbamos caminando por la avenida del Mediterr¨¢neo hacia la estaci¨®n de autobuses de la plaza del Conde de Casal, en Madrid. De repente, un coche con dos hombres par¨®, y uno de ellos grit¨®: '?Venid aqu¨ª, somos polic¨ªas!'. Agitaba su tarjeta de identidad. Quer¨ªa saber de qu¨¦ pa¨ªs somos. Le dije que somos turistas de Holanda, y ¨¦l nos orden¨® que mostr¨¢ramos nuestros pasaportes.

Yo no lo ten¨ªa, mi pasaporte estaba en el hostal; pero ten¨ªa mi tarjeta de identidad. ?l nos pregunt¨® que en qu¨¦ hotel nos aloj¨¢bamos. Yo le dije que nos aloj¨¢bamos en un hostal. De nuevo grit¨® a mi marido que deb¨ªa acercarse al coche para mostrar su pasaporte, porque ten¨ªan problemas con algunos holandeses. En ese momento yo no le cre¨ª m¨¢s y le dije que nos mostrara su tarjeta de identidad otra vez. Lo hizo.

Era una tarjeta blanca y con un borde estrecho verde en la cara de arriba. Sus dedos tapaban la foto y algunas otras palabras (?su pa¨ªs?). Lo ¨²nico que pod¨ªa leer era 'Republikana' en el borde verde. Yo le dije que no eran polic¨ªas y nos marchamos. El coche se alej¨® con mucha prisa. ?Qu¨¦ quer¨ªan? ?Nuestros pasaportes? Estamos muy contentos porque no hemos dicho el nombre de nuestro hostal y hemos quedado bastante lejos del coche. Quer¨ªamos haber ido a la polic¨ªa, pero no ten¨ªamos ninguna prueba y no quer¨ªamos pasar muchas horas en una comisar¨ªa. Por eso escribimos esta carta, para prevenir a los turistas, a la polic¨ªa y a otras autoridades.

En el futuro no nos pararemos por ning¨²n individuo; s¨®lo cuando sea un coche de polic¨ªa con hombres de uniforme.-