"Habla"

Denunciar para vivir, aunque hacerlo haya costado la vida en alg¨²n caso. Con todo, suele ser la ¨²nica v¨ªa para escapar de una pesadilla demasiado frecuente. Tanto, que tiene su jornada mundial. Ser¨¢ el domingo: D¨ªa Internacional contra la Violencia hacia la Mujer. Ayer se adelantaron dos conmemoraciones en Espa?a. El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales present¨® su nueva campa?a contra la violencia dom¨¦stica. El Pleno del Congreso aprob¨® por unanimidad una 'condena en¨¦rgica' contra todo tipo de agresi¨®n hacia las mujeres.

'Recupera tu vida. Habla'. Con ese mensaje -y 275 millones de pesetas de presupuesto-, el Gobierno emprende su cuarta campa?a publicitaria contra los malos tratos a las mujeres. 'Se ha elegido ese lema porque, aunque el n¨²mero de denuncias se incrementa a?o tras a?o, todav¨ªa hay mucha violencia oculta en nuestro pa¨ªs', afirm¨® el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Juan Carlos Aparicio.

37 mujeres y tres hombres murieron por agresi¨®n de su pareja entre enero y octubre de este a?o

Tan escondidos siguen los malos tratos que los expertos los calculan por estimaci¨®n. 'Se cree que s¨®lo se denuncia entre el 10% y el 20% de los casos. A partir de ah¨ª, pensamos que en Espa?a hay unas 100.000 mujeres maltratadas', apunta la secretaria general de Asuntos Sociales, Concepci¨®n Dancausa. Considera 'excesiva' la cifra de casi 600.000 agredidas f¨ªsica o ps¨ªquicamente en alg¨²n momento de su vida que aport¨® una encuesta del Instituto de la Mujer.

La falta de n¨²meros exactos no resta importancia a un problema que tiene en el silencio su principal enemigo. 'Si te quedas sin palabras, te quedar¨¢s sin nada', advierte uno de los mensajes de la campa?a. El objetivo es animar a las maltratadas a denunciar su problema. 'Habla': esta incitaci¨®n es la idea b¨¢sica. Junto a ella, un n¨²mero de tel¨¦fono del Instituto de la Mujer (900 191 010) que ofrece asesoramiento.

El siguiente paso ser¨¢ asumir que el morat¨®n del p¨®mulo no lo provoc¨® el choque contra una puerta. Y denunciar al causante. Es una pr¨¢ctica en alza. Entre enero y octubre de este a?o se presentaron 23.352 denuncias por delitos y faltas de malos tratos, un 8% m¨¢s que en id¨¦ntico periodo del a?o anterior, seg¨²n los datos oficiales. 'El aumento es positivo en s¨ª mismo. Adem¨¢s, cabe deducir que las mujeres ya empiezan a denunciar la situaci¨®n en cuanto se produce. Aguantan menos y eso es bueno. A mediados de los a?os noventa esperaban entre ocho y diez a?os en dar el paso', afirma Dancausa.

El creciente apoyo social tambi¨¦n contribuye al aumento de las denuncias. 'Las mujeres se sienten m¨¢s respaldadas para dar el paso', se?ala la responsable de Asuntos Sociales. Los planes contra la violencia dom¨¦stica han permitido aumentar los recursos sociales a disposici¨®n de las mujeres cuando huyen de la violencia.

Con todo, la denuncia no es un paso f¨¢cil. A menudo eleva el peligro de la v¨ªctima a sufrir nuevas agresiones por parte del delatado. Algunas mujeres han muerto por ello.

La violencia dom¨¦stica provoca un reguero creciente de muertes. Entre enero y octubre de este a?o, 37 mujeres y tres hombres han perdido la vida a mano de su pareja, seg¨²n el Ministerio del Interior. Las organizaciones de defensa de las mujeres elevan la cifra de fallecidas a 55. Desde 1997, el n¨²mero de mujeres fallecidas por agresi¨®n de su pareja ha crecido cada a?o: de las 33 de 1997 a las 43 del a?o pasado, seg¨²n las cifras oficiales.

Pese al riesgo que pueda entra?ar la presentaci¨®n de una denuncia, resulta evidente que la resignaci¨®n no es un seguro de vida, destacan los expertos. Dif¨ªcilmente se puede proteger a quien no delata la agresi¨®n que padece. 'Tenemos que conseguir que las mujeres recuperen su estima y su confianza para salir de esta dram¨¢tica situaci¨®n', sostiene Aparicio.

La violencia contra las mujeres tambi¨¦n existe fuera del ¨¢mbito dom¨¦stico. Prueba de ello son, por ejemplo, las redes de explotaci¨®n sexual. El secretario general del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, present¨® ayer una serie de medidas para luchar contra ese tr¨¢fico creciente. Y es que, seg¨²n dijo, en las sociedades libres tambi¨¦n existen burkas invisibles.