'S¨®lo en privado Witold ten¨ªa grandeza'
En 1960, Rita Labrosse era una joven canadiense en viaje de estudios por Francia cuando conoci¨® a Gombrowicz en Royaumont, un albergue para escritores cerca de Par¨ªs. Se trasladaron a Vence, en el sur de Francia, donde compartieron los ¨²ltimos a?os de vida del escritor. Ahora Rita Gombrowicz ha venido a Barcelona para el lanzamiento de Ferdydurke, primer volumen de la obra completa que Seix Barral ir¨¢ publicando en los pr¨®ximos a?os. 'Varios de los libros de Gombrowicz han sido ya editados en Espa?a, pero de forma desordenada. Hemos negociado con varias editoriales para hacer una edici¨®n parecida a la francesa, con introducci¨®n a cada obra, bibliograf¨ªa...', explica.
PREGUNTA. ?Aparte de Espa?a y Francia, esta operaci¨®n de rescate incluye otros pa¨ªses?
'Me dijo: 'Cambie el tema de la tesis, h¨¢gala sobre m¨ª, yo se la escribir¨¦ en dos semanas y luego nos vamos'
'Era muy sarc¨¢stico con los adultos, en cambio con los j¨®venes encarnaba una figura socr¨¢tica, y le adoraban'
RESPUESTA. En Polonia, a partir del fin del comunismo, se public¨® la edici¨®n ¨ªntegra. Alemania es el primer pa¨ªs extranjero que public¨® las obras completas, luego vino Francia y ahora Espa?a. Su obra est¨¢ traducida a 29 lenguas. En los pa¨ªses del Este tienen ¨¦xito especial los Diarios, por su defensa de la libertad.
P. De todas maneras Ferdydurke se public¨® en Polonia ya en 1956, y fue muy bien recibido. Supongo que los lectores de entonces lo leer¨ªan en clave pol¨ªtica, anticomunista, ?no?
R. En el a?o 1956, cuando Gomulka subi¨® al poder y se produjo el llamado 'deshielo', se public¨® todo lo que Gombrowicz llevaba escrito hasta entonces, salvo precisamente los Diarios. Se represent¨® su obra teatral Yvonne, princesa de Borgo?a en el teatro Nacional, en el palacio de la Cultura Stalin; pero enseguida empez¨® la 'normalizaci¨®n' y volvieron a prohibir la publicaci¨®n de sus novelas y la representaci¨®n de sus obras teatrales. Claro que colaboraba asiduamente en Kultura, una revista excepcional y que ha seguido funcionando hasta el a?o pasado. La redacci¨®n la llevaban cuatro exiliados desde una casa de Maisons-Laffitte, cerca de Par¨ªs, donde viv¨ªan en r¨¦gimen de comunidad y cobraban un salario ¨²nico. Kultura tuvo una importancia decisiva en la cultura de la libertad en Polonia, influy¨® mucho en el movimiento Solidaridad. La revista entraba clandestinamente en Polonia y todos los estudiantes polacos conoc¨ªan a Gombrowicz.
P. Usted ha publicado dos libros de testimonios sobre su marido, Gombrowicz en Argentina y Gombrowicz en Europa, aunque no le conoci¨® hasta muy tarde. ?C¨®mo fue el encuentro?
R. Yo viajaba por Europa, vine a Espa?a en una Vespa. Era 1960. Luego me encerr¨¦ en Royaumont para terminar mi tesis doctoral sobre Colette. ?l ya ten¨ªa la salud quebrada y quer¨ªa instalarse en Espa?a o en el sur de Francia, o quiz¨¢ regresar a Argentina, y me dijo: 'Cambie el tema de la tesis, h¨¢gala sobre m¨ª, yo se la escribir¨¦ en dos semanas y luego nos vamos'.
P. ?Qu¨¦ le atrajo a usted, sus virtudes de clown o su erudici¨®n?
R. Todo. En p¨²blico era un poco Chaplin, no se tomaba en serio. Era muy sarc¨¢stico con los adultos, en cambio con los j¨®venes encarnaba una figura socr¨¢tica, y le adoraban. No era impresionante, s¨®lo en privado Witold ten¨ªa grandeza. Pero si una era sensible a eso, notaba su destino de grandeza, de tragedia escondida. Lo magn¨ªfico es que no era como un franc¨¦s, en esa ¨¦poca todos los franceses, con su esnobismo intelectual..., eran todos marxistas pero con grandes coches, mientras ¨¦l estaba solo, sin nada.
P. ?Estaba convencido de la importancia de su obra? Milosz escribi¨® que ¨¦l 'confesaba que se consideraba un gran escritor al que los dem¨¢s le llegaban a la suela de los zapatos'.
R. Estaba convencido, pero no se jactaba tanto. Cuando empez¨® a tener ¨¦xito y a recibir correspondencia se pon¨ªa a responderla bromeando: 'Voy a gestionar mi gloria'.
P. En la conferencia Contra los poetas dice que 'los versos no me gustan nada, incluso me aburren un poco'. Pero los cita en Testamento y en los Diarios, y los recitaba en privado. ?C¨®mo valoraba la poes¨ªa de Milosz, de Herbert y de los grandes poetas polacos contempor¨¢neos?
R. ?l era un gran poeta, pero le irritaba la exhibici¨®n de los grandes sentimientos, la fanfarria de los grandes esp¨ªritus. Milosz era el ¨²nico escritor polaco al que le uni¨® una gran amistad.
P. ?Y de los narradores como Schulz, Brandys?
R. Brandys era m¨¢s joven que ¨¦l, en cierto modo era su disc¨ªpulo. En la Varsovia de antes de la guerra, a Gombrowicz, Bruno Schulz y Witkiewicz les llamaban 'los tres mosqueteros'.
P. ?Por qu¨¦ no conect¨® con la ¨¦lite intelectual ni en Polonia, ni en Argentina, ni en Francia?
R. Nunca pudo. En la Polonia de antes de la guerra se mantuvo apartado del grupo Skamander. Prefer¨ªa frecuentar a los j¨®venes. Argentina era el monopolio del grupo de Borges y Ocampo, autores que le gustaban, pero no estaba dispuesto a formar parte de su sistema. En Francia fue diferente, pues ah¨ª la intelligentsia tiene corrientes, matices... Pero cuando lleg¨® ya no estaba en condiciones f¨ªsicas de instalarse en Par¨ªs ni frecuentar a la gente. Fue siempre por libre y su destino siempre era as¨ª: cuando ya acariciaba el ¨¦xito, de repente lo perd¨ªa todo. Le sucedi¨® tres veces: la primera, al partir hacia Argentina la v¨ªspera de la II Guerra Mundial. Con el 'deshielo' de 1956; entonces en Par¨ªs no publicaban a los exiliados del Este, pero si editabas en Polonia ten¨ªas la oportunidad de ser traducido al franc¨¦s. Entonces lleg¨® la 'normalizaci¨®n'. A su regreso a Europa se instal¨® en Berl¨ªn Oeste y en Polonia se desat¨® una campa?a atroz contra ¨¦l, hubo de aguantarla, adem¨¢s del dolor de estar frente a su pa¨ªs y no poder entrar, no poder saludar a la familia, los hermanos... Cuando volv¨ªa a despegar, esta vez definitivamente, en Francia, muri¨®.
P. Se sit¨²a Ferdydurke en la estela de Joyce o Beckett. Pero el personaje, alter ego del autor, ?no es m¨¢s cercano al Jacob von Gunten de Robert Walser y otros personajes semejantes del expresionismo alem¨¢n?
R. Hay otros personajes en la literatura retenidos en la infancia, empezando por Peter Pan. Lo excepcional de Ferdydurke es que se trata de un adulto que tiene que volver a la pesadilla de la escuela... y descubrir toda su inmadurez.
P. ?Termin¨® usted su tesis sobre Colette?
R. En mayo de 1968. A pesar de los sarcasmos de Gombrowicz, que me advert¨ªa que despu¨¦s de la revoluci¨®n mi tesis ser¨ªa rechazada. (Risas).

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